14 de noviembre 2006 - 00:00

Campaña por no reelección llegó ahora al Congreso

Oscar Lamberto
Oscar Lamberto
La ola antirreeleccionista que comenzó en Misiones siguió en otras gobernaciones y por estos días golpea a intendentes, ingresó ayer también al Congreso. No es, por ahora, un proyecto oficial, sino de los rebeldes del Justicialismo Nacional, pero lanza una propuesta que, saben, gusta al público: los diputados nacionales sólo podrán ser reelegidos por un período consecutivo.

El proyecto fue presentado por Gustavo Ferri, yerno de Eduardo Duhalde, y ya despertó simpatías en otros bloques. Pero la práctica nacional e internacional sobre ese tema indica que no siempre es asimilable la situación de los diputados a la de gobernadores o el propio Presidente de la Nación es esta cuestión de eternizarse en el poder.

Ferri sostiene que los diputados, si han sido reelectos, no pueden volver a presentarse como candidatos al mismo cargo sino con el intervalo de un período. En ese intento por refrescar la política fija una suerte de cláusula transitoria por la que, al momento de sancionarse la ley, se considerará como primer período al de los legisladores en ejercicio.

Como justificativo dijo que el objeto del proyecto «es responder a uno de los reclamos más frecuentes que sectores de la sociedad le vienen haciendo a la clase política desde hace algunos años: la necesidad de recambio de dirigentes en los cargos electivos».

Los casos de largos mandatos en el Congreso son una historia repetida, pero no exclusiva de la Argentina. En la lista de los récords de permanencia entraron en algún momento Eduardo Menem, Oraldo Britos, Luis León, Antonio Cafiero -con interrupciones-, el cordobés Humberto Roggero y, con mandato todavía en curso, el santafesino Oscar Lamberto que entra en el año 22.

Sobre este tema el mundo está dividido en dos corrientes. A la cabeza de la restricciones en materia de reelección está México, donde nadie puede repetir un mandatopara ningún cargo. Es la herencia que dejó la revolución mexicana cuando estalló el sistema político en medio de la dictadura de Porfirio Díaz que llevaba cinco períodos en el poder. Hoy en ese país el presidente puede ejercer un solo mandato en toda su vida y los diputados -que duran tres años en el cargo- sólo pueden repetir después de un período de espera en el que deben demostrar haber hecho algún tipo de perfeccionamiento.

En la vereda opuesta están los Estados Unidos y Europa. Si bien en cada elección se realizan consultas populares paralelas con mandato a los nuevos legisladores para impulsar cláusulas restrictivas a las reelecciones, esas órdenes populares nunca se cumplieron.

Prueba de eso es el caso de Edward Kennedy que permanece en su banca de senador por Massachusetts desde 1962. De hecho, en la página de Internet del Capitolio que le corresponde como senador se resalta como una virtud que se haya mantenido por 43 años como representante de su estado.

No es una excepción. Aunque con menor tiempo su compañero demócrata y ex candidato a presidente, John Kerry, también reivindica representar a Massachusetts desde 1985.

Casos como ésos se repiten en muchos de los 50 estados y también en la Cámara de Representantes. Sherwood Boehlert, republicano por New Hartford, Nueva York, anunció este año que no se presentará a una reelección más después de 24 años (12 mandatos) de haber sido diputado.

  • Vitalicios

    En Europa esa regla se repiteen parte por la influencia sobre la estabilidad que ejercen el sistema parlamentarioinclusive hasta el punto de existir casos de legisladores vitalicios, como Italia donde los ex presidentes pasan a integrar el Senado con esa categoría. En Latinoamérica algo similar quisieron los militares chilenos, aunque los fueros que pretendieron poco ayudaron hasta ahora a Augusto Pinochet a zafar de la Justicia.

    Aquí, Ferri y los ex duhaldistas no kirchneristas sostienenque la prohibición a las elecciones forma parte de la periodicidad de mandatos consagrada en la Constitución de 1853.

    «Con este proyecto se propone lograr una mayor dinámica en la renovación de la Honorable Cámara de Diputados. Con la alternancia que propone esta ley, se enriquece y fortalece la democracia», dice el proyecto. Contra esa idea se topa también la realidad de muchos diputados que ingresan por primera vez al Congreso sin saber bien como se ejerce ese métier.

    De hecho vale como anécdota que muchos se animan a pedir la palabra en el recinto recién entrado su segundo año de mandato y existió hasta ahora una ley no escrita en las Cámaras -se rompió en 2005- por la que un legislador recién llegado no podía ocupar ni la presidencia de una comisión ni de un bloque. Se exigía para esos cargos algún grado superior de experiencia.
  • Dejá tu comentario

    Te puede interesar