La ceremonia de apertura de sesiones de Axel Kicillof en La Plata se extendió por cerca de dos horas, con fuerte eje en la crisis heredada y los esfuerzos de gestión para superarla. Pero uno de los puntos de inflexión llegó sobre el final, cuando el gobernador hizo hincapié en el aporte del 39% que la Provincia hace -por su poderoso volumen productivo- para alimentar la coparticipación nacional, y el menguado reparto automático que luego retorna a las arcas bonaerenses (23%).
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Sobre el final de su discurso de apertura de sesiones ordinarias, el gobernador Axel Kicillof abrió el debate en torno a las remesas nacionales que percibe Buenos Aires, que aporta el 39% de la coparticipación pero recibe ingresos menguados, pese a concentrar el "55% de la pobreza de la Argentina y el 60% de los desocupados".
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“No tiene que ver con el federalismo sino con algo que pasa desde 1976 por las políticas neoliberales; Buenos Aires concentra el 55% de la pobreza de la Argentina y el 60% de los desocupados”, enfatizó.
En esa línea, apuntó a los recursos que recibe la Ciudad de Buenos Aires, y que se vieron incrementados incluso por el aumento de la coparticipación que le concedió Mauricio Macri por decreto en 2016 a Horacio Rodríguez Larreta. Un beneficio que ahora Alberto Fernández busca revertir, y que tiene como telón de fondo la pretensión ya anticipada por el actual Gobierno bonaerense a la Casa Rosada de cosechar una actualización del Fondo del Conurbano, erosionado por la inflación.
“La ciudad tiene un presupuesto de 350 mil millones de pesos y en la Provincia tenemos más de 17 millones de habitantes”, comparó Kicillof, además de graficar con que “uno cruza la General Paz y ve plazas colgando de las paredes, pero faltan cloacas desde el otro lado”. Un planteo que ya había elevado en diciembre, a poco de asumir la vicepresidencia, la propia Cristina de Kirchner, con la populosa La Matanza como escenario.
Por eso el gobernador agitó la idea de un esfuerzo "desde la provincia para que termine esta situación de inequidad, que hace que no podamos atender las necesidades indispensables”.
“Hay que ser solidario y equitativo, advirtió, y enfatizó: “No estamos contra ninguna jurisdicción ni buscamos pelear con nadie”. Y remarcó, frente a quienes aseguran que Buenos Aires es "inviable": “no sólo es viable sino potente y grandiosa, y no la van a dividir ni amputar ni achicar”.
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