En un contexto de urgencia climática y la necesidad de encontrar alternativas a los materiales de construcción convencionales, la madera emerge con fuerza para redefinir el horizonte urbano. La industria de la construcción tradicional es responsable de más del 35% de las emisiones globales de dióxido de carbono, una cifra alarmante según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Frente a este desafío, la madera se posiciona como un material renovable, con la capacidad de almacenar carbono, reducir el peso estructural de las edificaciones y acortar significativamente los plazos de obra. Este cambio no solo responde a una tendencia, sino a una necesidad imperante para construir de manera más sostenible.
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Rascacielos de madera: la carrera por conquistar el cielo con materiales renovables
Desarrolladores y constructores compiten con obras vanguardistas globales. Reducen huella de carbono y optimizan plazos. Tendencias y el potencial argentino.
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La madera se impone como un nuevo material ecológico para la construcción de obras de envergadura.
La clave de este resurgimiento está en la revolución tecnológica aplicada a productos madereros. La madera laminada cruzada (CLT) y la madera laminada encolada (Glulam, Glued Laminated Timber, que en español se traduce como Madera Laminada Encolada) permitieron un salto de escala sin precedentes. Gracias a estas innovaciones, es posible pasar de construir casas bajas a levantar imponentes torres de más de 80 metros. El CLT, por ejemplo, se compone de capas de madera maciza dispuestas perpendicularmente y unidas con adhesivos estructurales, dando como resultado un material que combina resistencia, estabilidad y ligereza, pilares fundamentales para los rascacielos del futuro.
Actualmente, el edificio de madera más alto del mundo se encuentra en Noruega, con 85,4 metros. Sin embargo, diversos proyectos ya en marcha o en fase conceptual prometen superar este récord en los próximos años, redefinen los límites de la construcción sostenible.
Mjøstårnet (Noruega)
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Ubicación: Brumunddal, a 100 kilómetros de Oslo.
Altura y Pisos: 85,4 metros, 18 pisos.
Inauguración: 2019.
Usos: Hotel, oficinas, departamentos y pileta climatizada.
Materiales: Construido con CLT y Glulam.
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Detalle: Ícono de la arquitectura sostenible, resolvió desafíos de vibración y resistencia al fuego con simulaciones avanzadas. Su estructura de madera redujo la huella de carbono comparado con un edificio de hormigón.
HoHo Wien (Austria)
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Ubicación: Viena.
Altura y Pisos: 84 metros, 24 pisos.
- Inauguración: 2020.
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Usos: Hotel, oficinas y departamentos.
Materiales: 75% de su estructura emplea CLT y Glulam, con un núcleo de hormigón para rigidez y protección contra incendios, anticipando la tendencia híbrida.
Brock Commons Tallwood House (Canadá)
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Ubicación: Universidad de British Columbia, Vancouver.
Altura y Pisos: 53 metros, 18 pisos.
Inauguración: 2017.
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Usos: Residencia estudiantil.
Detalle: Pionero en normativas, funcionó como un experimento regulatorio. Su récord particular fue el tiempo de construcción: apenas 70 días para montar su estructura. Canadá impulsa activamente normativas y tiene incentivos fiscales para estas construcciones.
25 King (Australia)
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Ubicación: Melbourne.
Altura y Pisos: 45 metros, 10 pisos.
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Inauguración: 2018.
Usos: Oficinas.
Detalle: Aunque no compite en altura con los líderes, influyó en la adopción de normas más flexibles para edificios de madera en Oceanía.
Proyectos que Aspiran a Batir Récords
La ambición por superar los límites actuales es evidente en varios proyectos en desarrollo:
W350 Project (Japón)
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Ubicación: Tokio.
Altura y Pisos: 350 metros, 70 pisos.
Objetivo: Completarla para 2041.
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Usos: Oficinas, viviendas y comercios.
Materiales: Incorporará 90% de madera, reforzada con acero para cumplir estrictas normas antisísmicas.
Detalle: Es el proyecto más espectacular en carpeta, buscando integrar la madera local, reducir emisiones y potenciar la densidad urbana.
