La exatleta Marie-José Perec y el judoca Teddy Riner fueron los últimos relevistas de la llama olímpica y los encargados de encender el pebetero de los Juegos Olímpicos como broche de la ceremonia de apertura de París 2024, celebrada este viernes en la capital francesa.
Dos colosos del deporte francés encendieron un pebetero nunca antes visto en los Juegos Olímpicos
La exatleta Marie-José Perec y el judoca Teddy Riner fueron los dos últimos relevistas de la llama sagrada. El caldero olímpico quedó flotando en los cielos de París.
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Ambos deportistas, de los más populares en Francia, tomaron el fuego olímpico en el Jardín de las Tullerías y corrieron al pebetero, situado en la base de un globo aeroestático, que estará encendido hasta el cierre de los Juegos, el 11 de agosto. Lo que resultó totalmente inédito en la historia olímpica, es que el afamado caldero se elevó a los cielos y, al parecer, allí quedará flotando.
Perec y Riner, ambos campeones olímpicos, son dos monumentos del deporte francés. 'Marie-Jo' sigue en el imaginario colectivo galo más de 30 años después de sus hazañas en la pista de atletismo, única atleta de su país que puede presumir de tres medallas de oro (200 m en Barcelona 1992, doblete 200 m y 400 m en Atlanta 1996) y abanderada de la delegación francesa en los Juegos de 1996.
"¡Los Juegos son mi vida!, repite la guadalupeña de 56 años, cuyo nombre estaba en todas las apuestas para ser la última relevista. También explicó varias veces que su sueño era encencer el pebetero como en 1996 hizo Mohamed Alí, legendario boxeador y figura de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos e ídolo de su abuela, a quien estaba muy unida la atleta.
"Si fuese elegida, sería como ganar una medalla de oro más, por todo lo que representa", reiteró hace escasos meses. "Me convertiría en una especie de pequeña Mohamed Alí de mi abuela", emocionó a todos.
Al contrario que Perec, Riner sigue activo a sus 35 años y en París 2024 busca ser el primer judoca en la historia en ganar el oro en el peso pesado, lo que le convertiría, si no lo es ya, en el mejor depostista de la historia de esta disciplina.
También originario de Guadalupe, la isla caribeña al norte de Venezuela y al sureste de Puerto Rico, Dominicana y Cuba, el gigante de 2,04 m y 140 kg ganó el oro en la categoría reina del judo en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016 y el título por equipos en Tokio 2020 (edición celebrada en 2021 por la pandemia).
Tiene además dos bronces olímpicos (2008 y 2021) y once títulos mundiales entre 2007 y 2023. Su derrota en cuartos en Tokio ante el ruso Temerlan Bashaev, no hizo sino aumentar su apetito insaciable. Desde entonces está invicto. En el ambiente del judo todos le conocen como el 'Boss'.
A la espera de ver si puede colgarse un nuevo oro, Riner se llevará al menos de París 2024 el inolvidable recuerdo del encendido del pebetero, que por primera vez en la historia se hizo a cuatro manos, una mujer y un hombre, otro guiño de la ceremonia de apertura a los tiempos modernos.
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