El impulso del triunfo electoral continúa teniendo consecuencias en la influencia parlamentaria de La Libertad Avanza y volvió a incorporar a legisladores que imitaban su posición pero conservaban autonomía. Mientras el jefe de Gabinete y el ministro del Interior parecen flexibilizar la billetera nacional a los pedidos provinciales para garantizarse un centenar de votos, el peronismo busca reducir la tensión interna para no perder el estatus de primera minoría en la Cámara de Diputados.
La Libertad Avanza volvió a sumar diputados a su bloque y puede desplazar al peronismo como principal fuerza
Tres radicales libertarios se incorporaron este miércoles y el bloque oficialista llegó a 92 diputados. Unión por la Patria, que tiene 95, depende de que no haya fragmentaciones desde las provincias.
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Gabriel Bornoroni y Germán Martínez, presidentes de los bloques libertarios y peronistas, respectivamente.
La última noticia dentro del bloque oficialista es la adición de tres radicales libertarios. El cordobés Luis Picat, el tucumano Mariano Campero y el correntino Federico Tournier se suman a los seis miembros del PRO bullrichista (Ajmechet, Arabia, Avico, Giudici, Rodríguez Machado y Vásquez) que se tiñeron de violeta en el primer mes después de la elección. Si el 26 de octubre la bancada de La Libertad Avanza contaba 83 diputados para el 10 de diciembre, ahora computa 92. Hasta el momento, las reuniones conjuntas fluyeron y ya se perfilan quiénes presidirán comisiones y quienes serán obligados a un período de silencio para reducir el margen de error.
En el peronismo, las reuniones previas al recambio también son intensas. Incluso la reunión del Consejo del Partido Justicialista, donde se habló de “unidad de concepción y de acción”, tuvo como principal prioridad evitar nuevas fugas: ya dieron un paso al costado dos puntanos alineados con Alberto Rodríguez Saá (Fernández y Alí) y no se incorporarán los tucumanos que responden a Osvaldo Jaldo. Desde Catamarca desestimaron que esté confirmado el desprendimiento de los cuatro diputados oficialistas, pero reconocieron que existieron conversaciones para dar un paso al costado. Hubo un cambio: antes de las elecciones, negaban rotundamente esa situación.
Campero, Picat, Menem, Bornoroni y Tournier, anunciando la nueva ampliación del bloque libertario.
Otro de los encuentros que pretendió la unidad fue el de Cristina Kirchner y Ricardo Quintela, en San Juan 1111. La expresidenta habría sido quien convocó al gobernador riojano, con la intención de confluir en una estrategia que priorice un gran bloque numeroso (que aún no tiene nombre) antes que un archipiélago de espacios peronistas. El principal objetivo de la conducción justicialista es que no se concrete la salida de ninguna de las tribus. Todos se apuraban a apuntar al massismo, pero el cuñado del excandidato, el diputado electo Sebastián Galmarini, se encargó de desmentirlo en redes sociales: “La unidad del peronismo y todo el campo popular frente a la violencia que expresa Milei es una condición necesaria”.
Con 95 diputados, y aguardando que la reunión de Diego Santilli con el oficialismo de Santiago del Estero (3 senadores, 7 diputados) no le signifique una nueva reducción, el peronismo espera que se apague el ruido interno, que se efectivice la convocatoria a sesiones extraordinarias -que aún no es oficial- y reconstruir identidad con una agenda propia. ¿Tienen margen para una estrategia lateral a la polarización? Los gobernadores justicialistas aseguran que si toman la conducción del movimiento aumentará la influencia parlamentaria, una estrategia que ya eligieron en el Senado bajo el nombre de Convicción Federal.
Las representaciones provinciales en la Cámara baja juegan sus cartas de modo similar. Innovación Federal, en donde conviven los representantes de Misiones y Salta, busca incorporar a la diputada que ingresó por el oficialismo neuquino y existe un diálogo fluido con el tucumano Osvaldo Jaldo para -cada uno respetando su identidad- sostener posturas en común. Son, junto al PRO, los principales laderos del Gobierno.
Por su parte, Provincias Unidas (que tampoco definió sello, porque podría sostener Encuentro Federal o incluso optar por otro inédito) ya tuvo su primer encuentro como bloque. Sus participantes consideraron que no inició con el pie derecho. “Algunos gobernadores mandaron representantes a la reunión, pero en paralelo estaban negociando con Casa Rosada”, explicaron. Esa falta de transparencia interna provoca inseguridad en el tercer espacio más numeroso, que quiere consolidarse como alternativa política siendo una oposición con propuestas.




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