Con dos goles de Cavenaghi (el segundo de penal), la selección Sub-20 de Argentina superó a Colombia (2-1) y dio el primer paso para lograr el objetivo: jugar la instancia final del Sudamericano. El próximo encuentro será mañana -en el mismo estadio de Colonia-cuando enfrente a Chile, que ayer cayó ante Paraguay.
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Un debut siempre implica una incógnita. Los jugadores tienen que poner en la cancha todo el trabajo previo, que generalmente suele ser escaso. Tanto, que las falencias se van corrigiendo en el andar del torneo. Claro, siempre que a un equipo no le peguen un cachetazo y termine con el cartel de candidato, como el que llevaba colgado Argentina.
El mismo Tocalli -que esta vez tenía que poner la cara como lo hacía antes Pekerman-llegaba a este partido pidiendo algo más de tiempo y la misma carga de adrenalina que llevaban dentro de las venas los jugadores. En verdad, es difícil explicar si ésta fue la razón de la falta de armonía de los argentinos, la ausencia de sincronización o el movimiento coordinado para ganar en el área con posibilidades.
También habrá que agregar que en eso de «vamos a medir dónde estamos parados» los técnicos den algunas instrucciones como si desde antemano se sintieran por debajo del adversario. Por lo menos eso pareció mostrar Colombia. Agrupado primero con gente atrás, sin ideas de creación en el medio y mucho menos en la llegada. Con el agravante de sustentar un juego rústico. Cuatro amarillas (y algunos perdones) no son poca cosa.
Argentina se debatió entre la displicencia (si es el término) y la imprecisión. De todas maneras, mostraba, antes de ese cabezazo de Gutiérrez y el remate de Cavenaghi al gol luego que el arquero Landazuri apenas pudo desviar, que tenía mayor peso individual y otra jerarquía a la hora de manejar la pelota. Hasta ahí, todas las jugadas más allá de la que terminó en la red sobre la pitada del primer tiempo (pocas por cierto) fueron patrimonio exclusivo de los argentinos.
Entre lo poco rescatable sobresale el manejo y movilidad de Tevez, aunque lejos de lo que sabe y puede; la presencia en el área de Cavenaghi y la velocidad de Rivas para ganar la línea de fondo. Lo demás fueron algún acierto defensivo de Romero y Pinola en defensa y el trajinar de Zabaleta y Mascherano en el medio. También habrá que señalar que Argentina se mueve con alguna soltura cuando tiene espacio y que sería aconsejable que Tocalli recalque que si en el futuro juegan a uno o dos toques, les va a ir mucho mejor. Finalmente ganó, con angustia, porque no sólo Gonzalo Rodríguez come-tió un penal, sino que en la jugada posterior Charra sacó una pelota con su brazo dentro del área y el árbitro hizo seguir el juego.
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