Periodista: La FED es data dependiente. Y la data reciente es increíblemente robusta. Jerome Powell ya dijo que no había que esperar una baja de tasas en marzo. Pero, ¿por qué pensar en que hay que aferrarse a la idea misma de la necesidad de recortar las tasas?
Diálogos de Wall Street
¿Cuándo cambiará de cassette la FED ahora que la data es tan exuberante, Gordon Gekko? ¿O mantendrá la intención de bajar las tasas pese a ello?
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Ya no hay halcones en la FED, dice Gekko. ¿Cuántas modificaciones en las tasas habrá en el año.
Gordon Gekko: Es lo que la FED tiene en mente. En lápiz, marcó tres rebajas (de un cuarto de punto cada una) a lo largo de 2024. Es razonable. Aunque el timing concreto, cuándo comenzar, es debatible.
P.: Es lo que discute hoy en el seno de la institución.
G.G.: Correcto. Y también sabemos que las opiniones están muy divididas en lo concerniente a la dosis del alivio. ¿Cuántas bajas suministrar? ¿Dos, tres, cuatro? Es un arco con posiciones extremas que van desde ninguna este año a seis. El grueso piensa que dos o tres retoques es lo apropiado.
P.: Seis rebajas parece hoy demasiado aunque los mercados crean que no.
G.G.: De acuerdo. Conviene aclarar que los mercados, a diferencia de otros momentos, no necesitan que la FED acuda a su rescate. No están pidiendo que el banco central se precipite en socorrerlos. Powell ya les dijo sin tapujos, dos veces en la semana, que no tiene ningún apuro.
P.: Todas esas precisiones que usted menciona datan de diciembre. Ha corrido mucha agua desde entonces. Powell pivoteó entonces porque la información con que contaba -sobre todo, el consumo de bienes físicos- parecía trastabillar. Sabemos hoy que fue una falsa alarma. La realidad es arrolladora. A mano alzada, le diría que hay medio millón de puestos de trabajo netos más que la cifra que tenían registrada Powell y su gente. ¿Seguirán pensando en bajar las tasas en un contexto que ya no se debilita como amenazaba y hierve de vigor?
G.G.: Sí. La data les corre el arco, pero no les cambió la intención de ir hacia una reducción gradual de las tasas de interés. Ya lo escuchó a Powell, el domingo, en 60 minutos. La gobernadora Bowman, que casi hasta fin de año, hablaba de la posibilidad de varias subas de tasa, ahora dice que es temprano para reducirlas. Ya no hay halcones en la FED.
P.: ¿Y si la inflación se atasca? ¿Si hay un repunte? Los precios minoristas de diciembre no se comportaron tan bien como el deflactor del consumo.
G.G.: Si la data cambia, la FED se reserva siempre el derecho de cambiar de opinión. Ese es el principio. Pero un traspié puntual no hace una tendencia. Un mal dato individual no va a modificar la política.
P.: A lo sumo, el discurso.
G.G.: Cuando empezó el año, Thomas Barkin, de la FED de Richmond, señaló su confianza en el aterrizaje suave, y subrayó la mejoría de la inflación, pero acotó que la posibilidad de futuras subas de tasas seguía sobre la mesa. Esa opinión es una isla. Nadie más se hizo eco. Pero Barkin podría reflotarla. Con más razón, si la inflación le da el pie.
P.: ¿Lo ve probable?
G.G.: La data es muy robusta en dos frentes. La actividad y el gasto pero también por el lado de los precios y la inflación. Hablamos mucho de la productividad. Ahora tenemos las mediciones. Y se corrobora un salto importante -un avance de 3,2% en el cuarto trimestre- que le da una respuesta tranquilizante a la FED. No necesita hundir el mercado laboral para que la inflación converja a 2%. Lo primero no ocurre; lo segundo, sí.
P.: Hay quienes ponen el acento en la destrucción de empleos, los anuncios de las tecnológicas, por ejemplo, y dudan de la verdadera fortaleza que trasuntan las estadísticas.
G.G.: Otra razón, entonces, para sostener la expectativa de la baja de tasas.
P.: Ok. Pero, ¿por dónde marcha la realidad?
G.G.: En enero siempre se destruye empleo. La cifra cruda fue 2,6 millones. En enero 2023 fueron 2,5 millones. En 2022, 2,8 millones (que es el promedio de los últimos años). Es una estacionalidad fortísima. No es el fin del mundo. Los meses subsiguientes el mercado laboral sigue su vida normal. Conviene, pues, mirar la data desestacionalizada. Y allí lo que surge es una exuberancia notable. Se crearon 289 mil posiciones netas mensuales el último trimestre. No es solamente el empleo, la actividad real se aceleró. ¿Cuánto durará este impulso? Nadie lo sabe. Por empezar, la FED no lo veía venir. Es lógico que postergue la baja de tasas hasta próximo aviso. Junio pasó a ser el nuevo marzo.
P.: ¿Los sacudones de la banca regional podrán hacerla cambiar?
G.G.: No creo. La FED descuenta ya que alguna entidad pequeña va a zozobrar. Por eso no abandonará tampoco la idea de la baja de tasas.
Bajo la superficie, puede haber rajaduras. Y es mejor prevenir que curar.
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