23 de noviembre 2025 - 00:00

El ambicioso plan de China para construir la cima arquitectónica del mundo y desplazar a Dubai

El proyecto de 838 metros sobre el nivel del mar busca superar a la Burj Khalifa. El plan de construirlo rápido fracasó, su desarrolladora aún cree que se retomará.

Esta construcción simbolizó la esencia de la China moderna: una nación que busca convertir lo imposible en un desafío más por conquistar, prometw una hazaña tecnológica y organizativa sin precedentes

Esta construcción simbolizó la esencia de la China moderna: una nación que busca convertir lo imposible en un desafío más por conquistar, prometw una hazaña tecnológica y organizativa sin precedentes

China se posiciona como una nación donde destacan las obras arquitectónicas extremas. Dentro de sus fronteras se encuentra el puente más largo del mundo, la planta de energía solar flotante más grande y la presa también más grande del planeta, solo por mencionar algunos de sus proyectos más ambiciosos. En 2012, el gobierno de la ciudad de Changsha, en la provincia de Hunan, decidió que ya no bastaba con ser el líder en infraestructura horizontal o energética. Anunció un proyecto destinado a despojar a los Emiratos Árabes Unidos de su título más preciado.

El objetivo fue claro: superar al icónico Burj Khalifa de Dubai. El rascacielos emiratí, inaugurado en 2010, se alza hasta los 828 metros de altura y necesitó 1.325 días de trabajo constante para su finalización. El plan chino, bautizado como Sky City, buscó superarlo por 10 metros, proyectando una altura final de 838 metros. Pero la altura no fue la única apuesta; el verdadero desafío residió en la velocidad.

La construcción del gigantesco edificio recayó en Broad Sustainable Building (BSB), una empresa conocida por su velocidad, que elevó la apuesta con una promesa arriesgada: tendría listo el edificio en tan solo 90 días. El tiempo de obra equivalía apenas a una fracción de lo que tomó levantar el récord mundial actual.

El secreto modular: un rompecabezas de acero

Para conseguir tal proeza, la compañía BSB confió en la prefabricación avanzada, un concepto habitualmente reservado para viviendas de menor envergadura, no para una estructura destinada a acoger a miles de personas. La clave del proyecto se fundamentó en el sistema modular. La empresa planeó fabricar previamente el 95% de la estructura en factorías, para luego ensamblarla en el sitio como si fuera un gigantesco rompecabezas de acero y vidrio.

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El proyecto contempla hasta un helipuerto

El proyecto contempla hasta un helipuerto

Los números de este enfoque constructivo resultaron colosales. La compañía constructora estimó que necesitaría unas 270.000 toneladas de acero para levantar la estructura. Esta cifra contrasta fuertemente con las 39.000 toneladas que utilizó el Burj Khalifa. A cambio, el proyecto requeriría menos hormigón. Además, BSB aseguró que la modularidad permitiría evitar el uso de materiales de construcción tóxicos como el amianto, el plomo o el aldehído. Aunque no se brindaron demasiados detalles estructurales de la proeza, la empresa prometió que una de las ventajas principales del edificio sería su excepcional resistencia ante fenómenos naturales extremos, como los terremotos.

La promesa de los 90 días, sin embargo, pronto encontró su primer ajuste. Si bien la aprobación de construcción llegó en noviembre de 2012, la compañía tardó un poco más en arrancar. Finalmente, en lugar de 90 días, la constructora dijo que necesitaría 120 días para completar el proyecto. Este ajuste, si bien triplicó la promesa original, aún representaba un tiempo ridículamente corto en la escala de la ingeniería global.

Una ciudad de confort y sostenibilidad en el cielo

Sky City se ideó como mucho más que un rascacielos; su diseño fue el de una "ciudad" con todas sus comodidades para evitar, si así lo deseaban sus residentes, que tuvieran que salir de allí.

En sus 202 pisos, el edificio tendría capacidad para albergar a 30.000 personas. La distribución del espacio se planificó con sumo detalle:

  • Uso Residencial: 83% del espacio total.

  • Hotel: 5% del espacio.

  • Servicios: Escuelas, hospitales, guarderías, supermercados y tiendas ocuparían el resto.

El confort se extendió a las instalaciones deportivas, que comprendían desde seis canchas de baloncesto hasta diez canchas de tenis. Además, el proyecto contempló piscinas y amplias "zonas verdes" no solo en la parte más baja, sino también distribuidas en diferentes niveles, tal como mostraban los diseños conceptuales.

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Render nocturno del proyecto (Foto: Broad Group)

Render nocturno del proyecto (Foto: Broad Group)

La sostenibilidad se presentó como un pilar central. Gracias al aislamiento de 15 cm de las paredes y el uso de ventanas con vidrio de cuatro capas, se estimó que la temperatura interior se mantendría estable entre 20 y 27 °C. La iluminación LED sería total. Este conjunto de características permitiría un ahorro energético de hasta el 80% respecto a un rascacielos convencional. El plan no solo buscó un récord de altura, sino también redefinir la forma en que se construyen las ciudades: vertical, eficiente y sostenible.

El veto ambiental

El proyecto, cuyo costo estimado alcanzó los u$s1.460 millones, tuvo su ceremonia inaugural en julio de 2012. Poco después empezaron las obras de los cimientos, pero todo se detuvo a los pocos días. La razón inicial que comunicaron fue la falta de un permiso adicional.

China Construcción Propiedades
Las obras de edificios siguen en marcha en el gigante asiático. China logrará construir el edificio más alto del mundo, o será un desafío que quedará trunco

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Debido a la enorme altura del edificio, la aprobación local no resultó suficiente. Se necesitaba el visto bueno del gobierno nacional en Pekín. Las autoridades iniciaron una evaluación ambiental que se dilató por un tiempo considerable. Finalmente, llegaron a una conclusión que supuso la interrupción definitiva de la obra.

El gran escollo fue el Lago Daze. La zona de construcción se situaba cerca de este humedal, el último en Changsha, que sirve de hogar a unas 135 especies de aves. Entre ellas se encuentra la grulla siberiana, un ave que figura en peligro crítico de extinción. Los activistas ambientales, que temieron que Sky City interrumpiera la migración y anidación de la grulla, así como de otras aves protegidas como cisnes y cernícalos, ejercieron presión sobre el gobierno para que declarara el humedal como una "zona de no construcción". Finalmente, las autoridades accedieron al pedido y prohibieron las obras en el lugar.

La ambición china de superar a Dubai se topó con la vida silvestre. Hoy, la imagen de la derrota ofrece una llamativa nota de color: los cimientos de la que iba a ser la estructura más alta del mundo se encuentran llenos de agua y se utilizan como piscifactoría o criadero de peces.

A pesar de su optimismo, la empresa BSB confía en que algún día lo logrará. No obstante, tiene otro problema en el horizonte: China prohibió en 2021 la construcción de edificios que superen los 500 metros de altura. Por lo tanto, si Sky City alguna vez se concreta, necesariamente deberá buscar un hogar fuera de las fronteras chinas. El proyecto que buscó demostrar la velocidad y poderío del país asiático permanece como un monumento a la importancia de la regulación ambiental.

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