Periodista: Creemos saber lo que hará la Fed. Nada.
Diálogos de Wall Street
Entre pausas y subas de tasa, y empezando por la Fed, ¿qué partitura preparan los bancos centrales, Gekko?
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Gordon Gekko.
Gordon Gekko: O casi nada. Cambiará las proyecciones económicas y debería ajustar también el mapa de puntos.
P.: Tendría que dejar las tasas cómo están. Y subirlas en esa hoja de ruta tentativa que es el mapa de puntos. ¿O no?
G.G.: Esa es la idea...
P.: Lo que no significa que el aumento de tasas que se escriba en el papel se vaya a implementar más adelante.
G.G.: No supone ningún compromiso. Bien podría referirse al año que viene. Y en ese caso habría que adivinarlo. La Fed presenta un itinerario que solo marca los niveles de tasa a fin de cada año. Para 2024 hay cuatro recortes de tasa previstos, todos de un cuarto de punto. El nivel final a diciembre 2024 es 4,75%. Si pasara a ser 5% allí estaría implícito el cambio de visión.
P.: Sin dejar claro cuál sería el derrotero específico.
G.G.: Así es. La tasa terminal podría ser 6% y luego sufrir cuatro recortes. O no pasar de 5,75% y redondear después solo tres reducciones.
P.: La inflación trepó 0,6% en agosto. Todos los comentarios públicos que hicieron los funcionarios de la Fed que conduce Jerome Powell fueron anteriores a conocer la cifra. ¿Habrá modificado las ideas del comité que toma las decisiones?
G.G.: No. El precio de la energía trepó más de 10% en el mes. Si se excluye su efecto directo y el de segunda vuelta (sobre los servicios de transporte) el número es tan bueno como los de junio y julio.
P.: La Fed puede hacer una pausa y limitarse a “ver y esperar”.
G.G.: Así es. No reaccionará a un cambio de precios relativos.
P.: Pero no puede decir tampoco que la suba de tasas terminó.
G.G.: No debe ni quiere. Pero bien podría ser el caso. Lo que no significa que el ajuste de las condiciones monetarias, y financieras, haya terminado. El apretón continúa. Y es severo.
P.: Por qué no se explica.
G.G.: Las tasas largas todavía no definen el rumbo. Con tasas hipotecarias (nominales) en 7%, el veranito inmobiliario que se insinuaba tuvo los días contados. Las tasas reales, cortas y largas, presionan a la inflación hacia la baja sin darle respiro. Y los bancos recortan el crédito. Un fenómeno que la Fed mira de cerca.
P.: ¿La crisis de la banca regional no terminó todavía?
G.G.: La crisis, sí. Pero la vida poscrisis es dura. La Fed habilitó una línea de asistencia a plazo cuando volcaron los bancos Silicon Valley y Signature a mediados de marzo. A fin de abril, asentada ya la polvareda, su utilización era de 81 mil millones de dólares. Hoy, que no pasa nada, suma casi 108 mil millones.
P.: ¿Cree que la Fed está preocupada? Es una línea de auxilio creada para la emergencia. Uno esperaría que ya no fuera necesaria usarla.
G.G.: ¿Preocupación? No. El sistema no está estresado, pero responde a la nueva realidad de un fondeo más complicado achicando el volumen de sus negocios.
P.: Y le hace una parte del trabajo sucio a la Fed. ¿Eso quiere decir?
G.G.: No le hace todo el trabajo, pero sí contribuye a desinflar la marcha del crédito. Y no se olvide que desde noviembre la cantidad de dinero se contrae. La Fed, a esta altura, no quiere romper nada. No precisa intervenir porque ya montó un dique de contención.
P.: La Fed no hará nada. Pero el cronograma de reuniones de la banca central del mundo es exuberante. ¿Hay un hilo conductor que vincule sus decisiones? ¿Estamos en una nueva etapa del proceso de endurecimiento -menos hostil- de la política monetaria del G10? ¿Puede pensarse en una baja de tasas de interés pronto?
G.G.: El BCE que comanda Christine Lagarde subió las tasas un cuarto de punto y sugirió que tal vez sea suficiente. Noruega y Suecia pueden hacer otro tanto. Inglaterra subirá sin decir mucho. Suiza quizá intercale una pausa. Como ya hizo Canadá. Con la excepción de Japón, que no movió todavía la tasa bajo cero (lo hará el año próximo), el ciclo de subas está maduro. Cerca de su expiración.
P.: Pero muy verde para jugar con la idea de empezar con la poda de tasas.
G.G.: Eso hoy es para China y los emergentes. La situación de los países avanzados la define Tiff Maklem (del Banco de Canadá). “Con el objetivo a la vista pero todavía no estamos allí”. Si la inflación declina, la política será mantener las tasas altas por más tiempo. Si la mejoría se estanca habrá más subas. Con sumo cuidado, pero habrá más.
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