19 de junio 2006 - 00:00

Gobernador piensa en reelección con apoyo K

De los dos, quien largó en la «pole position» fue el gobernador Saiz, que desarticuló la movida interna que encabezaron el vicegobernador, Mario De Rege, y el ex ministro de Economía de Pablo Verani, José Luis Rodríguez, y ordenó al partido detrás de su liderazgo que busca la reelección en 2007. Pero no sólo encuadró a la tropa sino que obligó a la UCR rionegrina a cerrar filas y apoyar sin condiciones -salvo dogmáticas- su alineamiento detrás de Kirchner junto a otros gobernadores radicales e intendentes del interior del país: el jueves, el Foro de Intendentes radicales que encabeza el ascendente jefe comunal de Viedma, Jorge Ferreira, apoyó sin condiciones a Saiz y el viernes hizo lo propio el Comité Provincia de la UCR que preside Verani, quien hasta hace pocos meses era un crítico ácido del mandatario.
Pero en la UCR de Río Negro -salvo la opaca gestión del primer gobernador después de 1983, Osvaldo Alvarez Guerrero- se repite el esquema de poder que lo ha mantenido al frente del poder provincial desde el retorno de la democracia. Tanto Horacio Massaccesi, como Verani, después, gobernaron con todo el poder de gestión y partidario a su favor. Ahora, los radicales rionegrinos volvieron a entender que en esa ecuación está el secreto de su permanencia para seguir gobernando y no vacilaron en tirar al cesto, principios y declaraciones programáticas con vistas a un objetivo supremo: retener la provincia en 2007 aunque para ello deban alinearse sin vacilaciones con Kirchner y, llegado el caso, romper, incluso, con la conducción nacional del partido.
«Entre dos peronistas como son Kirchner y Lavagna, reclamamos el derecho de elegir con quién nos aliamos», repiten cerca de Saiz. El mandatario y los intendentes saben que sin el apoyo de la Nación no hubieran podido ordenar la desprolija caja de los asuntos de la provincia y la gobernabilidad hubiera sido imposible.
Hoy, el gobernador no registra problemas con los sindicatos, ni siquiera con los más duros y de mayor peso local como son los empleados públicos afiliados a UPCN y los maestros en ATEN que ideológicamente responden a Kirchner. Además ordenó las cuentas provinciales y los salarios se pagan al día, algo impensado hasta no hace mucho tiempo atrás. Habría que ver cómo se moverían estas organizaciones si el radicalismo provincial se inclinara hacia Lavagna u otros candidatos que se enfrentan al santacruceño.
La obra pública provincial está a pleno y como frutilla de postre, Julio De Vido está alentado a Saiz a incursionar en el negocio petrolero a partir del descubrimiento de nuevas áreas en el norte y sur de la provincia.
 Fórmula
Claro que este romance entre kirchneristas y radicales está haciendo mella en el PJ oficial donde ya hay operadores kirchneristas enfrentados a Pichetto, que trabajan para lograr una fórmula Saiz con un viceperonista siempre que cierre el acuerdo de Kirchner con los radicales disidentes. Sin embargo, el senador mostró este fin de semana que no está derrotado y exhibió una contundente demostración de fuerza: en Choele Choel -centro del Valle Medio de una provincia compuesta por regiones muchas veces compulsivas entre sí- logró reunir unos 500 dirigentes y militantes pejotistas que respaldan su candidatura a gobernador. Como mensaje del apoyo oficial de Kirchner, Pichetto se fotografió junto al diputado nacional Carlos Kunkel, a quien se lo considera todo un «comisario político» del mandamás de Olivos.
Pero sus desvelos no terminan allí. De reojo mira a quien le ha jurado «fidelidad eterna» -si es que una promesa de esa gravedad puede caber en política- como es Julio Arriaga. Es que el candidato a vicegobernador y diputado nacional que ganó las últimas elecciones legislativas no disimula sus ambiciones y tampoco lo beneficia su historia de cambiar continuamente de lealtades políticas.
Proveniente del Frente Grande anudó y deshizo alianzas con peronistas y radicales, y aún se mantiene fresca su última operación de pretender fracturar a la UCR, tentando al vicegobernador De Rege. El premio menor fue la incorporación del intendente de Bariloche, Alberto Icare -un ex aliado a Saiz-, a la alianza con Pichetto aunque el senador prefiere a la ascendente dirigente de la Ciudad de los Lagos, Silvina García Larraburu.
De todos modos, la pelea electoral en Río Negro recién está en pañales y el gran elector será el pulgar de Kirchner los dos partidos con posibilidad de llegar al poder provincial el próximo año ya se alinearon detrás del Presidente.

Dejá tu comentario

Te puede interesar