21 de febrero 2007 - 00:00

Más de cuatro años y aún sin pruebas firmes

Un 27 de octubre de 2002 María Marta García Belsunce fue encontrada muerta en su bañera del exclusivo Carmel Country de Pilar. Pasaron cuatro años y cuatro meses -se puede decir que dilapidados en forcejeos judiciales- hasta este juicio oral a Carlos Carrascosa y -a decir verdad- ya ni siquiera se ve una pequeña luz de esperanza de que este caso se resuelva como Dios manda. Antes de dar el puntapié inicial es importante recordar algunos datos:

  • El cuerpo de la mujer permaneció dos meses en el cementerio de la Recoleta, hasta que el fiscal Diego Molina Pico ordenara una autopsia a la luz de que había fuertes indicios que demostraban que la muerte no se había producido por una simple «caída», sino que el cadáver presentaba cinco orificios de bala en la cabeza, que no habían sido detectados por los médicos que la asistieron en el chalet del country de Pilar.

  • La presunción se agigantó tal vez por la actitud de la propia familia, que se cerró en un hermético silencio y todos (sin excepción) apostaron a que el deceso se produjo como consecuencia de una infortunada caída en la bañera. Comenzaron las marchas y contramarchas jurídicas; un vecino (Nicolás Pachelo) surgió como uno de los sospechosos; un comisario (Angel Casafús) reconoció luego que recibió un llamado de Horacio García Belsunce (h), con un pedido expreso de «sacar a la Policía de encima».

  • Así siguió la historia. Que las balas fueron confundidas con un «pituto» hallado más tarde en un pozo ciego, un fiscal que imputa al hermano de María Marta (Horacio), al marido (Carrascosa), al cuñado (Guillermo Bártoli), al padrastro (Constantino Hurtig), al medio hermano (Juan Carlos Hurtig), a la masajista (Beatriz Michelini), a dos vecinos del country (Sergio Binello y Nora Burgues de Taylor) y al primer médico que vio el cadáver (Gauvry Gordon).

  • Carrascosa marchó preso y finalmente recuperó la libertad al ser beneficiado por el juez Barroetaveña con una morigeración de la prisión preventiva y el pago de $ 100.000 de fianza. Mientras tanto, la madre de Pachelo (Silvia Ryan) se suicida luego de dejar tres cartas clamando por la inocencia de su hijo.

    Se llega a este juicio oral sin ninguna prueba que incrimine a alguno de los sospechosos. A Carrascosa -en este caso- se lo imputa como coautor de «homicidio calificado por vínculo». Sólo a él, ya que la causa fue desdoblada y el resto será sometido a otro juicio oral por distintas razones que incluyen gestiones de falsos certificados de defunción, falsedad en el diagnóstico de la muerte de María Marta, impedimentos para realizar exámenes médicos al cuerpo de la víctima, fabricación de coartadas para eludir información a la Justicia, concomitancia policial para frenar el proceso de investigación, entre otras causales de entorpecimiento.

    Ayer los jueces rechazaron el pedido de la defensa de Carrascosa para que los familiares imputados declaren.

  • Entredicho

    Lo cierto es que en la presente causa no existen pruebas incriminatorias. No se encontró el arma homicida, los exámenes de ADN de la sangre tomada como muestra en el lugar del crimen (que fueron realizados en la provincia de Buenos Aires) no dieron resultado positivo, tampoco se encontró alguna muestra en el baño donde encontraron el cadáver pues existe la certeza de que minutos después del hecho el lugar fue cuidadosamente limpiado.

    Finalmente, y durante mucho tiempo, sólo quedó el entredicho judicial entre el juez Barroetaveña contra Carlos Carrascosa, su cuñado Horacio y el fiscal Molina Pico, las distintas posiciones entre ellos y las Cámaras de Apelaciones, denuncias de coimas al cuerpo policial y una serie de acusaciones cruzadas que apenas sirvieron para determinar que detrás de todo esto existe una trama de un « cuadro mafioso» que sirvió para «embarrar la cancha» de tal manera que el tiempo transcurrido se encargó de empeorar.

    Sólo quedó una hipótesis del fiscal Molina Pico: la muerte se produjo en medio de una discusión por cuestiones financieras relacionadas con dinero ilegítimo vinculado al lavado de dinero del cartel de Juárez. Muy difícil de probar, tanto como quién es el verdadero autor del crimen.
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