Toda América Latina está atravesando grandes desafíos y transformaciones económicas, en particular, el sector siderúrgico, que está en la base de la industria manufacturera, se está viendo desafiado por una avalancha de importaciones procedentes de China.
Acero: la amenaza China vista por uno de los economistas brasileños más influyentes
México y Brasil son los gigantes siderúrgicos de la región. Sin embargo, no están indemnes del desafío que implica competir contra el acero chino. ¿Cómo lo ven desde Brasil? La visión de uno de los economistas brasileños más influyentes.
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Pero con la economía china creciendo menos y, sobre todo, el sector de la construcción chino -el mayor consumidor de acero del mundo- en contracción, los superávits de exportación de China han aumentado brutalmente.
El tema es que Pekín representa un volumen absolutamente desproporcionado en el mercado mundial del acero, con una producción 100 veces mayor que la de Brasil, que es una de las más grandes del mundo.
Por otro lado, algunas economías latinoamericanas, como Brasil, han crecido de manera sostenida por encima de las expectativas. Y allí, específicamente, la Reforma Tributaria crea la mejor oportunidad para la reindustrialización en las últimas 5 décadas.
Estos fueron algunos de los temas que abordó el economista brasileño Ricardo Amorim, considerado por la revista Forbes como el más influyente del vecino país, durante su exposición en el Congreso de la Asociación Latinoamericana del Acero (ALACERO). ¿Qué más dijo Amorim?
- Martin Berardi (CEO de Ternium) llamaba la atención sobre el “nearshoring”. Para América Latina, es una oportunidad de reindustrialización y particularmente para Brasil. La región puede volver a ocupar un papel muy importante en el eje de la producción mundial, sobre todo gracias al intercambio con Estados Unidos. México es el país mejor posicionado, pero la oportunidad existe para toda la región. Brasil además está muy bien posicionado por la reforma tributaria que se aprobó el año pasado. Si bien quedará implementada plenamente de acá a 10 años, puede fomentar la reindustrialización. Brinda un potencial de competitividad creciente a medida que se toma como crédito el gasto en impuestos del resto de la cadena productiva. Por lo tanto, cuanto más valor agregado, más competitividad.
- En China está ocurriendo algo que es característico de las economías muy apalancadas, y es que los estímulos estatales encuentran una respuesta débil. La deuda crece, y las empresas y los consumidores comienzan a tener temor por el futuro. Cuando eso pasa, los agentes económicos se protegen. Puede no caer el consumo masivo, pero si la inversión y la adquisición de bienes inmobiliarios, que es un sector que demanda acero. Y China representa casi la mitad del mercado del acero global, por lo que el excedente tiene que ir hacia algún lado.
- En Argentina vemos un cambio radical de las cuentas públicas, con un mayor recorte de gastos. Esto va a reconfigurar la economía argentina el año que viene, y va a tener un impacto en Brasil. Vivimos un momento de grandes oscilaciones políticas y esto evita que hayan las oportunidades de negocio que debería haber entra ambos países. Nosotros, como empresarios, no debemos ser rehenes de la coyuntura política de las relaciones bilaterales.
- Hoy, la guerra en Medio Oriente y riesgos como una invasión de China a Taiwán mantienen esa incertidumbre. Mientras el mundo siga con hipótesis de conflictos, hay una oportunidad para América Latina, que está casi blindada a una guerra. Latinoamérica es la única región del mundo con mercados emergentes con potencial a mediano y largo plazo, riesgo geopolítico cercano a cero y precios de activos bajos. Estos países están atrayendo capitales de una manera inédita en mucho tiempo. Hoy Latinoamérica gana por K.O. la atracción de capital externo. Brasil tiene un sistema jurídico complejo y tiene grandes problemas políticos. Pero frente a un escenario de guerra, ¿dónde preferís dirigir una inversión? A un país seguro. Hace tres trimestres que los inversores extranjeros están sacando planta de China, y ese caudal tienen que ir hacia otro lugar.
- Nadie sabe cuál será el resultado de las elecciones en EEUU. Una cosa es Trump y otra Harris. Y según cómo se llegue al resultado, puede ser el inicio de tensiones con otros países. Si se creara un vacío de liderazgo, China puede aprovechar para solucionar la cuestión de Taiwán. ¿Cómo quedará la relación entre EEUU y China? Por esta incertidumbre es que la gente sacará el dinero de China mientras pueda, y necesariamente debe ir a algún otro lugar. Esto es parecido a lo que sucedió en Brasil entre 2002 y 2010, asociado también a los precios favorables de commodities. Después, Brasil vivió un período de 10 años donde el stock de inversiones quedó estable hasta la guerra de Ucrania, cuando vuelve a atraer capital.
- Creo que es clave lo que va a pasar con la economía China. Una economía más activa significará un menor sobrante de excedente de producción. Por el contrario, una economía más estable implicará que ese excedente salga en busca de mercados internacionales. Y EEUU y Europa han impuesto medidas más firmes y duras que Latinoamérica. Acá el principal factor es la opinión pública, y por eso hay que informarle al público sobre lo que pasa. Creo en la competencia, pero en condiciones de isonomía. Eso desapareció, y el abuso está terminando con el mercado. La industria del acero es la base de transformación para cualquier país. Cuando hablamos del reto de la reindustrialización de la región, necesariamente hablamos de una industria del acero fuerte.
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