En menos de una década, la cifra de nacimientos en la Ciudad de Buenos Aires cayó desde los 43.716 hasta los 24.690 por año. La disminución, que ronda el 44%, tiene su correlato en el ámbito educativo: en los últimos años bajó la cantidad de inscriptos en la educación inicial y en la primaria. Al calor de los cambios económicos, sociales y culturales, las autoridades porteñas esperan que la tendencia se profundice y sus consecuencias ya se sienten en el cierre y la fusión de cursos.
CABA: bajan las inscripciones en escuelas y jardines porteños por la fuerte caída de la natalidad
Diversos análisis demográficos dan cuenta de la fuerte caída en la tasa global de fecundidad en el país, pero principalmente en el distrito porteño. El efecto ya se siente en las matriculaciones de los niveles educativos iniciales, donde la administración local avanza con el cierre de cursos. Pero advierten que presionará también sobre el mercado laboral y el sistema previsional.
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La matriculación en las escuelas de la Ciudad bajó en los primeros niveles educativos al calor de la caída en los nacimientos.
La aceleración en la caída de la fecundidad inició en la segunda década del siglo. Con el paso del tiempo, la curva, lejos de mostrar una reversión, se acentuó. La Tasa Global de Fecundidad (TGF) en Argentina descendió un 35% y hoy se ubica en el valor más bajo en la historia del país. Según cifras recientes se ubica en 1,5, por debajo de la tasa de reemplazo de 2,1 hijo/a por mujer. Es decir, la población está en un proceso de decrecimiento y, por tanto, de envejecimiento.
En CABA aseguran que desde que se comenzaron a relevar estadísticas nunca se había registrado un retroceso tan marcado. En el distrito pasó del 1,9 en 2010, al 1,2 en 2022 y al 0,9 actual. En un análisis por jurisdicción, está en los primeros puestos de decrecimiento de nacimientos entre 2014-2022 a partir de un descenso del 43,5%, apenas por debajo de Tierra del Fuego (49,1%) y Jujuy (44,2%). Arriba de los 40 puntos también se ubican Mendoza (41%), Buenos Aires (40,9%) y Santa Cruz (40,5%).
Las cifras se desprenden de un relevamiento realizado por la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa del Ministerio de Educación (GCABA) a partir de datos de la Dirección de Estadísticas e Información de la Salud del Ministerio de Salud de la Nación para el período 2014-2022.
Los motivos son varios. El informe del GCBA, publicado a principios de 2025, señala en primer lugar la mayor autonomía conquistada por las mujeres en cuanto a la maternidad, lo cual está directamente relacionado también con la creciente participación femenina en la educación superior y en el mercado de trabajo. Pero, teniendo en cuenta que estas características no son recientes, no alcanzan para explicar el fenómeno total. Hay que poner la lupa en otros aspectos.
Una explicación puede hallarse en la maternidad adolescente. Las estadísticas que publica la cartera de Salud nacional refleja una caída significativa del 55% en la tasas de fecundidad en menores de 20 años entre 2014 y 2020. Es, a todas luces, más contundente que entre los grupos etarios superiores a los 20 años.
Es un dato auspicioso dado que, según análisis sociológicos, la mayor parte de los embarazos adolescentes no son resultados de una decisión sino "consecuencias de vulneraciones de derechos reproductivos". El embarazo no intencional o no planificado representa "más de dos tercios de los casos de maternidad adolescente en Argentina" y entre las madres menores de 15 años "suelen ser producto de situaciones de abuso", señala el informe del GCBA.
A nivel país, el porcentaje de mujeres de 15 a 19 años en viviendas particulares con hijas e hijos nacidos vivos pasó del 12,4% en 2001 al 13,1% en 2010 para luego iniciar una curva descendente notoria. El último dato de Salud la ubicó en 6,4%.
Pese a ser un fenómeno muy reciente, expertos lo relacionan con la implementación de políticas públicas como la inclusión de la Educación Sexual Integral en la currícula escolar. También el despliegue del Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA), el cual nació durante el macrismo (2017) y se mantuvo vigente hasta julio del 2025, cuando fue cerrado por decisión del gobierno de Javier Milei. La razón: "Ignorancia", resumió Silvina Ramos, quien por entonces cumplía el rol de coordinadora técnica.
