17 de agosto 2001 - 00:00

De la Bombonera, Macri quiere ir a la Casa Rosada

Por si faltaban aspirantes en la interminable hilera de candidatos a presidente para 2003, ahora se anotó otro: Mauricio Macri, titular de Boca, alejado de las penurias empresarias del Correo y de SOCMA. No alcanza con los gobernadores peronistas en ejercicio, de Carlos Reute-mann a José Manuel de la Sota o Carlos Ruckauf, del declarado retorno de Carlos Menem, de la insistencia de Eduardo Duhalde, la fantasía reeleccionista de Fernando de la Rúa o las atrabiliarias ambiciones de Rodolfo Terragno o Elisa Carrió. Macri se suma a la tertulia utópica luego de un viaje en yate por Ibiza, se prepara para estudiar temas de gobierno, se reúne con políticos, convoca a otros empresarios para que le acerquen especialistas y hasta su esposa, Isabel Menditeguy, se interesaría en ser primera dama. Aunque hoy viaja a Barcelona por el caso de Román Riquelme, su cabeza está en otro sueño. Se olvida tal vez de los juicios que aún tiene pendientes y de que los hinchas de Boca no son mayoría, apenas 27% de la población.

Mauricio Macri
Mauricio Macri
Hay un candidato para la Presidencia de 2003 que no es Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota ni Elisa Carrió. Tampoco otros que sueñan con el cargo, sean Angel Rozas, Rodolfo Terragno o Eduardo Duhalde. Quien se piensa mandatario por el justicialismo es Mauricio Macri, aunque todavía no actúa en ese partido donde dispone de más de un referente (el misionero Ramón Puerta se transformó en su más notorio operador). Pero allí encuentra adhesiones y su utopía de máximo nivel quizás sea producto de otras tentaciones: hace una semana, los menemistas Daniel Scioli y Ana Mosso le ofrecieron ser candidato a senador porteño y él rechazó el convite. Ni siquiera parece interesarle la Intendencia capitalina, cargo para el cual inicialmente se lo había imaginado en el futuro. El espejo le dice que está para ocupar una jerarquía mayor, la Casa Rosada, adonde iría tras haberse instalado en la Bombonera. Finalmente, quien dispone de la «mitad más uno» puede tener esos sueños (a pesar de que los hinchas de Boca Juniors, según las encuestas, sólo son 27% de la población).

No parece arredrarlo el disgusto de los restantes simpatizantes -algunos encarnizados, como los de River, que constituyen 21% del electorado-, tampoco una serie de causas judiciales que aún lo atormentan y en las que todavía se ignora el desenlace. El nonato postulante se ha tomado en serio la responsabilidad: ya se programó para estudiar nuevas disciplinas (a través de lecturas y docentes) como ciencias sociales, economía y relaciones exteriores, una forma de ampliar su profesión de ingeniero y completar su experiencia empresaria y de dirigente futbolístico. No es el único ejercicio: ya sondeó a Carlos Reutemann y a José Manuel de la Sota para un eventual binomio. Del santafesino tuvo la negativa respuesta de que en 2003 no se piensa candidatear para presidente ni vice; con el cordobés tuvo un tropiezo de grado militar y, por lo tanto, tal vez los dos se enfrenten en una interna (junto a otra panoplia de aspirantes).

Otros señalan a otra figura: el empresario santafesino José Néstor Vignatti, que desde hace 10 años es presidente del club Colón.

Una novedad ésta de presentarse como «outsider» del partido, casi inédita en el justicialismo, pero que lógicamente ha prendido en todos aquellos amigos de Macri que no disponen de versación partidaria y creen que avanza la hora de aquellos que «no reconocen antigüedad política». Como en todo ciclo, especulan con el fin de los liderazgos y la llegada de una ola con nuevos grupos generacionales y alejados de los aparatos. En rigor, Macri -si concreta su proyecto- es un emergente de esa revisión interna provocada por Menem que hizo ubicar como gobernadores a un automovilista (Reutemann) y a un cantante (Ramón Palito Ortega), y a un motonáutico lo convirtió en diputado (Scioli).

• Estrategia

De todo esto, bajo el sol mediterráneo, discutió Macri con su amigo triatlonista Gustavo de Narváez (ex Casa Tía, hoy socio de Charly Alberti en un sitio de Internet) mientras navegaban en un yate privado entre Ibiza y Formentera. No fueron los únicos asistentes y, en el caso del titular de Boca, a su vocación se añade otro elemento nada despreciable: su esposa, Isabel Menditeguy, ex estudiante de ciencias políticas, estimula la candidatura pues no le disgustaría convertirse en primera dama. Buen reemplazo para Inés Pertiné. Con esos fines, ya comenzaron a diseñar la estrategia otros amigos empresarios como Federico Alvarez Castillo (Paula Cahen D'Anvers), Alejandro Gravier y el eterno asesor en compras Orlando Salvestrini. Más algunos cercanos de la política como Roberto Digón y los ex diputados Eduardo Rollano y el manzanista Guido Freytes (tampoco está alejado de ese entorno la ministra Patricia Bullrich). Convocan en principio a otros empresarios para inscribirse en la idea del cambio, no tanto para recolectar fondos -que no serían despreciados- sino para que aporten directivos de sus empresas que se dediquen a estudiar de ahora a 2003 un proyecto de gobierno y gestión. Mientras, Macri se va hoy a Barcelona, no en busca de sol sino para entender el esplendor catalán y, sobre todo, qué se hace con Román Mauricio Macri quiere mudarse a La Rosada.

Riquelme, ese jugador que a Boca le dio tantas alegrías y que al directivo le ocasionó más de un dolor de cabeza. Si le sale mal lo de Riquelme, para 2003 no tendrá ni la mitad más uno.

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