Amnistía, sobre aborto: "Los legisladores no fueron electos para representar sus convicciones morales"
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P.: ¿Qué puntos considera centrales a la hora de hablar de la necesidad de despenalizar el aborto en Argentina?
M.B.: El primer punto es que la penalización del aborto y las restricciones que existen están negando el derecho humano a la salud y la vida de las mujeres, niñas y personas con capacidad de gestar. El segundo término es que la criminalización ha demostrado que no disuade a las mujeres de practicarse abortos clandestinos y los números hablan por sí mismos. El tercer punto es que está probado que la legalización del aborto trae una disminución de la muerte materna. En Uruguay se ha aprobado en 2012 y la tasa de mortalidad materna es 15; en Canadá se legalizó en 1988 y la tasa de mortalidad materna es 7; en España se legalizó en 2010 y la tasa de mortalidad es 5; y en República Dominicana, que está totalmente prohibido, la tasa de mortalidad materna es 92, o en Indonesia, 126. En cuarto lugar, en Amnistía creemos que la penalización impacta de manera desigual en las mujeres pobres. En las provincias del NEA y NOA tienen las tasas más altas de mortalidad materna. La penalización pone a las mujeres ante un dilema de decidir entre muerte o cárcel; al estar penalizado desalienta que en caso de sufrir complicaciones debido a un aborto concurran a servicios de salud. El caso Belén habla por sí mismo. La penalización y sus restricciones limita el acceso al servicio de aborto incluso en los supuestos en que es legal, porque donde la ley y la práctica son ambiguas se favorece la estigmatización de las mujeres y el acceso efectivo al aborto legal.
P.: ¿A qué cree que se deben estas restricciones en los casos donde los abortos son legales?
M.B.: El marco no es restrictivo, el marco es bien interesante después del fallo F.A.L. de la Corte. Las que restringen el marco son las propias provincias cuando no generan protocolos de atención de aborto legal que se adecúen a lo establecido por la Corte. El caso más impactante fue el de la semana pasada en Salta, donde no sólo no había un protocolo que se adecuara a F.A.L., sino que había un protocolo que establecía menores derechos de los que establecía la Corte para las mujeres que viven en Salta. La realidad es que es una necedad política. Son los gobernadores quienes por convicciones probablemente personales, morales y por presuponer que en sus provincias implementar el aborto legal va a ser leído de manera negativa (con mucho tino), o bien no adhirieron o sacaron protocolos más restrictivos.
P.: ¿Y a nivel Nación, por qué considera que este debate se demoró tanto y el proyecto ya fue presentado siete veces?
M.B.: Estas cuestiones son decisiones políticas. El Gobierno anterior no tuvo la decisión política de implementar el aborto legal. Por eso cuando Ginés González García saca el protocolo lo tiene que retirar, hubo claros mensajes de que no era una política que iban a apoyar. Este Gobierno ha tenido mejores gestos, desde ya que poner el tema del aborto en la agenda es sumamente valorable. El mensaje de jefe de Gabinete rindiendo cuentas en el Congreso es absolutamente importante e interesante y hay que leerlo con muy buenos ojos. Espero que sus legisladores sepan entender la política y leer lo que les está diciendo, porque básicamente es que los datos y los informes nos dan un escenario bastante promisorio para tener que votar a favor de la despenalización.
P.: ¿Aun cuando el presidente Macri se haya pronunciado en contra desde el principio?
M.B.: Sí, este es el juego de la política: perro malo y perro bueno. El Presidente dice 'yo estoy en contra' y el jefe de Gabinete, que es la voz del Presidente, baja este mensaje. Me parece que el jefe de Gabinete no va y dice lo que él quiere a título personal, en el Congreso es la voz del Presidente. Sí es cierto que esta ley va a salir en tanto y en cuanto haya un mensaje claro, conciso y contundente por parte del Poder Ejecutivo a sus senadores. Y también un mensaje a los senadores que no estarían a favor: probablemente si al Gobierno le interesa haya que negociar cosas. Tiene que haber una bajada política respecto de qué es lo que el Gobierno espera de esto. En este contexto de mucha desilusión social y un contexto económico muy complicado, la sanción positiva de la ley de despenalización del aborto va a ser una fiesta en la calle, y esto el Gobierno lo tiene que leer. La gente necesita celebrar y es un muy buen momento para que esto salga. Desde Amnistía hemos valorado mucho que el Presidente haya puesto en agenda este tema, porque nadie lo ha hecho hasta hoy; pero también hemos sido muy críticos con su mensaje de que cada uno tiene que votar con sus convicciones personales. Justamente los legisladores no fueron electos por la ciudadanía para representar sus convicciones morales, religiosas y personales sino para representar a la ciudadanía en su conjunto.
P.: ¿Qué organismos internacionales instaron a Argentina a despenalizar el aborto?
M.B.: En el marco del Examen Periódico Universal (un informe donde países evalúan a otros países), que fue en noviembre del año pasado, Alemania, Suiza y Noruega directamente interpelaron a Argentina a que despenalice el aborto. También el comité de Derechos Humanos, la CEDAU y la relatora especial sobre violencia contra la mujer interpelaron a la Argentina a que despenalice el aborto. Lo mismo el ex relator de la tortura, que cuando estuvo en el país, justo cuando se dio el caso Belén, dijo que el aborto es la violencia ejercida contra las mujeres en espacios de salud, asimilable a las torturas y malos tratos. La CIDH interpeló directamente a los legisladores a que sancionen la ley, hace tres semanas.
P.: ¿Qué sectores cree que presionan para que la ley no salga?
M.B.: Están los sectores más provida, la Iglesia, los más conservadores, que tienen su posición; es lógico y está bien que la manifiesten. Desde Amnistía lo respetamos muchísimo por más que estemos a favor de la despenalización y la legalización.
P.: ¿Estima que la ley va a ser aprobada en Diputados?
M.B.: Por lo que sabemos, hay una diferencia ínfima entre los que están a favor y en contra y hay alrededor de 45 indecisos. Vamos a trabajar sobre estos indecisos en estas dos semanas que quedan, para tratar de ver si reflexionan y conforme a la información que se les provee cambian de opinión. Todos nuestros argumentos están fundamentados en tratados internacionales de derechos humanos y compromisos que asumió Argentina en materia de derechos humanos. Desde Amnistía lo que vemos es que este Gobierno tiene muchas intenciones de entrar al Primer Mundo, a la OCDE, por ejemplo. Queremos entrar a la OCDE, que básicamente tiene todos sus miembros que han despenalizado el aborto en los años setenta. ¿A quién nos queremos parecer?, ¿a El Salvador, Nicaragua y República Dominicana o a Canadá, Francia, España y Holanda? Este Gobierno tomó la decisión de jugar en esa liga: si vos querés jugar en esa liga hay cosas que vas a tener que hacer y otras que vas a tener que dejar de hacer.
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