Maternar a una edad temprana tiene diversas consecuencias. Por ejemplo, especialistas consideran que suele derivar en la interrupción de las trayectorias escolares y redunda en posteriores dificultades para ingresar al mundo laboral. Por lo cual profundiza "los roles tradicionales de género que asignan a las mujeres una mayor responsabilidad sobre las tareas domésticas y de cuidado". De manera que el descenso en la tasa es, a todas luces, positivo.
Otro de los motivos que explica la caída de la natalidad, y que viene de la mano con lo que ocurre en el segmento adolescente, es la postergación de la llegada del primer hijo hacia edades más avanzadas. A mayor autonomía, mayor decisión y menos ataduras a mandatos tradicionales, procesos culturales-económicos-sociales que tienen su correlato en la decisión, en algunos casos, de no tener hijos.
"Es una cuestión multicausal. Lo primero que uno mira es lo económico. Hicimos una comparación con las grandes crisis argentinas para ver si había un patrón. Si bien encontramos alguna relación, nunca fue tan marcado como la caída en la natalidad en los últimos años: en menos de diez años cayó el 40%", explicó Lorena Bolzon, coautora del informe "Estructuras familiares y cambios sociales. Una mirada de la realidad Argentina" del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral. Lo económico no es el único aspecto.
María Dolores Dimier de Vicente, copartícipe del análisis de la universidad, añadió: "Sí lo que vemos es un cambio cultural. La incorporación en el mundo del trabajo y una mayor formación educativa por parte de la mujer indudablemente pueden explicar la postergación de la llegada del primer hijo, que llega a edades más tardías". Otro elemento, según indican, es el problema de la fecundidad de la mujer en edades más avanzadas. "Hoy se ven en la consulta médica mucho más casos de infertilidad por el momento en que deciden ser madres", completó Bolzon.
También relacionaron la problemática para encontrar una pareja con quien compartir un proyecto parental, algo que no ocurría en otra época donde la costumbre y los mandatos sociales tradicionales tenían más fuerza. "Hoy ese hito social no es tal. En cierta medida, eso incide", dijo Dimier de Vicente.
A propósito de la caída en las cifras de natalidad, Bolzon explicó que se da en todos los grupos etarios, no solo en el segmento adolescente. Incluso planteó que hay un cambio mayor entre los 20 y los 24 años. "Es la franja etaria que hace unos diez años atrás era más preponderante y que tenía los índices más altos, pero hoy está en tercer lugar. Ha decaído mucho más que el embarazo adolescente", recalcó.
Argentina, y la Ciudad de Buenos Aires, se ven atravesadas por el fenómeno de la caída en la tasa de nacimientos. Según explican las investigadoras, el país alcanzó entre 2023-2024 las proyecciones que la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) había estimado para el período 2030-2035. De manera que la curva se profundizó antes de lo previsto. Y sin planificación para contrarrestarla, continuará su curso.
"Si uno analiza y observa un poco las conductas propias de Argentina y particularmente en este caso de la Capital Federal, hay muchas conductas individualistas. Eso, en definitiva, genera proyectos de vida individualistas y, por lo tanto, se condice con la cantidad de hogares unipersonales que están en crecimiento"
La tendencia hacia el envejecimiento poblacional que refleja el informe de la Universidad Austral indica que en Argentina ya son mayoría los hogares sin hijos. Si en 1991 representaban al 44% de la población, tres décadas después (2022) alcanzan al 57%, según el último censo del INDEC. También crecieron del 13% al 25% los hogares unipersonales. En 1991, la población de personas mayores de 85 años representaba el 1,5% de la población total, mientras que en 2022 ascendió al 11,8%.
Otro informe de la Universidad Austral, de coautoría de catorce investigadores e investigadoras de diferentes países, analizó la situación latinoamericana, donde sólo dos países alcanzan el umbral mínimo necesario para el reemplazo generacional: Paraguay y Bolivia. En ambos convive también el escenario de una baja esperanza de vida que ronda los 60 años. .
Al mismo tiempo, 6 de los 10 países en estudio están por debajo del promedio de la TGF de la región. En tanto que Chile y Argentina registran las menores tasas de natalidad de la región, con menos de 10 nacimientos por cada 1000 habitantes, muy por debajo del promedio regional de 14,5.
El impacto sobre las vacantes en CABA
Los cambios demográficos traen aparejadas transformaciones de todo tipo. Poco a poco -o más rápido de lo previsto- el gráfico poblacional comienza a dejar la forma de pirámide, para reconvertirse en un rectángulo, dada la mayor proporción de adultos mayores. Y al haber menos nacidos, el proceso se incrementa año tras año, afectando en primer término los espacios educativos, luego el mercado laboral y por último al sistema previsional.
