Después de 101 años de adaptaciones al cine del clásico “Drácula”, de Bram Stoker, el infame discípulo esclavizado hipnóticamente por el Conde, es decir, el devorador de moscas Renfield, finalmente tiene su propia película que esta semana se estrena en los cines argentinos. Más allá de que esta “Renfield: asistente de vampiro” es una comedia negra que cuenta la rebelión del “pillo” de Drácula contra su amo en la Nueva Orleans contemporánea -una locación favorita para los vampiros hollywoodenses luego de la taquillera “Entrevista con el vampiro” con Tom Cruise-, estos personajes surgidos de un libro de 1897 marcan la vigencia de la obra de Stoker y la fascinación que el mito vampírico sigue ejerciendo sobre el público de cualquier época. De hecho, este film llega tras un año más del centenario de la primera adaptación a la pantalla grande de “Drácula”, la genial obra del expresionismo alemán “Nosferatu” que dirigió F. W. Murnau en 1922.
“Renfield”: el asistente de Drácula alcanza al fin su papel protagónico
Con Nicolas Cage como el Conde y Nicholas Hault como su discípulo, el film se estrena este jueves.
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Está claro que el director a cargo de “Renfield”, Chris McKay, responsable de las películas de Lego como “Lego Batman” ,tal vez no sea un cineasta que debería compartir su nombre con Murnau en mismo párrafo, pero siendo una comedia negra, y teniendo como principal guionista al galardonado Ryan Ridely, escritor de muchos episodios de la serie animada de culto “Rick y Morty” (todo un ejemplo de humor negro, ciencia ficción delirante e incorrección política) promete estar a la altura de un personaje que tiene una larga historia en cuanto a la excelencia de los actores que lo encarnaron en el cine. Nicholas Hault (coprotagonista de la última “Mad Max” que también encarnó a Tolkien en su biopic), convertido en el primer Renfield con película propia, tendrá que competir con las grandes figuras de culto y en ocasiones también prestigio que personificaron al devorador de insectos en algunas de las más renombrados adaptaciones de la novela de Stoker, cuyo Conde Drácula sigue siendo uno de los personajes de ficción más adaptados al cine junto con Tarzán y Sherlock Holmes.
Hay que volver al principio y al film de Murnau. Su “Nosferatu” tenia una singular representación de un vampiro calvo y encorvado, con dientes incisivos de roedor y una expresión maligna marcada por la gran actuación del mítico Max Shrek. Luego, el otro único actor que tuvo una carrera importante en parte motivada por “Nosferatu” fue Alexander Granach, que en el papel de Strok (todos los nombres de los personajes estaban alterados para no pagarle derechos a la viuda de Stoker, quien igual demandó a Murnau), que tuvo muchas escenas a lo largo del film siempre buscando moscas. Hay que aclarar que Renfield, si bien captado diabólicamente por el vampiro, sigue siendo humano y por eso le resulta indispensable a su amo sobre todo en las tareas diurnas. Gracias a “Nosferatu” la carrera de Granach se disparó tanto en Europa como en Hollywood, con importantes papeles de reparto en clásicos de Lubitsch (nada menos que “Ninotchka” con Greta Garbo), e hizo al guerrillero republicano Paco junto a Gary Cooper e Ingrid Bergman en “Por quien doblan las campanas”. Y apareció en “Los verdugos también mueren”, el gran film antinazi de Fritz Lang.
Lo que nos lleva a un dato curioso: en ese film de Lang de 1943, este Renfield de Murnau compartió elenco con el más famoso y a la vez oscuro y decadente Renfield de Tod Browning, Dwight Frye, o sea el que tenía como amo a Bela Lugosi en el primer Drácula del cine sonoro que en 1931 hizo explotar la taquilla iniciando así el éxito del ciclo de la primera ola de clásicos del horror de la Universal (que no por nada sigue siendo el estudio que revive a estos viejos y queribles monstruos). Más allá de lo icónico de Lugosi como el vampiro, tal vez la mejor actuación de film sea la del miserable Frye que, como todo actor decadente, recibía una mirada especialmente cercana por parte del legendario director de “Freaks” y de algunas de las más retorcidas películas del astro del cine mudo Lon Chaney.
Frye quedó encasillado en papeles menores pero inolvidables de asistente de científico loco, con dos papeles parecidos tanto en las dos obras maestra de James Whale para la Universal protagonizadas por Boris Karloff, “Frankenstein”, donde hacía de Fritz (el que se equivocaba al robar el cerebro del monstruo y arruinaba todo el experimento) y “La novia de Frankenstein” donde era Karl, además de Rudi en “Frankenstein contra el hombre lobo”, todos ellos la base del inolvidable Igor que encarnaba Marty Feldman en la comedia de Mel Brooks “El joven Frankenstein”. Frye actuó en un par de docenas de films B como “The Vampire Bat”, “Dead Men Walk” y en la primera versión de “El halcón maltes” casi siempre componiendo psicóticos siempre dispuestos a pegar agudos alaridos. Pero es un ícono del cine fantástico por ser, junto a Edward Van Sloan, el único actor del “Drácula” de la Universal que el estudio también quiso conservar en el reparto de “Frankenstein”. El culto al inolvidable ayudante de vampiros y científicos locos fue homenajeado tanto por Marvel en dos de sus series de TV como por el rocker terrorífico Alice Cooper, que le dedicó una de sus grandes canciones, “The Ballad of Dwight Frye”.
Otro gran Renfield fue el inigualable y desalmado Klaus Kinski, que primer encarno al asistente del vampiro en “El Conde Dracula”(1970) con Christopher Lee componiendo una versión fiel a Stoker según el director español Jess Franco, y le daba una buena vuelta de tuerca revulsiva. Esto permitió que por una vez Christopher Lee tuviera su Renfield, ya que en los clásicos que venia filmando para la productora británica Hammer Films el personaje importante era el Van Helsing de Peter Cushing y Lee, grandioso y todo en el que para muchos es el mejor Drácula, aparecía poco, y prácticamente no tenia diálogos ni asistentes. Cuando en 1979 Kinski hizo de Nosferatu en la remake de Werner Herzog, esta vez los personajes mantenían los nombres del libro de Bram Stoker, y Renfield era el formidable Roland Topor.
Otro buen Renfield fue el encarnado por el cantante Tom Waits en el “Drácula” de Francis Ford Coppola. Film que nos conecta directamente con esta nueva “Renfield”, ya que Nicolas Cage, sobrino de Coppola, moría por hacer el personaje que su tío le dio a Gary Oldman. Hubo todo un conflicto familiar previo,, porque el director de “El Padrino” quedó muy desconforme con la actuación de Cage en “Peggy Sue Got Married” y lo acusó de cambiar sus directivas en escenas fundamentales haciendo que el film tomara otro estilo. Cage aseguró muchas veces que hacía cine para encarnar tres personajes esquivos, Superman que una vez casi logra hacer junto a Tim Burton pero que ha abandonado con la edad, el Capitán Nemo de Julio Verne, que siempre esta a punto de filmar, y Drácula, que Coppola le negó pero que fue el motivo por el que aceptó hacer un film donde no es el protagonista.
Toda una galería de personajes para interpretar a un enfermo que chupa la sangre de insectos pero que derivó en un lado científico serio: es que por su comportamiento en la novela de Stoker hay un término clínico que utilizan psiquiatras anglosajones, el “síndrome de Renfield”, refiriéndose justamente a pacientes que buscan energía vital y presuntos poderes místicos en la sangre de insectos.
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