1 de julio 2008 - 00:00

Chávez, el Enrique VIII del Caribe

Chávez, el Enrique VIII del Caribe
Es probable que a Hugo Chávez se le dé ahora por evangelizar a Néstor Kirchner. Está por verse si logra hacer o no un converso del ex presidente argentino, pero al menos éste habrá escuchado, al menos una vez, un sermón. De boca del venezolano. Estampitas mediante, roguemos para que el señor Kirchner pueda ser reconfortado en el espíritu. O cooptado para la meditación.

Nada puede probar mejor la fe del presidente Hugo Chávez que la nueva Iglesia Reformada de Venezuela, presentada oficialmente el jueves pasado. Con bendición y apoyo financiero chavista, obvio. Esta es la buena nueva que nos trae, importada desde el Caribe, hasta nuestras pampas y a las yungas tucumanas. No es Chávez, desde ya -ni aceptaría que lo comparasen- una versión caribeña del rey Enrique VIII (el iniciador de la Iglesia Anglicana en el siglo XVI). Ni lo revuelve un problema dinástico de sucesión, ni ha tenido hasta ahora seis esposas (Ana Bolena incluida), ni le acercan los escritos de Juan Calvino ni los sermones de Martín Lutero. Tampoco tiene enfrente a un utópico Tomás Moro para que, cansadode su oposición política,lo mande engrillado con sentencia de muerte a la Torre de Londres.

  • Práctico

  • Lo de Chávez es sencillo. Y práctico: ingeniería electoral. Mera captación de votos (en noviembre hay elecciones en Venezuela).

    La Iglesia Reformada de Venezuela -por ahora, un culto nacional con predicamento en las clases bajas y medias- es el resultado de la fusión entre la Iglesia Anglicana Latinoamericana y la Comunión Anglicana Ortodoxa Mundial. Aunque sus pastores niegan tener intencionalidad política, curiosamente adscriben desde el púlpito y en masivos actos públicos a la revolución socialista bolivariana y pregonan la lucha contra la explotación del imperio estadounidense. Música para los oídos, calcada de las maratónicas salmodias pronunciadas en cadena nacional desde «Aló Presidente», el programa de Hugo Chávez, emitido todos los domingos (día de precepto también para el chavismo).

  • Rechazo

    La Conferencia Episcopal Venezolana ya rechazó el surgimiento de la Iglesia Reformada. Pero desde el gobierno -cualquier similitud con la realidad argentina es producto de la imaginación afiebrada- le han respondido acusándola de conspiración y de alianzas «non sanctas». El ministro de Interior, Ramón Rodríguez Chacín, se refirió, sin culpa alguna, a los supuestos nexos entre la jerarquía católica y el narcotráfico, lo que ya puso en movimiento al Deus ex Machina desde el Vaticano.

    Mientras tanto, Chávez podrá compartir con su amigo Kirchner no sólo la fe en el cielo, sino los temores del infierno. Que en ambos casos, pareciera, andan por círculos parecidos. A fuer de pecar de dantescos, para ambos, las encuestas, los paros y la pérdida de consenso, azuzados por una Iglesia que según ellos conspira, ya los tiene colocados en el camino al sufrimiento.
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