La polémica por el envío de lingotes de oro del Banco Central de la República Argentina (BCRA) al exterior sumó en las últimas horas una voz de peso: el economista Carlos Rodríguez lanzó duras críticas en redes sociales tras la nota de Ámbito que reveló que, según el propio Central, no existirían contratos que respalden esas operaciones.
Carlos Rodríguez, filoso con el BCRA por el envío de oro al exterior: reclamó transparencia total sobre las reservas
Para el economista, la falta de documentación formal abre interrogantes profundos sobre el manejo de los activos de la autoridad monetaria.
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El oro del BCRA. La reacción de Carlos Rodríguez, lejos de ser aislada, expone una inquietud que empieza a ganar volumen y que promete seguir escalando en la agenda pública.
“Esto es simplemente insólito”, escribió Rodríguez en su cuenta de X, al reaccionar a la información publicada por este medio. Para el economista, la falta de documentación formal abre interrogantes profundos sobre el manejo de los activos de la autoridad monetaria. “Puede estar de garantía de un préstamo de divisas que ya se gastaron. El público tiene que conocer la ubicación de TODOS los activos del BCRA. Y también sus pasivos”, advirtió.
La reacción de Rodríguez se produjo luego de que Ámbito confirmara que la Auditoría General de la Nación (AGN) informó al Congreso que el BCRA, bajo la conducción de Santiago Bausili, no permitió auditar los lingotes de oro enviados al exterior durante 2024, y que además comunicó oficialmente que no hay contratos registrados sobre esos envíos, por lo cual “no hay nada que auditar”.
“No larga prenda”: críticas directas a la conducción del Central
En otro de sus posteos, Rodríguez apuntó de manera directa contra el presidente del BCRA: “(Santiago) Bausili no tendrá contratos auditables sobre la ubicación del oro. Pero supongo que sabe dónde está y se resiste a decirlo. Le da vueltas a la cosa y no larga prenda”.
Las declaraciones reflejan el creciente malestar de un sector de economistas y especialistas ante la falta de información pública sobre activos que forman parte de las reservas internacionales. Según datos citados por la AGN, los envíos involucrarían lingotes equivalentes a u$s4.981 millones, un volumen significativo en un contexto de extrema fragilidad del balance del Banco Central.
Rodríguez amplió el reclamo más allá del oro y puso el foco en el conjunto de las reservas: “Además de preguntar dónde está el oro de las reservas, sería bueno saber dónde están los billetes dólar de los encajes de los depósitos de la gente. Y la serie semanal de RIN de acuerdo a la metodología del FMI”, sostuvo.
Sin contratos y con la Justicia en el medio
De acuerdo con la información a la que accedió Ámbito, el BCRA respondió formalmente a la AGN que “los contratos de colocación de lingotes de oro con el BIS y/o cualquier otro depositario del exterior no existen a la fecha ni los había al 31/12/2024”. Incluso señaló que no se elaboraron informes jurídicos porque, justamente, “no hay contratos”.
La situación escaló al plano judicial luego de que la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal revocara un fallo de primera instancia y ordenara al Central entregar la información pública vinculada al envío del oro. En paralelo, la AGN quedó formalmente habilitada para avanzar con acciones legales por entorpecimiento de la auditoría, tras la reciente jura de nuevos auditores.
Mientras el BCRA sostiene argumentos de confidencialidad, desde la AGN remarcan que la falta de acceso a documentación -y la imposibilidad de copiar, fotografiar o respaldar evidencia- hace técnicamente inviable cualquier auditoría seria, incluso tratándose de información sensible, como ocurrió en otros antecedentes.
La intervención pública de Carlos Rodríguez reavivó un debate que excede lo técnico y se instala en el plano institucional: el derecho de la sociedad a conocer con precisión la composición, ubicación y uso de los activos del Banco Central.
En un escenario de ajuste, escasez de divisas y negociación permanente con organismos internacionales, la opacidad sobre el destino del oro -uno de los activos más tradicionales de respaldo- se convirtió en un nuevo foco de tensión política y económica. La reacción de Rodríguez, lejos de ser aislada, expone una inquietud que empieza a ganar volumen y que promete seguir escalando en la agenda pública.




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