19 de febrero 2018 - 11:04

Dilema de Moyano ante el 21-F: convocar al paro nacional o no

Aunque evitan dar cifras, los Moyano esperan una concurrencia de más de 500.000 personas, con 100.000 choferes de camiones garantizados.
Aunque evitan dar cifras, los Moyano esperan una concurrencia de más de 500.000 personas, con 100.000 choferes de camiones garantizados.
Las principales cartas están sobre la mesa y cada jugador ya no tiene nada que esconder. La guerra entre los Moyano y Mauricio Macri escalará raudamente en las próximas horas, si los dos jefes camioneros definen un dilema: convocar o no a una huelga general.

Los sectores de la "izquierda combativa" como los partidos PTS, IS y PO o la facción gremial del "Pollo" Sobrero son los que más pujan por el paro nacional. Cerquita, se ubica la CTA de Pablo Micheli y los estatales de Hugo "Cachorro" Godoy, que este año ya realizaron varios días de protestas por los despidos en la administración pública. Movimiento Evita, Unidad Ciudadana, La Cámpora y los sindicatos kirchneristas de la CTA de Hugo Yasky y Roberto Baradel, ATE Capital y la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) de Sergio Palazzo están de acuerdo, con tal frenar el "avasallamiento" institucional y el "modelo ajuste". Los movimientos sociales de la CTEP, Barrios de Pie y la CCC vienen de un paro de 24 horas por la "emergencia alimentaria" la semana pasada y no tienen inconvenientes en hacer otro más.

Los cegetistas memoriosos recuerdan los empujones, las corridas y las trompadas que recibieron algunos caciques de la central obrera al término del acto del 7 de marzo del año pasado, frente al Ministro de Producción. "Poné la fecha la p... que te parió", les reprochaban. Ese día, la grieta que hoy reluce en la CGT, asomaba por lo bajo. Un sector que no quería llamar públicamente a un paro se enfrentó en la mesa del Consejo Directivo contra otro grupo de sindicalistas más rebeldes, con menor andamiaje oficialista, que sí querían anunciar la fecha de un paro para abril siguiente. Eran daeristas versus moyanistas.

En ese momento, la indecisión provocó caos dentro y fuera de la CGT. Los Moyano no quieren repetir el libreto. Los incidentes posteriores a los discursos fueron gravísimos: facciones de la izquierda combativa y algunas células kirchneristas inorgánicas insultaron, agredieron y hasta tomaron por asalto el escenario, el micrófono y el atril de Perón. Esmerilaron el poder de fuego cegetista de ese entonces. Por ese motivo, ante la presión de las "bases", el ala moyanista inclinó la balanza y luego de unos días de autocrítica se resolvió llamar a una huelga general sin movilización para el 6 de abril siguiente. Meses más tarde, los Moyano comenzaron a armar el ejército de aliados para lanzar el 22 de agosto una movilización a Plaza de Mayo, que se continuó con la del 29 de noviembre y el paro de la CGT del 18 de diciembre.

Con los capitanes Hugo y Pablo Moyano inmersos en un raid mediático parea difundir los motivos de la concentración, el 21F quedó a cargo de tres de sus mejores generales: Luis Córdoba (secretario de organización), Marcelo Aparicio (secretario gremial) y Roberto Troncoso, el histórico colaborador de Camioneros. Aunque evitan dar cifras, esperan una concurrencia de más de 500.000 personas, con 100.000 choferes de camiones garantizados. El 21 de febrero la zona del Ministerio de Desarrollo Social será intransitable.



Los que no irán a la macha son la UOM, Unión Ferroviaria, Suterh, Comercio, Uocra, UTA, La Fraternidad, gastronómicos, UPCN, Sanidad, Alimentación, Luz y Fuerza, trabajadores de obras sanitarias, remiseros, tintoreros, del sindicato de modelos, municipales porteños, docentes de la UDA y empleados de garage, entre otros. Sin embargo, en los últimos días se concertaron reuniones en decenas de seccionales gremiales de todo el país de sindicatos que a nivel nacional no se sumarán a la protesta. El debate puertas adentro fue si adhieren y movilizan, si solo adhieren o si se pliegan a la voluntad de sus jefes de las federaciones y no hacen nada.

Estatales ferroviarios de Ferrobaires anunciaron que marcharán para impedir los 1.500 despidos anunciados por el gobierno bonaerense. Lo mismo algunos empleados de comercio de calls center y los trabajadores del INTI, principalmente los del sector textil. Los metalúrgicos de La Matanza rechazarán las cesantías en las fábricas. Al menos una docena de sindicatos de La 62 Organizaciones Peronistas también se rebelaron ante el ultramacrista Ramón Ayala y prometieron presencia en 9 de Julio y Belgrano.

Pero no fue la única grieta que brotó con esta movilización. Un sector del PJ bonaerense se bajó del acto y decidió no mover el "aparto". Sostienen que el reclamo por paritarias libres, el rechazo a la reforma laboral y el freno a los despidos es justo, pero coinciden con el Gobierno que el verdadero motor de la pulseada son las causas penales contra los organizadores. Los intendentes que se espera que vayan son Gustavo Menéndez (Merlo), Fernando Gray (Esteban Echeverría), Verónica Magario (La Matanza), Walter Festa (Moreno), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada) y Mariana Fassi (Cañuelas), entre otros.

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