27 de noviembre 2006 - 00:00

Comienzan a levantar la veda para hacer torres

Jorge Telerman
Jorge Telerman
El Gobierno porteño decidió comenzar a liberar en dos semanas algunas de las zonas en donde se suspendió el otorgamiento de permisos para construir. Aún no está exactamente delimitado cuáles serán las cuadras beneficiadas, pero una de las ideas es habilitar lo que se planee construir desde la avenida Santa Fe hasta el bajo, en la zona de Palermo.

Básicamente, la explicación es que se trata de una zona de alta densidad y donde ya existe gran cantidad de torres. No habría, por lo tanto, cambio alguno en el paisaje urbano ni problemas estructurales con la provisión de servicios públicos. En cambio, en barrios como Caballito o Núñez continuaría la suspensión por 90 días que definió el gobierno de Jorge Telerman. Allí se requiere de un análisis más profundo sobre el impacto que tendría en la capacidad de los servicios y otras cuestiones.

El apuro tiene que ver con medidas cautelares que comenzaron a presentar los constructores para que se levante la suspensión, pero también ante la crítica que despertó esta medida en el gobierno nacional. Justamente, desde el Ministerio de Planificación Federal, a cargo de Julio De Vido, procuran que la construcción siga siendo uno de los principales motores de la actividad.

El ministro de Obras Públicas porteño, Juan Pablo Schiavi, mantendrá hoy una reunión con constructores y desarrolladores inmobiliarios en la cual manifestará este plan de acción. La noticia más importante tiene que ver con el plan para comenzar a liberar algunas zonas en no más de 15 días. De esta forma, buscará llevar tranquilidad a un sector que en los últimas días se vio convulsionado ante la suspensión en el otorgamiento de nuevos permisos. Hubo advertencias sobre violación de normas vinculadas a la seguridad jurídica y las consecuencias sobre la mano de obra en uno de los sectores más dinámicos de la economía y trabajo intensivo.

  • Amparos

    Según pudo establecer este diario, en las últimas horas varias empresas constructoras y contratistas comenzaron a presentar recursos de amparo ante la Justicia para que el Gobierno de la Ciudad dé marcha atrás con su decisión. Pero llevará al menos algunas semanas hasta que algún juez se expida y, probablemente, cualquier resolución no se conocerá antes de febrero (en pocas semanas, arranca la feria judicial por las vacaciones de verano).

    Funcionarios del gobierno de Telerman aseguran que este tipo de presentaciones no prosperará: «No hay elemento alguno para que este tipo de presentaciones pueda ser aceptada por la Justicia», aseguran. Pero por las dudas ya hablan de acelerar el levantamiento de las suspensiones.

    Se trata de una contraofensiva de los constructores y otros empresarios vinculados con el negocio, tras la gran cantidad de presentaciones judiciales efectuadas por vecinos para suspender las obras. Ya prosperaron concretamente dos: una de ellas paralizó la construcción de un inmueble en Dorrego y El Salvador (en la zona denominada Palermo Hollywood), mientras que hay una sentencia firme que también congeló la situación en 14 manzanas de Caballito.

    Son seis los barrios afectados por la decisión de Telerman: Núñez, Palermo, Caballito, Villa Urquiza, Coghlan y Villa Pueyrredón. En todos los casos se registró un incremento de la superficie construida que se multiplicó respecto de los valores de años anteriores.

    Schiavi mantuvo un encuentro el jueves con los representantes de empresas que brindan servicios públicos en Capital, particularmente Agua y Saneamiento SA. El compromiso asumido por las compañías es tener un informe exhaustivo dentro de los próximos 90 días para determinar en qué zonas puede continuar la construcción y dónde hace falta un plan estratégico de mediano o largo plazo para no llegar a situaciones de colapso.

    En el Gobierno porteño prometen que en el plazo de los 90 días ya estará claro en qué áreas podrá continuar la construcción y dónde seguirá paralizada. Al mismo tiempo, se buscará avanzar en un mecanismo para permitir que los vecinos opinen ante nuevos proyectos y posibles cambios en la calidad de vida del barrio.
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