8 de marzo 2021 - 20:35

Finanzas y Actividad Económica de la Mujer en Pandemia

En la Argentina hay más de 36.000 PYMEs lideradas por mujeres de acuerdo a la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa).

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El mes de marzo se ha convertido en un momento del calendario anual donde se pone agenda los temas pendientes respecto de la igualdad de género y la situación económica y social de la mujer en nuestro país. Ya no es solo un día sino la elaboración del abordaje anual.

Para el emprendedurismo femenino aún quedan varias barreras por saltar. De acuerdo a un Informe del CESBA (Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires) 1 de cada 3 mujeres excluida del mercado financiero formal. Los bajos niveles de inclusión financiera en la Argentina, respetando la tendencia mundial, afectan en mayor medida a las personas en situación de vulnerabilidad socioeconómica. La inclusión financiera de las mujeres es un desafío toda vez que, a nivel mundial, sólo el 47% de ellas tiene una cuenta bancaria.

Por su parte, en Argentina, el 53,4% de las mujeres en edad próxima a la jubilación, realizó aportes. Además de tener peores salarios en general, las mujeres enfrentan mayores niveles de informalidad (36% versus 34,2%) y mayores niveles de desocupación (10,8% versus 8,9%) que los varones

Si bien el porcentaje total de mujeres con cuenta bancaria es levemente superior al de los hombres, al desagregar el tipo de cuenta vemos que son menos, en proporción, las mujeres con cuenta sueldo (19,8% contra 28,7% de los hombres), mientras que la relación inversa se da en las cuentas destinadas al pago de programas sociales (12,4% de las mujeres contra 0,4% de los hombres).

Las mujeres tienen un rol protagónico ya que en la Argentina hay más de 36.000 pymes lideradas por mujeres de acuerdo a la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa). Estas empresas en la mayoría de los casos comienzan con capital propio o con fondos prestado por familiares y amigos cercanos. Cuando llega el momento de expandirse o crecer, las mujeres se encuentran con diferentes barreras estructurales y/o culturales que dificultan el acceso al crédito y, por ende, a un mayor desarrollo. En Argentina, solo 20,5% de las empresas lideradas por mujeres utiliza créditos bancarios para financiar su inversión, frente a 42,9% en el caso de los hombres, siendo la brecha aún mayor en el caso de las pequeñas y medianas empresas de acuerdo al BID (Banco Interamericano de Desarrollo).

Dentro de la prioridad de medidas que podrían beneficiar a las Mujeres Empresarias se encuentran de acuerdo a una encuesta elaborada por FECOBA (Federación de Comercio de la Ciudad de Buenos Aires): 36 % beneficios impositivos para su actividad, 32 % líneas de financiamiento para mujeres, 13 % programas de empleo para la Mujer, 12% programas de capacitación.

De acuerdo a Informe elaborado para el Banco Mundial más del 70 % de las mujeres declaran que la mayoría de las Empresas de su sector son de propiedad de hombres.

De los 42 sectores relevados, 18 se clasifican como dominados por los hombres conforme a esta definición el resto de los sectores se clasifica como de mayor concentración de mujeres.

En muchos países, las Empresas de propiedad de mujeres se concentran en el comercio minorista y los sectores de servicios (principalmente, salud, educación y servicios sociales), que se caracterizan por un bajo nivel de inversión y de crecimiento, en comparación con los sectores de manufacturas, construcción y minería.

La revolución digital puede agrandar esta distancia y, en lo que respecta a la participación, la brecha de género es más pronunciada en el sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones.

Las propietarias de empresas en sectores dominados por los hombres son mujeres más jóvenes, casadas y con mayores probabilidades de haber heredado el negocio que las mujeres que emprenden en sectores con mayor concentración de mujeres.

La diversidad de género con libre competencia de las capacidades de género en el mercado ha demostrado que hacen crecer la producción, el empleo y la productividad de los negocios. El resto es solo un retraso cultural que posterga el crecimiento económico.

(*) Director de Focus Market

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