5 de septiembre 2025 - 13:11

IoT e IA: la receta para hacer una industria más competitiva

Empecemos por el principio, ¿qué es internet de las cosas? A primera vista se nos aparece una idea que nos aproxima a lo que el concepto encierra. Pero existe un trasfondo donde está lo esencial.

La IA no es ciencia ficción. Ya es parte de las cadenas de valor a nivel mundial. 

La IA no es ciencia ficción. Ya es parte de las cadenas de valor a nivel mundial. 

Imagen creada con inteligencia artificial

Estamos atravesando un momento clave en la historia de la humanidad. Se trata de una transformación igual o aún más importante que la que el mundo atravesó en el siglo XIX. Cada revolución tecnológica a lo largo del tiempo fue beneficiosa para el ser humano, dado que se reemplazaron tareas que hacíamos de manera repetitiva y generó mejoras en la productividad.

Dicho esto, todos esos casos de cambios fueron abruptos y convulsionados, dejando ganadores y perdedores. Como país, la clave es cómo prepararnos para salir beneficiados. Por eso es importante sentarnos a discutir sobre la Inteligencia Artificial (IA) y el Internet de las Cosas (IoT), dos conceptos ya instalados en el mundo desarrollado y de los cuales, por diferentes urgencias, en Argentina no estamos abordando.

La industria 4.0, que engloba los dos términos mencionados con anterioridad, centraliza las discusiones y las inversiones en el sector fabril a nivel global porque implica un salto cualitativo y cuantitativo en la eficiencia y la reducción de costos.

Empecemos por el principio, ¿qué es internet de las cosas? A primera vista se nos aparece una idea que nos aproxima a lo que el concepto encierra. Pero existe un trasfondo donde está lo esencial.

Con seguridad hemos visto las siglas IoT (que en inglés significa Internet of Things) pero no sabemos que detrás de esas palabras se esconde un esquema tecnológico de vinculaciones. Dichas vinculaciones se construyen a través de la conexión a internet de sensores industriales y plataformas. Así, se permite que las cosas se relacionen entre ellas con datos y estadísticas. De este modo, son capaces de evaluar y responder con soluciones ante determinadas situaciones sin requerir la intervención humana.

No es ciencia ficción. Ya es parte de las cadenas de valor a nivel mundial. Y Argentina tiene su desarrollo propio, con empresas que utilizan esta tecnología de vanguardia.

Avances de este tipo nos han llevado a los albores de una nueva revolución industrial. La cuarta contada desde que el hombre empezó a aplicar el vapor a sus sistemas de producción y distribución de mercancías. De allí que hablemos de industria 4.0.

Esta nueva revolución estriba en la integración de tecnologías digitales avanzadas en los procesos productivos. Su eje pasa por la interconexión inteligente entre máquinas y sistemas, muchas de las veces sin necesidad de la intervención humana. En la base de su desarrollo está la IoT, la IA, el big data, la robótica colaborativa y la realidad aumentada.

Pongamos en perspectiva el impacto de la Iot y la industria 4.0. Vayamos a los números reales:

  • Incrementa un 25% la productividad de las Pymes.

  • Baja un 30% el costo energético.

  • Reduce un 20% la inactividad de la maquinaria.

  • Los incidentes de seguridad retroceden un 30%.

Por otro lado, hay que señalar que el 26% del valor económico del IoT proviene del sector manufacturero. Esta tecnología genera, a nivel mundial, USD 11 mil millones.

El desafío es crear una plataforma intuitiva y analítica que convierta los datos recolectados en información estratégica. Al utilizar estas tecnologías los resultados son inmediatos. Análisis y respuesta en tiempo real, minimización de desperdicios, optimización de la trazabilidad y reducción del consumo energético son solo algunas de las primeras áreas de impacto.

Pero lo más importante es que permite transformar la operación en una gestión inteligente y rentable, asegurando ventajas competitivas sostenibles frente a un mercado cada vez más exigente.

El sistema es modular. Esto implica que se puede aplicar de forma progresiva con una inversión inicial mínima y accesible. Así, la industria puede reducir errores de producción y anticipar fallos mediante mantenimiento preventivo.

La optimización se refleja en infinidad de variables, entre las que podemos mencionar:

  • Cantidad de productos fabricados por jornada: Permite conocer el rendimiento real y compararlo con los objetivos de producción.

  • Fallas técnicas o mecánicas: Detecta problemas que requieren mantenimiento preventivo para evitar tiempos muertos.

  • Impacto de los tiempos de inactividad en la producción: Identifica las paradas que más afectan la eficiencia y permite reducir consumo energético.

  • Parámetros que influyen en la calidad final: Monitoreo constante de presión, temperatura y ciclos de inyección para prevenir fallas y retrasos.

  • Sistema de alertas tempranas: Anticipa problemas, evita defectos y reduce pérdidas por fallas de maquinaria.

En tiempos de incrementos de costos en dólares, apertura comercial y desregulación que obliga a competir con entramados industriales de punta, dar el salto innovativo permite dejar atrás estos baches y mantener la senda del crecimiento.

Todo el sistema productivo junto a las autoridades gubernamentales debemos dar el debate que estos avances tecnológicos se merecen antes que sea demasiado tarde. La revolución está sucediendo, la estamos atravesando, y es mejor estar preparados antes que ver los resultados desde afuera.

Socio gerente de ITPort y tesorero de UIA

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