6 de agosto 2007 - 00:00

Scioli quiere un vice "ejecutivo"

AlbertoBalestrini yDaniel Sciolijunto a KarinaRabolini yLorena Scioli,el sábado enel tradicionalbar Carretoen el centroMatanza, SanJusto, dondepresentaron lafórmula parala provinciade BuenosAires Scioli-Balestrini.
Alberto Balestrini y Daniel Scioli junto a Karina Rabolini y Lorena Scioli, el sábado en el tradicional bar Carreto en el centro Matanza, San Justo, donde presentaron la fórmula para la provincia de Buenos Aires Scioli- Balestrini.
Para Daniel Scioli no era el «plan A» -prefería a José Pampuro-, ni para Alberto Balestrini ser vice bonaerense aparecía al tope de sus deseos. Pero, con Néstor Kirchner como padrino, terminaron anudados en la fórmula que el patagónico pensó para garantizar el triunfo de su esposa.

Diez días atrás, de mala gana, Balestrini decía que no aceptaría. «Entonces que me den el Banco Provincia... y quiero ser el año que viene presidente del PJ», despotricaba, y enumeraba exigencias, quizá un poco sobreactuado, el matancero ante sus amigos.

Un oportuno viaje a México, dos charlas privadas con el Presidente y la promesa «a lo Kirchner» -es decir, al pasar, sin demasiadas precisiones- de que serán escuchadas sus demandas, convencieron a Balestrini de que no le quedaba otra opción que aceptar.

A pesar de que, como no podía ser de otro modo, fue Kirchner el arquitecto de todo el proceso, en un gesto poco usual, el patagónico aceptó ceder el protagonismo y dejó que en la « novela oficial» Scioli elija a Balestrini y éste acepte feliz y sin chistar.

«Fue el mejor candidato que se podía elegir para completar la fórmula», fue el comentario obvio que compartió el PJ, cerca de Scioli y en el felipismo, una vez que se confirmó lo que se daba por seguro hace mucho: Ambito Financiero lo anticipó hace un mes. La elección de Balestrini dejó en el camino a dos pretendientes que, mirando hacia atrás, hubiesen generado más rispideces: Carlos Kunkel, que estaba seguro de que sería el elegido -y por eso se «escondió» en los últimos días- y José Pampuro, que sólo existía en los planes de Scioli.

El matancero es portador de dos o tres virtudes clave que lo empujaron a un lugar indeseado quizá porque no tiene buenos recuerdos de su paso por el Senado, sitio al que fue antes de la mano de Eduardo Duhalde y del que salió, también por pedido del ex gobernador, que lo usó para combatir a Alberto Pierri (su viejo amigo y socio) en La Matanza.

Balestrini logra combinar varias condiciones: ex intendente, que respeta al PJ oficial, es amigo -fue socio- de Felipe Solá y, además, forma parte del pelotón pequeño que en 2004 se rebeló contra Duhalde para ponerse del lado de Néstor Kirchner. Fue, en eso, más veloz que Scioli.

  • Roles

    Esta semana, luego de poner en línea sus agendas, Scioli y Balestrini saldrán a caminar la provincia juntos luego del lanzamiento informal de La Matanza, el último sábado.

    La campaña conjunta, que tendrá su inicio formal el 21 de agosto con un acto en Mar del Plata -¿se eligió ese destino para evitar las tropas típicas aportadas por los caciques del conurbano que últimamente derivan en incidentes?-, irá, además, definiendo los roles.

    Scioli piensa a Balestrini como su delegado en la Legislatura bonaerense no limitando su acción al Senado sino también como operador en la Cámara de Diputados.

    Pero, a su vez, también imagina al eventual vice -en caso de un triunfo el 28 de octubre- como un vice ejecutivo que pueda «aportar» desde la Legislatura para poner «en línea» la legislación para la reforma integral que imagina el actual vicepresidente.
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