Muchos ya comparan la veda para construir torres en Capital Federal con «un corralito». Explican los opositores a la medida de suspender la entrega de permisos para construir por 90 días que «no hay día 91, es como el corralito, si lo abren, se vendrá una catarata de pedidos de permisos si antes no encuentran solución; si no lo abren, una vendaval de juicios». Hoy se realizará la primera reunión de arquitectos y profesionales del sector de la construcción con el Gobierno porteño para empezar a diseñar una solución tras la veda a las torres en seis barrios de la Ciudad de Buenos Aires que decretó Jorge Telerman. La medida no sólo convulsiona al sector de desarrolladores y de la construcción, sino que mantiene expectante al gabinete de Telerman.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
El decreto, que parece poco serio a la luz de que no hay ninguna propuesta concreta por parte del Gobierno hasta ahora, fue mentado por el ministro de Obras Públicas de la Capital Federal, Juan Pablo Schiavi, pero el jefe de Gobierno no estaría tan convencido de poder arribar a una solución en los 90 días de vigencia de la norma.
El viernes, Schiavi anticipó que si las empresas de servicios aseguran que no colapsarán (algo que ya le dijeron personalmente la semana pasada) podría levantarse el decreto por barrios. Uno de los voceros del jefe de Gobiernocomentó a este diario que «eso no es así», dejando a la luz las contradicciones entre los ministros. También Schiavi advierte ahora que hay un proyecto para ampliar la red cloacal que cofinanciaría la Ciudad, pero que se sepa no estaba hasta ahora contemplado ese gasto en el polémico Presupuesto porteño, cuya segunda versión se analiza en la Legislatura de la Ciudad. Como dato curioso de cómo los barrios favoritos continuaban atrayendo inversores, el lunes 13 pasado, cuando se había anunciado la firma del decreto para frenar las obras en Caballito, Palermo, Núñez, Coghlan, Villa Urquizay Villa Pueyrredón, pero no se había concretado (se publicó al día siguiente), se recibieron 20 pedidos de permisos de construcción, 13 de los cuales corresponden a cinco de los barrios alcanzados por la norma. Durante este año el promedio de permisos de obra por mes rondó los 200 -un promedio de 10 por día hábil-, por eso los 20 permisos solicitados el lunes marcarían el apuro de quienes, teniendo ya un proyecto, aceleraron la demanda ante la noticia del freno que se concretó al día siguiente.
Aunque en las oficinas del Gobierno de la Ciudad aseguran que «en general los lunes se piden más permisos», la cifra es llamativa. De las 20 solicitudes de ese día, 6 corresponden a obras en Palermo -no hubo pedido de permisos para construir en Coghlany otras 7 se reparten entre Caballito, Villa Urquiza, Villa Pueyrredón y Núñez; el resto fue para otros barrios no alcanzados por la veda. Schiavi comenzará hoy a transitar un camino, como poco, espinoso. Cualquier medida que dé marcha atrás con el decreto de su invención lo enfrentará nuevamente con los vecinos, que ya presentaron unas 20 demandas judiciales. «No queremos judicializar el planeamiento urbano», explicó el ministro a este diario al justificar la firma del decreto.
Repercusión negativa
Si en cambio persiste en no encontrar una solución antes de mediados de febrero, cuando caduca la norma, las demandas judiciales le llegarán de los constructores. Es el caso de quienes tienen adquiridos terrenos para edificar, pero no llegaron a realizar los planos y solicitar el permiso de obra. Por otra parte, un cambio en la zonificación que por ejemplo cambiara la altura permitida de las construcciones en la Ciudad, o en cualquier barrio, debería hacerse por decreto de necesidad y urgencia o por una ley cuyo trámite, que incluye doble lectura y audiencia pública, es largo. A todo esto, el decreto en cuestión repercutió negativamente en el gobierno nacional, donde consideran que frenar una de las actividades económicas más dinámicas en el distrito más importante del país no parece adecuado. «¡Cómo va a frenar las construcciones, qué imagen damos!», aseguran que replicó Néstor Kirchner por lo bajo en un acto, la semana pasada.
Dejá tu comentario