Con el nuevo Gobierno los sectores económicos están expectantes por los cambios de las reglas de juego que ya se están aplicando y las que se vienen. La industria automotriz tiene mucho para analizar. La devaluación impacta directo en toda la cadena comercial y productiva, lo mismo que la suba del Impuesto PAIS y las modificaciones en el régimen de importación. A esto se suma la suspensión que se espera para esta semana de los Impuestos Internos. La gran duda que genera de este nuevo escenario es qué pasará con los precios de los 0 km. Ámbito dialogó con una fuente que conoce todos los rincones de esta industria para tener un panorama de lo que puede pasar.
La pregunta que todos nos hacemos es qué va a pasar con los precios en 2024
Es difícil saberlo todavía porque falta que se concreten algunas medidas. Lo que está claro es que el mercado va a caer y eso es una señal. Se venderán 100.000 unidades menos.
¿Con la flexibilización de las importaciones, habrá más competencia y puede ayudar a que bajen los precios?
Si bien es cierto que se va a poder importar más, hay que ver si deciden hacerlos. Con un mercado en baja, no todos estarán dispuestos a importar si los costos no dan. Me parece que va a haber mucha cautela y se irá tanteando cuánto importar y cuánto bajar los márgenes.
Algunos ya especulan en que será un año con la vuelta de los descuentos
Es probable. Algunos ya están apareciendo y en varios modelos se irán generalizando. Ya hay vehículos que antes tenían demora en entrega y se están empezando a conseguir en plazos lógicos. El nuevo escenario parece más favorable para el consumidor, pero hay que ver cuántos quedan en pie después de pagar todos los aumentos de la economía en general y la caída del poder adquisitivo. Las automotrices no van a vender a pérdida.
¿La eliminación de Impuestos Internos se trasladará a los precios?
Están todos esperando que salga el decreto para despachar. Lo de los precios no es tan simple. La inflación es cerca del 30%. Neutraliza la quita del impuesto, que impacta en un 25% en el precio final. Si la inflación fuera menor, se sentiría. Otro problema es que el aumento del Impuesto PAIS dio un golpe duro. De pagar un dólar de $350 a pasar a uno de $800 más el impuesto PAIS es fuerte. Se está sincerando la economía. Los precios de los autos, con el dólar a $350 eran caros por el sobreprecio de los concesionarios y el gran margen de las terminales. Los márgenes con los que se trabajó fueron escandalosos. Todos -las concesionarias y, especialmente, las terminales- quieren seguir con esos márgenes. Podrían dejar el mismo precio que tienen a pesar de tener que pagar el Impuesto Interno. La mayoría de los autos, tomando el valor FOB, cuestan 12.000 o 13.000 dólares a $800. Casi todos vienen de Brasil y no pagan arancel. Por ejemplo, un auto con buena demanda que se importa de Brasil (no voy a dar el modelo para no mandar al frente a la marca) se vendía u$s40.000 oficiales al público y el valor FOB es u$s12.000. Si se hacen las cuentas, se va a ver que podrían seguir cómodos. Podrían tener un aumento del 15%, pero tendrían que achicar el margen y nadie quiere hacerlo. Ahora se va a ver el que quiere ganar participación y está dispuesto a sacrificar margen y el que quiere seguir ganando muchísimo por cada auto. Dependerá de la política de cada compañía. Parte por la terminal y parte por el concesionario con los sobreprecios.
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