Francia activó un avance histórico en movilidad sostenible: ya está en funcionamiento la primera autopista eléctrica del mundo. El tramo, de 1,5 kilómetros sobre la autopista A10 cerca de Saint-Arnoult-en-Yveline, permite que vehículos eléctricos recuperen energía mientras circulan, gracias a un sistema de carga inductiva instalado bajo el pavimento.
Inauguran la primera autopista eléctrica del mundo y se abre un nuevo capítulo en la movilidad
El tramo, de 1,5 kilómetros sobre la autopista A10 cerca de Saint-Arnoult-en-Yveline, permite que vehículos 100% a batería recuperen energía mientras circulan, gracias a un sistema de carga inductiva instalado bajo el pavimento.
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La autopista eléctrica es una realidad en Francia
La tecnología, similar a la que utilizan los cargadores inalámbricos de teléfonos, opera mediante bobinas que transfieren energía a los vehículos preparados con receptores específicos. El desarrollo estuvo a cargo de Electreon junto con Vinci Autoroutes, Hutchinson y la Universidad Gustave Eiffel, con el objetivo de evaluar su potencial de aplicación masiva en la red vial francesa.
Inauguran la primera autopista eléctrica del mundo y se abre un nuevo capítulo en la movilidad
En esta fase experimental se colocaron unas 900 bobinas soterradas a diez centímetros de profundidad, conectadas a un transformador que entrega hasta 300 kW. Aunque la autonomía recuperada aún es reducida (aproximadamente un 1% para un camión al recorrer el tramo) los ensayos muestran resultados alentadores. El plan oficial es escalar la tecnología a un corredor de 100 kilómetros para 2030 y extenderla al 80% de las autopistas del país hacia 2035.
En esta fase experimental se colocaron unas 900 bobinas soterradas a diez centímetros de profundidad, conectadas a un transformador que entrega hasta 300 kW.
El proyecto se alinea con las metas francesas y europeas de reducción de emisiones y transición energética. La carga dinámica permitiría que el transporte pesado utilice baterías más pequeñas, reduciendo costos, peso y demanda de minerales críticos, al tiempo que baja la huella de carbono de un sector altamente contaminante.
Más allá del experimento, la iniciativa refuerza el avance de la movilidad eléctrica y sus beneficios: ciudades con menos ruido y contaminación, menor dependencia de combustibles fósiles y un impulso significativo a nuevas industrias verdes. Esta autopista marca un precedente y anticipa cómo podrían evolucionar las infraestructuras viales en los próximos años.





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