27 de febrero 2008 - 00:00

Insisten en que los industriales paguen

Activistascartonerosayer frente aldespacho deMauricioMacri, cuandoen medio delas protestaspor la restitucióndel TrenBlanco,generaroncaos en eltránsito yquejas de losque terminabandealmorzar.
Activistas cartoneros ayer frente al despacho de Mauricio Macri, cuando en medio de las protestas por la restitución del Tren Blanco, generaron caos en el tránsito y quejas de los que terminaban de almorzar.
La marcha de cartoneros que ayer fustigó al gobierno de Mauricio Macri no tuvo consecuencias en la decisión de los funcionarios de la Ciudad de insistir ante las empresas papeleras para que aporten dinero para la actividad de los recicladores. La manifestación, a la que se acopló otra protesta por el desalojo de un edificio, más que nada causó un caos en el tránsito porteño y permitió, además, que se enfrentaran por el episodio la tropa de Elisa Carrió con el macrismo. Hasta ahora, en materia legislativa al menos, los dos partidos venían actuando en sintonía y contra el kirchnerismo. Pero ayer diputados de Carrió se plegaron a la manifestación contra el Gobierno porteño (ver nota aparte).

Los funcionarios del área que conduce Juan Pablo Piccardo, el ministro de Espacio Público, ratificaron ayer que el funcionario seguirá los lineamientos del gobierno local, que se propone erradicar en dos años el deambular de cartoneros por las calles de la ciudad.

Piccardo lleva adelante reuniones con los principales empresarios de la industria del papel con la idea de que sean ellos los que paguen el transporte de los cartoneros, en una primera instancia. El Gobierno porteño ofreció a los cartoneros camiones, pero ellos quieren que los lleven hasta el conurbano y piden un traslado para poder transportarse con la mercadería recolectada de la basura de la Capital Federal.

Casi un despropósito, según entienden los funcionarios de Macri, que consideran que con la economía en negro que genera la producción de cartón y papel se benefician las empresas radicadas en el conurbano, sin pagar costo alguno por la situación.

«Es un negocio», dijo el propio Macri el lunes por la noche en una entrevista televisiva.

Calificó como «antipático» el operativo de desalojo efectuado contra los cartoneros asentados en el porteño barrio de Belgrano, pero lo justificó como «algo necesario» dado que «la industria del cartoneo» se convirtió «en un negocio».

«Nuestro compromiso es que el espacio público es de todos y democrático, y esto no es negociable», repitió el jefe de Gobierno de la Capital Federal.

Según Macri, el operativo de desalojo «era necesario», ya que los cartoneros «no pueden seguir viviendo en espacios públicos, en condiciones lamentables, expuestos a accidentes y sin contar con seguridad e higiene».

Sorprendió en ese sentido ayer el ministro Aníbal Fernández, quien salió a explicar que la Policía Federal intervino el viernes pasado en el desalojo de cartoneros porque se habían creado condiciones para una «situación incontrolable con un nivel de conflicto severísimo».

El funcionario sostuvo que la fuerza de seguridad participó porque habían detectado «una camioneta rociada con nafta y otros bidones» en las proximidades del lugar.

  • Incontrolable

    «La camioneta con nafta, más nafta en bidones, más cartón, más un alambrado, más chicos atrás del alambrado, más una vía de un tren, era una garantía de una situación incontrolable con un nivel de conflicto severísimo», argumentó el responsable de las fuerzas de seguridad.

    La represión de los policías fue reprochada desde la tropa de Carrió como denunciada por la Defensoría del Pueblo porteña.

    Ayer los cartoneros pidieron un «boleto verde» para viajar y la renuncia de los funcionarios involucrados con el desalojo del viernes pasado. El gobierno les ofreció, por su parte, guarderías para los niños mientras realizan la actividad.

    En otro sentido, la Mesa Nacional de la Coalición Cívica declaró que «la metodología utilizada para el desalojo de los trabajadores cartoneros por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no puede pretender obtener justificación moral y resulta intolerable desde el punto de vista ético».
  • Dejá tu comentario

    Te puede interesar