15 de junio 2006 - 00:00

Radicales redescubren a Macri

No sólo Roberto Lavagna, también Mauricio Macri pone ahora en alerta a radicales porteños. Ayer, la Ciudad amaneció con pintadas que ofertan la opción a los afiliados de la UCR de encolumnarse detrás del empresario. Por cierto podría entenderse como un mensaje de Macri para dar cuenta de que ya ha sumado a radicales desencantados desde su primera campaña de 2003, aunque en ese momento, como muestra, llevó a la Legislatura a Florencia Polimeni, hoy más cerca de otro grupo de radicales, como son los aristas.

Radicales en la Ciudad, que han abandonado la marca partidaria, los hay con Ricardo López Murphy, con Elisa Carrió, con Macri, con Patricia Bullrich y por supuesto con el kirchnerismo.

Así, por estas horas los radicales porteños se han entregadoa una puja de tribus que parece rememorar las viejas internas que supo dirimir ese partido político en el pre De la Rúa y antes de contabilizar los dos bochornosos resultados electorales de los últimos comicios.

  • Convocatoria

  • Ahora un grupo de adherentes al oficialismo se encuentra ocupado en una convocatoria local de dirigentes que sumen al pluralismo de Néstor Kirchner; «concertación», dice la invitación para una comida que tiene previsto realizarse el miércoles próximo a la noche, con unos 50 dirigentes de la Capital Federal que reniegan del proyecto lavagnista o de otro propio. Sin candidatos propios, los radicales buscan una boleta en tropas vecinas.

    Ayer salieron los que acompañan a Macri a presentar disputa, haciendo valer su posicionamiento y presentando al empresario como una opción de aglutinamiento. Pintadas callejeras sugieren la invitación y tiene como autoría al diputado de la Ciudad Manuel Zago, mientras que de PRO, en la misma Legislatura porteña, también reportan otros de la UCR, pero con Ricardo López Murphy. A propósito, la Legislatura de la Capital da cuenta de la partición radical: un solo legislador, Roberto Vázquez, lleva el sello UCR, de afinidad con el titular del Comité Capital, Jesús Rodríguez. Pero hay radicales en Compromiso para el Cambio, Recrear y también en el ARI. Un conteo más microscópico da como resultado que en la Ciudad aún quedan radicales ibarristas, de pronta mutación a un alineamiento con Jorge Telerman (otro salvoconducto para los radicales).

    A diferencia de Zago, por caso, del bloque Recrear, Marcelo Meiss es de los que creen que Macri debería terminar sellando un acuerdo con Lavagna, algo que podría prender en porciones de Compromiso para el Cambio (CPC) que resisten la postulación presidencial del empresario y lo quieren ver competir otra vez en terreno local.

    Ante tanta división, por otra parte, J. Rodríguez, uno de los principales promotores del acuerdo con el ex ministro de Economía, mantiene por ahora en inactividad el comité porteño que comanda. Aseguran que no ha convocado más que a un plenario en un año, cuando las reglas llaman a uno lunes por medio. Un grupo de delegados hasta ha pedido que Rodríguez sea sometido a un tribunal de conducta, y no se conforman con una reunión que realizó con caciques de parroquias, donde no se abordó el tema de candidatos ni de oportunidades.

    La dispersión de ese modo provocada, sin embargo, ha tenido efecto de despertador. Es de esa manera que los radicales macristas intentan sumar más « correligionarios» a su causa y los seducidos por el oficialismo promueven también agrandar la lista de abonados al gobierno, mientras que, por el momento, ni Carrió ni López Murphy lanzaron una campaña ad hoc para capturar viejos compañeros de ruta.

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