El hacer que una persona se sienta segura de sí misma es la clave para el éxito de cualquier tarea que haya que llevar a cabo, tanto en la vida personal como en la laboral.
Ocho claves para empoderar equipos
Las organizaciones deben buscar tener gente empoderada, segura de sí misma, de los objetivos a alcanzar y del camino a seguir para lograrlo.
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El “empoderamiento” es una cualidad que se retroalimenta, cuanto más seguro se sienta alguien, mayor determinación tendrá para enfrentar un tema. El salir triunfante de una situación le dará mayor seguridad para afrontar nuevos desafíos.
Las organizaciones deben buscar tener gente empoderada, segura de sí misma, de los objetivos a alcanzar y del camino a seguir para lograrlo. Es la forma de conseguir un mayor compromiso, así como identificación con la empresa, con sus metas laborales y hacer crecer profesionalmente al colaborador. Empoderamiento y compromiso contribuyen a conservar talentos.
El área de Recursos Humanos puede trabajar activamente para entrenar al líder de un equipo de modo que pueda empoderar a sus colaboradores, con entusiasmo y compromiso, para lograr los objetivos trazados con la mayor eficiencia. Y la tecnología es el principal aliado para hacerlo, con sistemas que permitan medir performance y clima organizacional, además de contar con herramientas para detectar intereses y necesidades de los colaboradores de un equipo. Conocer a la gente contribuye a ayudarlos también a cumplir también sus objetivos personales y, así, lograr su propio bienestar.
Recursos Humanos tiene que asistir al líder tanto en su capacitación y desarrollo como en el empoderamiento de su gente.
Ocho claves para empoderar al equipo en una organización:
- Sinceridad y honestidad para crear confianza. Es fundamental que las personas confíen en su líder y en la organización, producto de una relación de confianza recíproca.
- Transmitir objetivos claros y compartir/intercambiar ideas para lograrlos. Esto facilita la comprensión de la meta y hace que los miembros del equipo de sientan que “forman parte” de la estrategia desde el principio, lo cual los fortalece y permite una mayor identificación con lo que se quiere conseguir.
- Confiar en la gente, darles responsabilidades y estimularlos a tomar decisiones con información dada. Esto fomenta la capacidad de análisis y el sentirse protagonistas del proyecto (de hecho, lo son).
- Valorar realmente a los colaboradores. Es muy importante que la gente se sienta valorada, y esto está íntimamente relacionado con líderes que escuchan y preguntan para guiar a su gente a cumplir las metas fijadas. El líder debe dar información y conducir a su gente para que tome la mejor decisión. Del intercambio de ideas del equipo y de sopesar alternativas surgirá la mejor decisión.
- Dar premios y reconocimientos. Cuando alguien cumple el objetivo es esencial premiarlo por la tarea bien realizada, darle un reconocimiento. Por el contrario, si no se hubiera cumplido la meta, habrá que buscar qué dificultad se presentó en el procedimiento, no hay que “culpar” a las personas: el problema no es la persona.
- Delegar tareas entretenidas y no solo las más pesadas -o aburridas-. Esto se refiere a tareas en las que la persona pueda “lucirse” y demostrar sus habilidades, ya sea a nivel interno (en su propio equipo) como externo (con otras áreas o con clientes); incluso puede relacionarse con viajes, seminarios u otro tipo de actividades que se requieran para cumplir el objetivo, y salgan de la monotonía del quehacer diario.
- Dar feedback permanentemente. Es importante que el colaborador sepa que su trabajo se mira y, por lo tanto, se reconoce cuando se hizo algo bien y se ajusta lo que sea necesario, de manera de poder llegar a la meta en forma eficiente.
- Lograr que la gente disfrute su trabajo. Esto se consigue desde diversos aspectos: con tareas diferentes, desafíos para poder crecer y desarrollarse, un ambiente de trabajo cordial y distendido (en lo anímico) y espacios agradables (en lo edilicio/espacio físico) en los que dé gusto estar. Esto genera energía positiva que se contagia recíprocamente, hacia otras áreas dentro de la organización y hacia afuera. Fomentar el relacionamiento de los miembros del equipo, si fuera posible, procurando espacios de encuentro distendido (desayunos, after office, etc.).
(*) Gerente de Marketing – VISMA|Raet para Latinoamérica
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