Colapsan mercados del mundo. Se necesitan más rescates de bancos. Temor por corridas
Fue otro día de pánico en Estados Unidos, con derrumbes en la cotización de los bancos. Hay una larga lista de candidatos a rescate. Anoche había conversaciones entre Morgan Stanley y Wachovia para una fusión. Una caja de ahorro y préstamo como Washington Mutual estaba también a última hora intentando liquidar activos a Wells Fargo y Citigroup. Hay desmanejo del gobierno de EE.UU.: rescata a unos y deja hundir a otros sin dar un mensaje claro al mercado de su estrategia, si la tiene. El paisaje de Wall Street va rumbo al final de los bancos de inversión (Lehman, Merrill Lynch, Goldman Sachs, etc.) y su absorción en la más tradicional banca comercial (Bank of America). No se ha visto en EE.UU. corrida de depósitos hasta ahora en esta crisis. Pero ¿y si los bancos que absorben a los que están en problemas se terminan contagiando? Nadie sabe la profundidad de las pérdidas. Un seguro contra default de un banco como Wachovia está en 756 puntos. Como la Argentina hace dos meses. El del Citigroup se disparó a 354 puntos. Trascendió ayer que, ávidas de liquidez, entidades norteamericanas comenzaron a recortar límites de compra en tarjetas de crédito. Es señal de que la recesión ocurrirá y será fuerte. Mientras, funcionarios en la Argentina, como el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, se vanaglorian de que se está resistiendo mejor a la crisis que en el tequila, la realidad es que habrá impacto y no menor. Un BODEN rinde 22% anual en dólares; ¿quién invierte en el país con esa tasa base? Ayer, el riesgo-país se acercó a los 1.000 puntos y la Bolsa se desplomó 5%. Brasil, un motor de la economía doméstica, perdió 7%, y el dólar se disparó 2,4%. Se requiere cautela extrema ante una crisis inédita en la historia económica moderna.
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Los índices bursátiles que siguen la evolución de las acciones del sector financiero tuvieron caídas que promediaron 10%, las más agudas que se recuerden.
Morgan Stanley y Goldman Sachs son dos bancos de inversión independientes que aún subsisten al temblor de los mercados financieros. Pero la supervivencia les está costando cada vez más, pese a que sus resultados han sido aceptables. «El sector está viviendo una agitación sin precedentes», dijo el director financiero de Morgan Stanley, Thomas Kelleher, en Nueva York.
La desconfianza que se registró ayer en los mercados hizo que los inversores se desviaran hacia inversiones consideradas más seguras, como los bonos del Tesoro (que de nuevo subió con fuerza en Nueva York), el oro e incluso el petróleo.
Como era lógico, el dólar bajó ante otras monedas como el euro, el yen o el franco suizo, a consecuencia de un menor deseo comprador de activos de riesgo a la vista de las fuertes caídas en Wall Street, que se vieron también alimentadas por más datos que reflejan el constante deterioro del mercado inmobiliario estadounidense.
El Departamento de Comercio informó ayer que en agosto se inició la construcción de menos viviendas que en julio y se concedieron menos permisos de edificación. El comienzo de casas unifamiliares se redujo 6,2% y quedó en el ritmo anual más bajo en 17 años, al tiempo que la solicitud de permisos cayó al menor nivel en 26 años.
Al contrario de lo que se pensaba, el rescate de AIG, una de las mayores aseguradoras del mundo, a última hora del martes por parte de la Reserva Federal (que le concederá un préstamo a dos años de u$s 85.000 millones) más que tranquilizar, inquietó aún más a los inversores.
Para tratar de contener las turbulencias de los mercados, la Comisión del Mercado de Valores estadounidense (SEC) aprobó ayer varias medidas que incluyen un mayor control sobre las ventas al descubierto (la comercialización de valores antes de poseerlos).
Además, el Departamento del Tesoro anunció que aumentará temporalmente la emisión de bonos públicos para financiar las inyecciones de capital de la Reserva Federal en los mercados.
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