La perpetuidad de los cortes rotativos de electricidad en el Nordeste -producto de la salida de funcionamiento de una estación transformadora clave- profundizó el malestar de vecinos, comerciantes y empresarios de Corrientes, Chaco y Formosa.
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El impacto de las recurrentes restricciones de electricidad en plena ola de calor derivó en las últimas horas en cacerolazos, bocinazos y movilizaciones en localidades correntinas y chaqueñas, en pos de la urgente normalización del servicio (una posibilidad hoy lejana) y de, mientras tanto, un cronograma preciso de los horarios de los cortes.
En paralelo, cámaras empresariales del Nordeste desembarcaron ayer en Buenos Aires para reclamarle al Gobierno nacional una solución seria a la crisis energética regional. «Es una falta de atención total por parte de la Nación, ya que repiten el discurso de la reparación histórica, pero acciones no se ven», disparó, por caso, el titular de la Federación Económica del Chaco, Roberto Lugo.
Pérdidas
Los cortes rotativos causan ya importantes pérdidas económicas, de la mano de los tijeretazos a las labores diarias en las empresas y las complicaciones en la comercialización de productos que dependen de la cadena de frío.
El colapso energético estalló tras la salida de servicio, el 27 de diciembre, de la estación transformadora de la localidad correntina de Paso de la Patria, que abastece a Corrientes, Chaco y Formosa.
Esa postal obligó a desplegar cortes rotativos en la región, que se extenderían durante buena parte este mes, hasta tanto queden operativas las estaciones transformadoras que decidió enviar la Casa Rosada en su reemplazo, tras el urgente pedido de las autoridades gubernamentales del Nordeste, lo que ocurriría cerca del 20 de enero.
Producto de este escenario, los gobernadores de Corrientes y de Chaco -el radical Ricardo Colombi y el justicialista Jorge Capitanich- decretaron la emergencia energética, que contempla fondos adicionales para obras y ahorro en el uso en la administración pública.
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