La candidata del ARI por la Capital Federal, Elisa Carrió, insistió ayer en denunciar que el gobierno le estaría preparando una campaña de difamación, regalando artículos con su foto.
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Carrió cerrará hoy su campaña electoral en la Capital Federal junto con los candidatos que la acompañan en la boleta porteña y los que se presentan también en la provincia de Buenos Aires por el ARI.
Ayer, Carrió rompió una de las reglas que se había impuesto para esta temporada de búsqueda de votos y salió con una denuncia. Repitió la candidata, durante una conferencia que brindó en el Congreso, que el gobierno estaría fabricando máquinas de coser que llevarían estampado su rostro. Esa denuncia la había formulado el lunes en Rosario, pero los aristas aseguraron ayer contar con datos más precisos.
A Carrió le habían dicho que en una fábrica de máquinas de coser del conurbano bonaerense se estaba haciendo la maniobra con la idea de regalar los artículos y adjudicarle la artimaña. Carrió acusó directamentea Néstor Kirchner y a «los Fernández» (los ministros,Alberto y Aníbal) de los que consideró una difamaciónen su contra. «Es una operación ridícula y muestra la desesperación del gobierno», afirmó Carrió, y dijo que «Kirchner, el jefe de Gabinete y el ministro del Interior son cobardes».
Durante la puesta en el Congreso, Carrió aseguró, además, que las máquinas de coser distribuidas en el conurbano bonaerense pertenecen «a una proveedora del Estado que es contratista directa del Ministerio de Desarrollo Social».
Ese episodio no impidió, de todos modos, que Carrió siguiera paso a paso el objetivo que se ha impuesto para las últimas horas de campaña y que mortifica a su rival Rafael Bielsa: confrontar casi en exclusividad con Mauricio Macri y dejar al canciller de lado.
Hoy la candidata tiene previstoel acto de cierre a partir de las 19 en el teatro porteño Coliseo, donde el ARI se dio cita para lanzar la campaña a la que dará fin esta tarde.
Utilizará, a su estilo, el discurso para reforzar las chances entre los porteños, mientras deja más para la militancia y el resto de los candidatos la tarea de desplegar las consignas del llamado «contrato moral».
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