3 de marzo 2019 - 00:00

Padre e hijo, una relación entre el orgullo y la tirantez

Criado bajo el ala de las empresas de su padre, el Presidente supo abrirse un camino propio en el mundo de la política. En los últimos años, habían logrado un acercamiento.

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Franco Macri y Mauricio Macri, padre e hijo, no tuvieron una relación fácil. Nacido en cuna de oro, el Presidente tuvo un comienzo profesional ligado a las empresas de su progenitor. Su decisión de saltar a la política, produjo un quiebre entre ambos.

Su experiencia laboral se inició en la empresa Sideco Americana S. A., donde se desempeñó durante tres años como analista júnior y más tarde como analista sénior. En 1984, se incorporó a Socma donde al año siguiente pasó a ocupar la gerencia general.

En 1992 ocupó la vicepresidencia en Sevel, empresa automotriz, haciéndose cargo de la presidencia en 1994. El comienzo del distanciamiento entre ambos llegó a partir de 1995, cuando Mauricio decide tras su secuestro dar un vuelco a su carrera y meterse de lleno en el mundo de la política: primero fue Boca, después la Ciudad de Buenos Aires y por último la Presidencia de la Nación.

"Tardé años en perdonarle que se hubiese ido de las empresas que con tan duro trabajo había fundado", reconoció Franco sobre la decisión de Mauricio de abandonar la empresa familiar.

Entre los momentos más dolorosos de su vida, él mismo mencionó el secuestro que sufrió el actual jefe de Estado durante 12 días en 1991 por parte de una banda de comisarios, el posterior secuestro de otra de sus hijas, Florencia, en 2003 y la muerte de otra de ellas, Sandra en 2014.

Franco y Mauricio Macri Neustad

Es recordada también la entrevista que Franco y Mauricio Macri le dieron al periodista Bernardo Neustad en el programa Tiempo Nuevo, en lo que fue prácticamente una presentación pública del ahora presidente.

En una de sus últimas declaraciones públicas, desde Punta del Este en el año 2017 Franco Macri calificó el primer año de gestión de Cambiemos con un 5, aunque aclaró que "más no se podía hacer".

También reveló un episodio de salud que casi le cuesta la vida antes de las elecciones presidenciales: "Recibí una información concreta de personas razonablemente creíbles en las que me advertían que si Mauricio ganaba, lo mataban. Mi reacción fue muy exagerada: tuve una hemorragia y perdí el 80 por ciento de mi sangre. Me salvé porque mi chofer me llevó a las 4 AM al hospital Italiano".

Finalmente, pudo ver asumir a su hijo como presidente de la Nación, y relató lo que sintió la noche del balotaje en el que Macri se impuso a Daniel Scioli: "Supe entonces que debía deponer mis miedos, dejar atrás cualquier fricción con Mauricio y darle mi completo apoyo", que reforzó hasta sus últimos días de vida.

En otra oportunidad, el 7 de marzo de 2016, entrevistado por TN, se refirió al cargo que ocupa su hijo al afirmar que "con el corazón, no quería que fuera presidente. Con la mente, sí. No quería porque es un sacrificio demasiado grande".

"Me habían dicho que había tipos que, si él podía ganar, lo iban a matar. Estaba la Lilita (Carrió), que también decía eso, y a mí me agarró...perdí el 80 por ciento de mi sangre", indicó en ese reportaje sobre lo que implica llegar al poder.

Al ser consultado respecto de cuál es la diferencia entre manejar un país y manejar una empresa, aseguró: "Un país es una empresa. Si no sabés conducir una empresa, no podés conducir un país".

En el último tiempo, Franco cayó gravemente enfermo. Los primeros días de febrero de 2019, en una entrevista que brindó el Presidente previo a su cumpleaños había contado que ya no tenía “trato consciente con él”.

“Hace un año que no y el último trato consciente que tuvo me pidió que le diera una pastillita para sacarlo de acá. Le dije: ‘Papá, no se puede eso’. Ahí me dijo: ‘Pero yo ya terminé, no tengo nada para hacer, mirá, no puedo hacer nada. Dependo de terceros para todo’. ‘No puedo, papá. No se puede’”, reveló.

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