Leopoldo Pirelli, presidente honorario de la fabricante italiana de neumáticos y cables Pirelli, murió ayer en su casa de Portofino --noroeste de Italia-a los 81 años.
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Definido «calvinista con el culto de la privacidad», pasó toda su vida laboral al comando del imperio familiar; se graduó en ingeniería mecánica a los 25 años, y de inmediato entró en la empresa fundada en 1872 por su abuelo, Giovanni Battista, y heredada por su padre Alberto. Permaneció en la sociedad durante 30 años, y a principios de los 70 debió tomar las riendas luego de que su hermano mayor Giovanni muriera en un accidente de autos.
Le pasó el mando en 1992 a su yerno, Marco Tronchetti Provera -quien lo definió como «un maestro»- tras fracasar su intento de fusión con la alemana Continental.
Fue uno de los patriarcas del mundo empresarial italiano, a la altura de un Gianni Agnelli de Fiat.
Bajo el mando de Tronchetti Provera la firma redefinió sus áreas de negocios, y en 2001 se convirtió en principal accionista de Telecom, el mayor grupo de comunicaciones de Italia.
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