Hasta 2019, la matriculación para la sala de 4 mantuvo una evolución creciente. Entre las causas se pueden hallar la obligatoriedad implementada en 2014 por la Ley 27.045. Sin embargo, a partir del 2020 comenzó la caída sostenida. Si en 2016 la población de dicha edad era de 44.076 y había 35.878 inscriptos, en 2024 cayó a 30.822 y 26.702 respectivamente. Las proyecciones auguran que para 2026 habrá 22.000 estudiantes: casi siete mil niños y niñas menos en instituciones estatales y unos 7.600 menos en privados.
Para el caso del primer grado, desde GCBA preveían terminar 2025 con 34% menos inscriptos que el 2019, cuando se ubicaba en 40.345. Fuentes del Ministerio de Educación porteño informaron a Ámbito que la contracción finalmente fue de casi diez mil alumnos. El año terminó en 30.686 matriculados. La tendencia para los años subsiguientes continuará hacia abajo: en 2028 esperan tener 23.275 inscriptos, casi la mitad de los registrados en el último año de la década pasada.
La vicejefa de Gobierno porteño, Clara Muzzio, es una de las voces más reiterativas sobre la caída de la natalidad. Este año se refirió a los efectos que esto trae en el ámbito educativo, más puntualmente en la caída en la demanda de vacantes y, por consiguiente, en las dificultades para sostener cursos abiertos sin la cantidad mínima de alumnos, que habitualmente ronda los 15 estudiantes y que desde el 2026 se ubicaría en diez por aula.
"En los hechos, cuando cae la matrícula en las escuelas, su sustentabilidad se derrumba", dijo Muzzio a mitad de año. A su criterio, esta caída en las vacantes genera "cierres de establecimientos o fusiones entre dos o más escuelas para reducir costos y ocupar a los docentes que quedan al frente de aulas semivacías".
La primera conclusión que arroja este análisis es que prácticamente en todas las comunas de la Ciudad se producirá una caída significativa de la cantidad de alumnos que ingresarán al tramo educativo obligatorio del Nivel Inicial. Sin embargo, la zona Sur es la más afectada. Allí se registran los mayores indicadores de la baja en la natalidad y, por tanto, también en la caída en la matriculación.
Para el año que comienza, el Gobierno porteño prevé un descenso muy marcado en las comunas 4, 8, 9 y 10 para la población con 4 años. Esperan que la demanda caiga un 36%, es decir unos 3.500 niños y niñas menos con relación al 2023. Para la sala de 5 años, en 2027 habría un 42% menos (cerca de 4.700 estudiantes). La escolaridad primaria tendría una reducción del 45% para 2028 (5.500 niños y niñas menos que en 2023).
En el caso de la zona Norte (comunas 2, 13 y 14), la curva de descenso proyectada para 2026 para la sala de 4 años es del 18%, por lo que habrá 1.000 niños/as menos. En la sala de 5 años esperan un 22% menos para 2027, también en relación a 2023. Mientras que en el primer año de primaria habría 1.600 estudiantes menos a raíz de una contracción del 26%.
La sala de 4 años en la zona Centro de CABA caería un 18% (cerca de 2.500 niños y niñas menos); la población con 5 años se reduciría 25% para 2027 (unos 3.800 niños y niñas menos), mientras que la demanda sobre el primer grado se reduciría 30% para 2028, implicando alrededor de 5.000 ingresantes menos en el nivel.
Recientemente, en la última sesión del año, la Legislatura porteña avanzó en la sanción de una ley para intentar ordenar el sistema de vacantes en colegios privados. La normativa crea un Registro Público de Vacantes para las escuelas privadas incorporadas al sistema oficial. El Ministerio de Educación de la Ciudad, que conduce Mercedes Miguel, tendrá a su cargo la creación y publicación y deberá informar cuántos lugares disponibles hay por grado y año en cada colegio, tanto para el ciclo actual como para el siguiente.
Cierre de cursos, consecuencia de la caída en las vacantes
Si años atrás la discusión entre los padres y madres con el Gobierno porteño era por la falta de vacantes, ahora, con la caída en la matriculación, el reclamo pasa a ser por la sostenibilidad de los cursos y establecimientos. La falta de inscriptos empujó en algunos casos a cierres.
