31 de diciembre 2020 - 00:00

Gobierno (y mercados) preocupados: fin del "Pacto de Caballeros" con acreedores externos

En teoría, los grandes fondos de inversión que participaron del canje de deuda cerrado en agosto pasado ya no tienen que mantener la mayoría de sus posiciones en los papeles recibidos; según la línea marcada en la jurisprudencia de los mercados financieros internacionales.

Tenemos que construir una economía más tranquila, destacó Guzmán.

"Tenemos que construir una economía más tranquila", destacó Guzmán.

El Gobierno comenzará el 2021 con una preocupación extra. El “Pacto de Caballeros” cerrado virtualmente entre los bonistas que ingresaron al canje de deuda de bonos emitidos bajo jurisdicción internacional, culmina en el inicio del año. En teoría, los grandes fondos de inversión que participaron del canje de deuda cerrado en agosto pasado ya no tienen que mantener la mayoría de sus posiciones en los papeles recibidos; según la línea marcada en la jurisprudencia de los mercados financieros internacionales. Esta indica que cuando grandes bancos intervienen en un proceso de canje exitoso en cuanto al nivel de aceptación de los acreedores, para que este mantenga esa calificación positiva, al menos por un tiempo importante los que aceptaron el ingreso deben sostener la mayor parte de esos activos. En el caso del proceso argentino, los grandes fondos que intervinieron en el canje como BlackRock -de Larry Fink-, PIMCO, Ashmore, Monarch, Contrarian, Fidelity y Greylock entre otros; le debían el gesto al Bank of America y el HSBC, por ser las entidades que actuaron como colocadores en el proceso y al Lazard que actuó como intermediario y mediador del proceso.

Este grupo cruzado participó en múltiples operaciones de este tipo en los últimos años (décadas), y sabe que volverá a encontrarse en el futuro con otros procesos. Tanto de países como de empresas. Y que deben llevarse bien y respetar las normas no escritas de los sistemas financieros mundiales. Habrá que decir que en caso argentino también se cumplió y pese a la demolición de los precios de los títulos públicos criollos desde agosto a fin del 2020. Si bien en los últimos días hubo una mejora tenue en sus valores, lo cierto es que haber mantenido las posiciones desde el primer momento sin ventas (cumpliendo el “Pacto de Caballeros”), hizo que las pérdidas superaron el 10% promedio. Los valores pasaron del u$s 0,47 de corte al momento del canje a 0,41% actual, llegando a un piso de 0,38%; con lo que, sin mayores vueltas, respetar el “Pacto” fue un muy mal negocio. En dólares, sería un 25% de rentabilidad negativa. Casi un record mundial.

En teoría, desde la semana próxima, los grandes fondos de inversión estarían liberados para desprenderse del mix de bonos bajo cotización internacional; lo cual implicaría, si se concretaran las ventas, que los nuevos acreedores aceptarían estas pérdidas en dólares dejando en cuatro meses jirones de ganancias en la batalla. Además, y por cuestiones de oferta y demanda del mercado financiero, si son muchos de los fondos de inversión los que decidan vender y desprenderse de los activos del canje de agosto; el precio de los títulos públicos se demolería aún más generando zozobra para el valor de los bonos durante enero. Obviamente sería un mal pronóstico para el gobierno. Pero también una oportunidad para recomprar deuda luego del desprendimiento de algunas posiciones de ANSES de los últimos meses.

Sin embargo desde el ministerio de Economía de Martín Guzmán creen -opinión compartida por varios operadores del mercado que también deberían tomar decisiones ante el panorama- que no habría ventas masivas de parte de los bonistas internacionales por dos motivos clave. El primero es, como se dijo, la pérdida antológica en la cotización de los títulos públicos desde el cierre del canje al cierre del año; convirtiendo el proceso argentino en uno de los peores en cuanto al valor posterior, colocando la cotización en niveles casi de default. Desde que el país abandonó esa condición luego del canje, el riesgo país navegó entre los 1.300 y los 1.400 puntos básicos, una calificación casi inaceptable para un acreedor que recién debe cumplir con los primeros pagos de vencimientos de una deuda al 2024. Sin embargo, el Gobierno y los mercados confían en que esto cambie por un segundo motivo: la alternativa seria que Argentina cierre un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el primer cuatrimestre del próximo año; con lo que se descarta que la calificación de la deuda argentina mejoraría sustancialmente. Y así la cotización de los bonos de la deuda emitidos en moneda extranjera con cotización extranjera. Especialmente el AL30.

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