Las elecciones en Estados Unidos dejaron al partido republicano en una sólida posición de cara a la próxima administración después de la victoria del expresidente Donald Trump. Las encuestas venían mostrando un resultado muy ajustado, aunque dentro del margen de error, con lo que los resultados de la elección del martes no terminan siendo una completa sorpresa. Lo que sí es una sorpresa es el potencial control republicano de ambas cámaras.
Una marea roja se avecina en Estados Unidos: cómo es el nuevo escenario para los mercados
Los sólidos datos económicos en Estados Unidos afianzan la idea de un aterrizaje suave de la economía, lo que es tanto un beneficio como un desafío para el mandato del presidente electo Donald Trump.
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Hasta ahora, los republicanos tienen asegurado el Senado y con buenas chances de quedarse con la Cámara de representantes, algo a definirse en los próximos días. Esto abre las puertas a que el presidente electo Trump tenga todas las herramientas para implementar sus políticas, las cuales se centran en una expansividad fiscal impulsada por recortes de impuestos, mayor proteccionismo a través de tarifas a las importaciones y control a la inmigración y una búsqueda de mayor desregulación, entre otras.
Previo a las elecciones, se sabía que ninguno de los dos candidatos a presidente en Estados Unidos tenía en su agenda una consolidación fiscal en momentos donde el déficit / PBI de EE.UU. es de 6.3% (a septiembre) y la oficina de presupuesto del Congreso estima que dicho déficit va a ser de 6.1% del PBI, en promedio, para los próximos 10 años, casi el doble del déficit promedio desde 1968 (3.3%).
De acuerdo con las estimaciones del Comité para un Presupuesto Responsable (think tank en EEUU), el nivel de deuda/PBI podría moverse desde un nivel de 99.6% actual hacia 143% si las propuestas de Donald Trump se mantienen en los próximos 10 años, por encima del escenario base de la oficina de presupuesto del congreso (125% del PBI).
Esto significa que Estados Unidos tendría una política fiscal procíclica, ya que la actividad económica mantiene un ritmo de crecimiento saludable al tiempo que el desempleo se ubica en 4.1%. En términos de crecimiento económico, al tercer trimestre el PBI de EE.UU. creció a un ritmo de 2.8% trimestre/trimestre anualizado, mientras que el consenso de mercado proyecta un crecimiento de 2.6% para 2024 y cerca de 2.0% para 2025.
La resiliencia en el crecimiento como base para el apetito por riesgo
Uno de los elementos centrales para los activos financieros en 2024 viene siendo la resiliencia manifiesta en los datos económicos de Estados Unidos, los cuales vienen sorprendiendo al alza casi de manera consecutiva desde mediados de agosto. Además de tener un impacto positivo en las expectativas de crecimiento, los sólidos datos económicos en Estados Unidos afianzan la idea de un aterrizaje suave de la economía, lo que es tanto un beneficio como un desafío para el mandato del presidente electo Donald Trump.
El beneficio, es que a pesar de las tasas de interés vienen escalando de manera significativa desde septiembre a la par de una recalibración en términos de menores recortes proyectados para la tasa de política monetaria de la Reserva Federal, los activos de riesgo vienen mostrando un sólido desempeño en los últimos dos meses.
Sin ir más lejos, el miércoles las tasas de los bonos del tesoro a 10 y 30 años escalaron 16.1 y 17.5 puntos básicos, respectivamente, a 4.45% y 4.62%, a la vez que los índices S&P 500 y Nasdaq avanzaron 2.5% y 3.0%, respectivamente. Estos movimientos se explicarían por la preocupación en el mix fiscal/deuda con un presidente electo con control del Congreso y en las expectativas de desregulación económica y mayor crecimiento.
Cómo es el nuevo escenario para los mercados
El sólido ritmo de crecimiento de Estados Unidos, junto con el bajo desempleo, viene beneficiando a los precios de los activos financieros a través de un optimismo respecto al aterrizaje suave de la economía después del ajuste monetario de la Reserva Federal.
Por otro lado, el optimismo desatado por la inteligencia artificial viene impulsando a las acciones en Estados Unidos desde 2023. Si bien las ganancias de las empresas vienen mostrando solidos resultados, el avance en los precios de las acciones viene encareciendo las valuaciones en los principales índices accionarios de Estados Unidos.
En la renta fija, si bien las tasas de interés siguen elevadas en términos históricos, el optimismo económico viene generando que los diferenciales de tasas de interés contra los bonos del tesoro, una medida de compensación de riesgo, luzca ajustada en términos históricos.
La pregunta central es si las mayores tasas de interés en Estados Unidos podrían descarrilar el apetito por riesgo generado por la robusta dinámica de crecimiento. Es muy difícil saber a ciencia cierta cuándo (y en qué medida) el mercado podría presionar las tasas de interés de largo plazo producto de una trayectoria fiscal inconsistente. Lo que sí sabemos es que, a mayor resiliencia en el crecimiento económico, mayor probabilidad de que las tasas de interés de largo plazo suban producto de una falta de consolidación fiscal. Desde esta perspectiva, es conveniente posicionar los portafolios para un entorno positivo, pero eligiendo activos que tengan valuaciones acordes y sean resistentes a las tasas de interés.
Head Wealth Management Research en Balanz.
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