16 de marzo 2023 - 00:00

Confirman maniobra de sobrefacturación de importaciones tras aplicar acuerdo de intercambio de información tributaria

Justicia allanó sociedades de Bolsa luego de denuncia de AFIP-Aduana que detectó que una firma que opera en Vaca Muerta infló valores para ingresar bienes importados y concretó un “rulo” con fondos que regresaron al país y terminaron liquidados en el CCL. Por primera vez, circuito al desnudo.

pesada. La maquinaria pesada importada tenía por destino operaciones en Vaca Muerta pero disparó la primera alerta por no coincidir sus valores con los informados en la operación de exportación desde Estados Unidos.
pesada. La maquinaria pesada importada tenía por destino operaciones en Vaca Muerta pero disparó la primera alerta por no coincidir sus valores con los informados en la operación de exportación desde Estados Unidos.

Vaca Muerta, una importación de maquinaria pesada sobrefacturada, un conglomerado de empresas ocultas que triangulaban operaciones y dos sociedades de Bolsa. Son todos los ingredientes que alberga la primera investigación judicial que logró comprobar todos los extremos del “rulo importador”, pero con el agregado de que la confirmación del monto y el circuito del dinero involucrado llegó de la mano de uno de los acuerdos de intercambio de información tributaria que suscribió la Argentina. La causa se había iniciado a mediados del año pasado, luego de la denuncia de la AFIP-Aduana contra la firma NRG Argentina SA que había recurrido a dólares al valor oficial para concretar una serie de importaciones desde los Estados Unidos por bienes de capital por u$s 232 millones entre enero de 2019 a junio 2022. El supuesto objetivo era el ingreso de equipamiento para el montaje y la puesta en funcionamiento de “una planta para producir arenas silíceas”, un insumo vital para sostener el proceso de producción en Vaca Muerta que ha ido incrementando su demanda para el fracking. Sin embargo, parte de ese dinero sacado del país terminó de regreso, siendo liquidado en el mercado a valores de Contado con Liquidación (CCL).

El martes 14, personal de Gendarmería y de Control Aduanero concretó una serie de allanamientos ordenados por el juzgado Nacional en lo Penal Económico N2 que dirige el juez Pablo Yadarola. Uno de ellos fue en Allaria Ledesma, una de las principales compañías Agente de Liquidación y Compensación (ALyC) del país. Se secuestró toda la documentación relacionada con la operación económico y financiera que se investigaba tanto física como digital, incluidos los discos rígidos. La causa apunta al posible lavado de dinero a través de la triangulación del dinero que supuestamente estaba destinada a la importación cuya ruta quedó detectada a partir del aporte de información que completó todo el circuito de la maniobra.

La primera alerta para las autoridades surgió luego del inicio de una fiscalización por el alto monto involucrado que arrojó “sustanciales diferencias” con los valores declarados por NRG que había recurrido a beneficios fiscales contenidos en la Ley de Minería para traer a la Argentina bienes de gran porte. El proveedor era Marull Heavy Equipment LLC, una firma afincada en los Estados Unidos. La operación sospechada era por un giro de u$s 43 millones que fueron liberados por el BCRA a valor oficial para concretar la operatoria. El hallazgo fue que Oscar Guercio -uno de los accionistas de NRG Argentina SA- era a su vez el apoderado en la cuenta que administraba Marull en un banco estadounidense. Desde allí partieron poco más de u$s 37 millones que regresaron al país transferidos hacia una cuenta de Allaria y que terminaron liquidadas con una cotización de dólar CCL. Un rulo perfecto pero que al quedar al descubierto motivó el congelamiento inmediato de todos los activos involucrados. Es la primera vez que una maniobra de estas características puede ser confirmada a través de un acuerdo de intercambio (TIR) que completó las piezas faltantes y le permitió a la justicia conocer no solo el destino de los fondos, sino la coincidencia en quienes estaban por detrás de las compañías en el exterior y sus movimientos bancarios, aunque las operaciones hubiesen sido anteriores. Funcionó con retroactividad, lo que es una novedad.

En la mira quedaron NRG y sus empresas relacionadas NRG Transporte, NRG Servicios Petroleros SA, MARDG SAS, Damián Strier, Pablo Marull y el propio Guercio sobre los que se recolectó documentación en los allanamientos.

La sospecha inicial fue que los valores de las importaciones informados en Aduana local eran significativamente mayores que el costo de la mercadería en Estados Unidos y declarado en su aduana en la exportación. Entre NRG y Marull no había intermediarios que pudieran haber incrementado los costos. Deberían coincidir. La lupa del organismo que conduce Guillermo Michel y que es querellante en el expediente, se posó sobre si existía entonces una vinculación económica entre la importadora y la compañía ubicada en el estado de Florida. Hallaron que Guercio (importador) y Marull (vendedor) eran socios en una tercera sociedad por acciones simplificadas llamada MARDG. A su vez, la empresa norteamericana Marull tenía un solo cliente: la argentina NRG. La denuncia apuntó a la infracción del artículo 865 del Código Aduanero que impone penas de prisión de 2 a 10 años por el egreso indebido de divisas y postuló que por el monto de la operación bajo sospecha la multa sería de u$s 70 millones.

El juzgado de Yadarola terminó por confirmar la información recibida y ratificó las sospechas de la Aduana. Por primera vez, el rulo importador quedaba totalmente expuesto y un negocio financiero que involucraba a empresas relacionadas tuvo su repercusión en los operativos llevados a cabo el martes pasado en la City porteña.

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