1 de junio 2021 - 00:00

Para la Mediterránea, el déficit fiscal de este año se elevaría al 5,2% del PBI

Los economistas de la Fundación hicieron proyecciones sobre el mayor gasto que demandaría un mes completo de restricciones a las actividades, de manera intermitente, a lo largo del año.

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Mariano Fuchila

Si bien hasta el momento y en silencio el ministro de Economía, Martín Guzmán, vino haciendo un trabajo prolijo de reducción de los gastos del sector público, la segunda ola del coronavirus apunta a trastocar los planes iniciales. Según estimaron economistas de la Fundación Mediterránea, el déficit primario de este año pasaría del 4,2% previsto por el titular del Palacio de Hacienda a un 5,2% si hubiera un mes de restricciones a las actividades durante el año. Los datos fueron presentados en el marco de un encuentro virtual del que participaron el presidente del IERAL, Marcelo Capello, y el economista en jefe de esa escuela de negocios, Juan Garzón. También participó el economista de la entidad Jorge Vasconcellos.

Igual a Dujovne

“La segunda ola de la pandemia exige un mayor gasto. Este año estaba previsto el 1,74% del PBI de gasto relacionado. Estimamos que si siguen las restricciones alternadas, hasta completar un mes entero, tendrá que haber una segunda ronda IFE y ATP, y entonces el gasto relacionado llegaría a 2,1% del PBI, o sea, 0,6 punto más de lo que ya se anunció”, señaló Capello. Para el directivo, la silenciosa tarea que vino desarrollando el ministro de Economía desde noviembre a la fecha “se parece a la del exministro de Hacienda Nicolás Dujovne” durante el gobierno de Macri con la idea de ajustar las cuentas con vistas a un acuerdo con el FMI. “En los primeros meses de este año están subiendo más los recursos que el gasto. Guzmán estaba ajustando en silencio. Porque quiere mostrar al Fondo que está haciendo los deberes”, detalló.

El problema con la segunda tanda de contagios es que alterará el trabajo de emprolijamiento de los números. De esa manera, Capello explicó que el escenario base estimado por el IERAL es de un déficit primario de este año del 4,3%, cuando en el presupuesto figura 4,2%. “Si se añade el gasto adicional llegamos a un déficit de 5,2% en todo el año”, explicó.

El economista entonces planteó un par de escenarios respecto de un posible financiamiento en pesos del desequilibrio. En uno de ellos el gobierno consigue financiamiento por el 120% de las necesidades y en el otro 90%.En el primero de los casos, las necesidades de emisión del Banco Central serán equivalentes al 3,4% del PBI y en el segundo 5,3%.

A su vez, esos cambios en el gasto provocados por la pandemia tendrán repercusiones en la base monetaria.”Este año, aunque haya menos asistencia del BCRA al Tesoro con motivos fiscales, como está emitiendo para comprar dólares, se va complicar controlar la base monetaria porque va a tener que emitir demasiadas Leliqs o pases pasivos”, agregó. Y planteó que si Miguel Pesce no quiere que este año la base monetaria crezca más del 40% debería colocar pasivos remunerados hasta un nivel “por arriba del 11,4 puntos del PBI” un nivel récord que hubo en 2017. Agregó que “este año es importante lo que pase con el déficit fiscal” y advirtió que si se empiezan a sobrepasar los límites de endeudamiento o de emisión “en algún momento esto empieza a pegar en las reservas”.

Por otro lado, para los economistas del IERAL la tabla de flotación pasa este año por las exportaciones del campo. Juan Garzón señaló que “afortunadamente para el BCRA los agrodólares siguen fluyendo” y estimó que ya pasaron u$s12.000 millones en el primer cuatrimestre, unos u$s3.200 millones más que igual período del año pasado. Comparadas las ventas del agro con las de la industria. Por cada dos dólares que genera el sector agropecuario, las Manufacturas de Origen Industrial aportan uno. “La brecha no la habíamos visto nunca. Influye una dinámica de producción muy asimétrica. La producción de granos no para de crecer mientras que la industria automotriz está a niveles de la década del 90”, dijo el economista.

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