Controvertido invento porteño
• Por fuerte revalúo impositivo de los terrenos, se crea ahora en Capital tributo a la pobreza: ingresa más gente para pagar Impuesto a los Bienes Personales (un dos ambientes en Lugano, por ejemplo, deberá inscribirse ahora para pagar riqueza). Por lo genérico del incremento, se fuerza tal vez a una migración vecinal hacia las zonas más degradadas.
• Habrá presión sobre los alquileres, ya en techo histórico. Al afectar locales, también se motorizará alza inflacionaria.
• Se discute si hace falta una ley por la decisión de Telerman, hoy un decreto.
• El kirchnerismo se solaza atacando a Mauricio Macri, impulsor de la medida para equilibrar el Presupuesto. Parece olvidar que en Buenos Aires todavía se pagan impuestos más altos. Y que en el orden nacional se hace lo mismo.
• Gracioso país: macrismo parece hacer socialismo (dice sacarles a ricos) y progresismo se viste de conservador y protege a quienes más tienen.
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Jorge Telerman
A menos de cuatro meses para la entrega del mando -un calendario del que se duda hoy-, arriesga Telerman quedar en la enciclopedia porteña como el autor del impuestazo más grande, en esos tributos, de los últimos quince años. Y hasta no parece alcanzarle la justificación de que realmente son bajos los montos que se abonan, al punto que la Ciudad recauda más por patentes que por inmuebles; tampoco la diferencia de porcentajes a aplicar por zonas, ya que el que menos valorice su terreno en las cuentas fiscales, deberá pagar como poco 50% más de lo que hoy abona.
De aplicarse las subas, el Gobierno porteño contaría en noviembre con unos $ 150 millones extras, a parte de los $ 400 millones que tiene previsto dejar a Macri en la cuenta del Banco Ciudad, tal como indicó el ministro de Hacienda, Sergio Beros, a este diario, el viernes. Beros, para cada paso que da, consulta a Néstor Grindetti, actualmente director del Banco Ciudad y nominado para ministro de Hacienda en el gobierno macrista.
Así, se unificó el criterio para poda de gastos y el llamado a un plan de facilidades de pago, que no quiere el macrismo que se llame «moratoria». Pero no ha sido suficiente, evidentemente, para cubrir el déficit de la gestión, alimentado por subas salariales, ampliación de la estructura administrativa y, según los funcionarios porteños, la ejecución a pleno de obras públicas.
No hay reservas en el Banco Ciudad, ni un peso del fondo anticíclico, sólo la entrada del pago de impuestos, especialmente el de Ingresos Brutos, que se recauda cada día, lo que conforma una caja de alrededor de $ 200 millones. Ya pidió el Gobierno girar en descubierto en la cuenta del Banco Ciudad de Buenos Aires. En julio, el total por impuestos sumó $ 653.400.000, que representaron 30% más que igual mes de 2006, de los cuales solamente cerca de 10% corresponde a ABL. Como medida adicional, empezará esta semana una ronda de 200 nuevos inspectores que recorrerán cuadra a cuadra los comercios, empresas y talleres de la Ciudad buscando evasores. De esa manera, Telerman busca completar un ciclo de acciones para terminar el mandato dejando orden en las finanzas porteñas y evitando el déficit, labor que le agradecerá Macri.
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