25 de septiembre 2007 - 00:00

Pugna kirchnerista facilitó el pase a los contrabandistas

Carlos Sueiro,jefe delsindicato deempleados dela Aduana,amenazó ayercon nuevosparos, si no seaclara lasituación entreese organismoy la Policía deSeguridadAeroportuaria.
Carlos Sueiro, jefe del sindicato de empleados de la Aduana, amenazó ayer con nuevos paros, si no se aclara la situación entre ese organismo y la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
El paro que afectó ayer a todas las aduanas del país tendrá hoy un respiro. Pero eso no implica que las hostilidades entre dos de los hombres de mayor confianza de Néstor Kirchner -Marcelo Saín, jefe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, y Ricardo Echegaray, director de la Aduana- se hayan calmado. Muchos pasajeros ingresaron ayer temprano a la Argentina sin que se controlaran sus equipajes -todo un paraíso para el viajante local-, aunque no es habitual últimamente que los hombres de la Aduana, aun en plenas funciones, atosiguen a quienes llegan al país. Mientras en Ezeiza el trámite de ingreso se agilizó, el Aeroparque estuvo al borde de un caos por las demoras. Como si para Kirchner no fuera importante que dos de sus hombres más cercanos sumergieran al país en una interna ya insólita -sólo un ministro suyo dio ayer una señal para calmar por un rato el conflicto-, la guerra entre los dos organismos siguió complicándose hasta el ridículo.

En medio del paro que llevaron adelante los oficiales de Aduana -que se inició por incompatibilidades entre los dos organismos en los aeropuertos y se agravó por la denuncia de coimas contra los aduaneros-, Echegaray ordenó al personal jerárquico que se posicionara en los puestos de control de equipaje en los principales aeropuertos, especialmente Ezeiza,sobre el que apuntaban las cámaras de televisión.

Cuando esos hombres intentaron ingresar, la PSA se negó a entregarles la credencial para acceder al área de control de equipaje, un documento que sí tienen los oficiales que ayer estuvieron de paro. Por lo tanto, los controles no operaban.

Mientras, Saín se volvió a presentar ante la Justicia, ahora para denunciar a la Aduana por no controlar los equipajes de los pasajeros que arribaban a los aeropuertos.

Ninguno de los gestos fue improvisado: Nicolás Rodríguez Games, subinterventor de la PSA, dio una conferencia de prensa para explicar la necesidad imperiosa de hacer esa denuncia.

  • Sin control

    «Hay una situación complicada, no hay demoras en los vuelos; el problema es que no hay control aduanero. Nosotros ya lo pusimos en conocimiento de la Justicia porque no hay control. La gente llegaba y no había controles», dijo entonces.

    La Aduana contraatacó: Echegaray anunció que había resuelto que en Ezeiza, Aeroparque y los pasos fronterizos, personal jerárquico desarrollara las «actividades de revisión de equipaje de turistas y ciudadanos argentinos» que arribaran al país.

    Pero el conflicto no estaba solucionado: tuvo que terciar entre estos dos hombres -que se pelean entre sí por el dominio de una de las mayores cajas del Estado, como son los aeropuertos internacionales- Aníbal Fernández y ordenarle a Saín que les entregara las credenciales de acceso a los puestos de control a los reemplazantes de aduaneros huelguistas.

    Ese round había terminado, pero después del mediodía comenzaron dos más: con el juez de la causa y con el sindicato de aduaneros (SUPARA).

    Echegaray le pidió al juez Alberto Santamarina -que investiga sobre los supuestos pedidos de coimas en el Aeropuertola filmación del hecho que se investiga y ordenó un sumario disciplinario preventivo. El gremio aduanero hizo lo mismo. En realidad, ambos quieren saber qué muestran esas imágenes sobre las que la PSA armó todo el conflicto y que están aún bajo secreto del sumario.

    Los gremialistas también volvieron a amenazar. Carlos Sueiro, el titular de aduaneros, se tomó un largo rato durante una conferencia de prensa para explicar la postura de sus hombres que, en este caso, es la misma que la de su jefe Echegaray: «Si esto no se modifica, va a haber superposición de funciones y roces permanentes entre los dos sectores y, además, va a continuar la patoteada contra la Aduana. Saín tiene la boca más grande que la cabeza de un caimán».
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