Final del bochorno con sólo cumplir la ley; hubo heridos

La Policía contuvo desarmadalos piedrazos y agresiones de dirigentes de la FUBA y de grupos de izquierda, que fracasaron ayer en un nuevo intento por dejar acéfala a la universidad pública.

Quedó demostrado que no era tan difícil neutralizar al puñado de estudiantes -muchos aspirantes a eternizar esa condición ya que superan los 30 sin tener todavía su título- de la FUBA que ayer volvieron a protagonizar un violento enfrentamiento con la Policía frente al Congreso.

Siete personas detenidas, policías y estudiantes heridos fueron el resultado de los incidentes de ayer donde militantes universitarios -muchos iban encapuchados portando banderas del trotskista Polo Obrero y el MST derribaron las vallas dispuestas por la Policía Federal aunque esta vez fracasaron en su sexto intento por dejar a la UBA acéfala.

Bastó decisión política para poder designar a las nuevas autoridades universitarias y terminar con el descontrol que los partidos de izquierda difundieron en la Universidad de Buenos Aires. Las fuerzas de seguridad se limitaron a acordonar las adyacencias del Congreso, y cuando los más violentos comenzaron a arrojar piedras y palos un camión hidrante disparó unos pocos chorros de agua teñida de azul para dispersar a los revoltosos. Algo tan elemental e inofensivo fue todo lo que se necesitó para destrabar casi ocho meses de crisis universitaria y seis asambleas frustradas.

Detenciones

La Policía detuvo a siete personas -cinco de ellas estudiantes; uno, Agustín Vanella, activista del MST y ex jefe de la FUBA- acusadas de los delitos de «atentado y resistencia a la autoridad y daños», y al menos dos efectivos sufrieron cortes en sus rostros por el impacto de objetos contundentes.

Los hechos se desencadenaron cuando los estudiantes de la FUBA, que habían formado «cordones humanos» frente a los vallados policiales para impedir que ingresen los asambleístas, notaron que éstos podían ingresar por las tres bocas del ramal A del subte, ubicadas sobre la avenida Rivadavia.

Los consejeros estudiantiles Santiago Gima y Martín Bustamante sortearon el vallado policial presentando sus credenciales y comenzaron a organizar, desde adentro, una acción para impedir que los asambleístas salgan por las bocas del subte.

Salida

Tras varios intentos distractivos y luego de que los estudiantes se distribuyeran en dos de las tres bocas, un cordón policial impidió que lleguen a tiempo a la tercera y por allí salieron los asambleístas, en medio de forcejeos entre los uniformados y los manifestantes.

Militantes de la FUBA voltearon luego las vallas colocadas en la avenida Entre Ríos y allí comenzaron los hostigamientos con la Policía, que respondió con agua de sus carros hidrantes y de bomberos.

Además de Vanella fueron detenidos los estudiantes Daniel Di Carlos y Alejo y Roberto Caivano, el profesor de Biología e investigador del CONICET Mario Morgenfeld, y Horacio Segovia, un joven «ajeno a los hechos», según la FUBA.

Tras su fracasado boicot, la cúpula de la FUBA tomó por algunas horas la sede del rectorado de la UBA. Pero la medida fue levantada ya que hoy marcharán a los tribunales federales, donde serán indagados los siete detenidos por los hechos de violencia ocurridos durante la elección del rector.

La FUBA había decidido ir a la Comisaría 16ª para exigir la liberación de los detenidos, pero al llegar ya habían sido trasladados a la Superintendencia de Investigaciones, ubicada en avenida General Paz y Madariaga. Hoy serán indagados por el juez federal Guillermo Montenegro.

El día ya había empezado mal para los revoltosos universitarios: la Justicia rechazó el amparo presentado por los estudiantes de la FUBA y avaló la legitimidad de la sesión de la Asamblea Universitaria de la UBA que eligió a Rubén Hallú.