Otra mala noticia para el campo: duplicarían retenciones al maíz

Ya a nadie sorprende lo que es una clásica medida del gobierno: subir retenciones a las exportaciones cuando hay aumentos de precio. El turno ahora sería para el maíz, al que se le duplicaría a 40% el impuesto. Paradojas que tiene la política económica oficial: mantiene un dólar alto para impulsar exportaciones y, al mismo tiempo, pone impuesto récord y hasta prohíbe, como sucedió con la carne, las ventas al exterior. Desde el Ministerio de Economía anoche no se desmentía la posibilidad de aplicar esta medida que ayer generaba serias preocupaciones en los productores. Por el momento, el contexto internacional juega a favor claramente de la economía, y medidas de este tipo pasan casi inadvertidas por su impacto negativo. Pero lo peor es la repercusión en un conflicto no menor con Europa y Estados Unidos: ¿para qué se le reclama al mundo desarrollado que elimine subsidios al agro si desde aquí se lo castiga con impuesto a exportar? Es lo que argumentan en la OMC ante el pedido argentino.

El maíz no para de subir en el exterior y ahora se estudia aplicar medida habitual del gobierno para esta situación: subir retenciones pese a impacto negativo que genera.

La necesidad del gobierno de contener el precio interno de la carne vacuna y del pollo, determinó una ola de rumores ayer en el mercado de granos: comenzó a circular la versión de que el gobierno estaría pensando incrementar las retenciones sobre las exportaciones de maíz y se dijo que podría duplicar la alícuota y llevarla a 40%. La misma circuló en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, fue confirmada por exportadores y se agrandó hasta tal punto de que muchos comenzaron a desconfiar. Desde el Palacio de Hacienda no la desmintieron. De hecho, algunos compradores de maíz se negaron a fijar el precio del cereal aunque tenían pedidos concretos para abastecer feed-lots, el engorde de ganado vacuno en corrales alimentados con suplementación a base de maíz.

La suba sostenida del maíz durante las últimas semanas en el mercado internacional, que se trasladó al mercado interno, generó preocupación oficial. Fuentes del equipo económico sostienen que «el tema maíz está en debate». Aumentar las retenciones para frenar el precio del maíz en el mercado interno y abaratar los costos de «feedloteros» y polleros, con el fin de que produzcan alimento más barato no es una alternativa que guste a la ministra Miceli, quien sabe que la medida podría afectar a muchos productores que ya sembraron maíz, y a tantos otros que están terminando la implantación por estos días. Se cree que este año se destinarán 3,4 millones de hectáreas al cereal.

Suba acumulada

Lo cierto es que el mercado internacional ayer mostró valores casi 2% más flojos. Se operó en Chicago a u$s 138 por tonelada y, sin embargo, acumula una suba de 11% en el último mes. En la Argentina la situación no es muy diferente. El mercado local cerró ayer a un valor de u$s 130 por tonelada, 23,8% más que 30 días atrás.

El aumento en el valor del maíz ha determinado también una aceleración en los registros de exportaciones, lo mismo que había ocurrido semanas atrás con el trigo. De hecho, ya hay registradas 9 millones de toneladas de cereal que todavía no terminaron de sembrarse.

El aumento de las retenciones con el fin de desinflar los precios ha sido efectivo, hasta ahora, en el mercado avícola. Las retenciones de 20% vigentes han permitido que recién en las últimas semanas el pollo perdiera competitividad como carne sustituta a la carne de vaca, al menos en el mercado interno. No obstante, los avicultores han podido compensar el aumento de otros costos internos ( combustibles) con la obtención del maíz a un valor inferior al que logran sus competidores en el mercado internacional. «Si el maíz sigue aumentando va a valer más un huevo que un diamante», exageraba ayer un empresario avicultor.

«Se hablaba de cerrar el registro de exportaciones y esa puede ser una alternativa que guste más a Miceli, así como lo han hecho otros países con productos en situaciones similares», decía otro empresario. Sin embargo, algunos operadores no creían en los rumores: «Puede ser una estrategia para negociar. Se dice que aumentarán las retenciones, el sector se asusta y es capaz de aceptar cualquier otra intervención del mercado. Esto ya lo vimos...», decía escéptico un analista del mercado agrícola.