Rocket&Tigerli (Suiza)
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Ubicación: Winterthur, cerca de Zúrich.
Altura y Pisos: 100 metros, 32 pisos
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Estado: En construcción desde 2023.
Detalle: Sería el edificio de madera más alto del mundo sin un núcleo de hormigón, apoyándose en investigaciones de la ETH Zürich para innovar en conexiones estructurales y normas contra incendios.
Proyectos Conceptuales en Reino Unido
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Ubicación: Londres.
Ambicición: Aspiran a superar los 300 metros.
Detalle: Aunque muchos están en etapa conceptual, ilustran la dirección del mercado, buscando convertir a Londres en un centro de construcción sostenible.
Impacto ambiental y el futuro de la madera en la construcción
El auge de los rascacielos de madera no es solo una cuestión de récords de altura, sino una respuesta vital a la crisis climática. El uso de madera estructural no solo reduce las emisiones directas, sino que almacena carbono durante décadas, siempre que provenga de una gestión forestal responsable.
Daniel Vier, presidente de la Cámara Argentina de la Madera (CADAMDA), profundiza en los beneficios. "La madera es un recurso renovable, reciclable y carbono neutro. Esto contribuye a la mitigación del cambio climático y del calentamiento global, siendo el material de menor demanda energética para su fabricación", sostienen. Subrayan su capacidad aislante superior, que reduce el consumo energético, y cómo mejora la contaminación acústica, absorbe radiaciones electromagnéticas y regula la humedad interior, creando ambientes más cálidos y productivos.
Comparando con otros materiales, desde CADAMDA detallaron: "Un metro cuadrado de área construida en un edificio con estructura de acero genera 40 kg de CO2 y consume 143 KW/h de energía. Similar es el caso de una estructura de hormigón, que registra 27 kg de CO2 y 80 KW/h de energía por metro cuadrado. En cambio, si la estructura es de madera, un metro cuadrado de superficie plantea 4 kg de CO2 y solo 22 KW/h de energía". Esto significa que la construcción en madera puede reducir las emisiones de CO2 hasta en una décima en comparación con los sistemas tradicionales.
El arquitecto Diego García Pezzano, responsable del departamento de arquitectura de CADAMDA, recordó que la construcción en madera de gran altura no es nueva, citando la mítica Pagoda de Madera de Yingxian (72 metros, 1056 d.C.) como ejemplo histórico.
García Pezzano destaca que Argentina, con su extensa industria de madera laminada encolada, tiene la capacidad de proveer lo necesario para edificios en gran altura, aunque aún no se cuente con el sistema CLT. "Pensar en edificios de planta baja y 3 o 4 pisos de altura es totalmente posible y contamos con los materiales, tecnologías y capacidad para poder llevarlos adelante exitosamente", afirma. Para él, la principal barrera es cultural y normativa, pero la aparición de reglamentos como el CIRSOC 601 está ayudando a derribarlas.
El potencial de la madera para reducir el déficit habitacional en Argentina es inmenso debido a su velocidad de respuesta y la capacidad de la industria forestal. "Esperamos que esto escale rápidamente, en altura y en capacidad de producción para movilizar a toda la cadena", sostiene García Pezzano, mencionando ejemplos como los desarrollos que ya existen en Chile y Uruguay.
La carrera por conquistar el cielo con madera mira hacia el horizonte de muchas ciudades, prometiendo un cambio cultural en la forma de construir y habitar. Hoy el costo para edificar no baja de u$s1.500 por m2, y si es algo muy sofisticado, ese valor se eleva un 60% más.
Si bien la prefabricación ya da eficiencias, Vier enfatizó que Argentina debe optimizar la cadena de valor y el fondeo. "La foresto-industria tiene un potencial enorme para el déficit habitacional y las economías regionales", aseguró. Con 2 millones de hectáreas plantadas para 2030, el suministro será robusto. Vier concluyó: "Con inversión y normativas adecuadas, los beneficios de la madera se reflejarán en la accesibilidad de costos, volviéndola más competitiva para viviendas y edificios en altura".
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