Durante el 2024, el Gobierno porteño, a cargo de Jorge Macri, dispuso el cierre de cerca de 80 salas del Nivel Inicial, según se desprende de una respuesta del Ministerio de Educación porteño a un pedido de informes realizado por el legislador del peronismo, Matías Barroetaveña, en la que argumentan la decisión en base a la falta de matriculados. Entre los más afectados está la Escuela Infantil N° 05/01 y los Jardines De Infantes de las Primaria Nº 04 y de la Nº 01 y el Jardín De Infantes Común Nº 03/16º Mafalda, entre otros.
También se fusionaron más de 120 cursos de jornada simple, que pasaron a ser de jornada completa. "Dichas adecuaciones no afectan en forma alguna ni a la población estudiantil ni a la Planta Orgánico Funcional, la cual continúa prestando funciones en las condiciones y cargos designados oportunamente", señalaron desde CABA.
En lo que respecta a la primaria, la respuesta de Ciudad enumera más de 170 cursos de jornada simple que se transformaron en jornada completa en 20 escuelas. En algunos casos, los cambios afectan a la currícula de los alumnos, que para continuar con la modalidad de jornada simple los padres se ven obligados a cambiarlos de institución. La Escuela Primaria Nº 04 Presidente Dr. Arturo Umberto Illia es una de las afectadas. También la Dr. José María Bustillo, Ignacio Lucas Albarracín y la República Árabe de Egipto, entre otras.
En cuanto a los cierres o fusiones de cursos en secundaria se enumeran más de 115 en 23 escuelas, 18 de las cuales no registraron matriculados. La respuesta sistematiza los cambios realizados en 2024, por lo que no hay información oficial respecto al año que finaliza. "En aquellas secciones en donde se encontraban estudiantes inscriptos, dicha matrícula fue absorbida por secciones del mismo establecimiento que contaban con cupo disponible", indica el informe.
Desde el gremio Ademys advierten que en 2025 podrían profundizarse los cierres. Si bien no cuentan con información oficial del gobierno porteño, denunciaron que en una reunión con las autoridades de Educación les anticiparon que se avanzará con la clausura de cursos. Estiman que podrían ser más de 200 los afectados.
Quedará por ver si, como argumentan en despachos de CABA, el cierre y la fusión de cursos, junto con la continuidad de la planta docente y una menor cantidad de alumnos, podría redundar en una mejora en la calidad educativa. Para Dimier de Vicente eso "no es así necesariamente" sino que hará falta "revisar programas" porque hoy en día "estamos muy mal rankeados a nivel internacional como país". "La formación docente es muy importante también. Por que haya más docentes, no quiere decir que redunde en mejor calidad", añadió.
El informe del gobierno porteño, difundido a mitad de año, estima que, teniendo en cuenta las estadísticas vitales y la matrícula escolar, habrá una importante reducción de la población que potencialmente ingresará al sistema educativo de la Ciudad en los próximos años. Lo que comenzó con las salas de la educación inicial se trasladó a los primeros grados de la educación primaria y continuará por los niveles siguientes.
Aunque también se espera dicho impacto se traslade al ámbito laboral y, por consiguiente, presione -aún más- sobre el sistema previsional. "Hoy por hoy tenemos un un trabajador en blanco por cada cuatro beneficiarios de jubilaciones o pensiones en Argentina. Con esta tendencia en la natalidad, va a ser aún más difícil de sostener el sistema. Esto exige que empecemos a revisar todas las políticas que tenemos", planteó Dimier de Vicente.
Para Bolzon, si hay cambios positivos en el mundo del trabajo, quizás redunde en un incremento de la natalidad: "Seguramente muchos jóvenes que hoy desearían ser padres o desearían tener más hijos, si tuvieran mejores condiciones laborales donde pudieran conciliar el trabajo y las demandas familiares, tomarían la decisión. Tener un hijo es un proyecto de vida. Y es algo hermoso. Hay que pensarlo por ese lado y no como una carga. La idea de formar una familia tiene que volver a tener buena prensa".
Mientras tanto, los análisis demográficos presentan un panorama complejo para la década siguiente. La tendencia decreciente en la tasa de natalidad continuará a menos que se pongan en marcha políticas públicas para revertirlas, según plantean las investigadoras de la Universidad Austral. Por lo pronto, las problemática de las vacantes y el cierre de cursos es apenas la punta del iceberg.







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