15 de febrero 2006 - 00:00

Plan Jefes: se podría demorar el lanzamiento de los nuevos subsidios

Juan Luis Bour
Juan Luis Bour
Incentivar el traspaso de los planes Jefas y Jefes de Hogar hacia el Plan Familias y al nuevo subsidio de desempleo ha congregado un alto consenso entre los especialistas. Sobre todo porque permitirá explicitar cuál es la población que requiere asistencialismo de la que aún tiene chances de reinsertarse en el mercado laboral.

Pero también todos coinciden en plantear serias dudas en la implementación del Seguro de Capacitación y Empleo.
Los economistas opinan que se trata de un mecanismo que requerirá mucho tiempo para ponerlo en práctica y todavía más para ver los resultados concretos.

Desde el lado político no se soslaya que los anuncios del gobierno parecen haberse precipitado tras el dato del INDEC sobre el aumento de la desigualdad social en el tercer trimestre de 2005.

En este sentido cabe señalar que, de prosperar ambas iniciativas, es decir que haya un alto grado de adhesión al Familias y al Seguro, recién en el tercer trimestre de este año podrán verse mejoras en los niveles de indigencia y desempleo.

Las principales dudas se centran en quién definirá qué capacitación brindar, si será un burócrata o el beneficiario elegirá el curso para reentrenarse; pero también la creación de medio millón de empleos en blanco para esta mano de obra de baja calificación es el otro gran desafío.

• Eficiencia

Según María Alzúa, economista de la Fundación Mediterránea, la idea es positiva dado que es más eficiente en términos económicos dar un subsidio de desempleo temporario atado a un programa de capacitación a los que pueden aún emplearse, y un programa de mantenimiento de ingresos al grupo más vulnerable. Pero advierte que la experiencia mundial muestra que poblaciones como la de los beneficiarios del Jefes de Hogar es de muy difícil empleabilidad.

«Algunos países han implementado un entrenamiento básico que la persona elige para ser considerada mano de obra semicalificada. A la vez, arman una bolsa de trabajo para ofrecerle empleo como requisito para seguir cobrando el subsidio», dice
Alzúa.

Más allá del mayor gasto público por el aumento de los subsidios,
Ernesto Kritz, director del SEL, advierte que «no está claro cómo se financiarála capacitación que seguramente tendrá un costo similar al de los subsidios».

Para
Osvaldo Giordano, director de IDESA, «la legislación laboral castiga a las pequeñas y medianas empresas -que son precisamente las que demandarían esta mano de obra no tan calificada- por el mayor costo laboral, lo que conspira para generar puestos de trabajo registrados». Alzúa coincide en que poner un seguro de desempleo masivo cuando la mitad de los trabajadores está en negro genera muchas dudas.

• Clave

Para Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL, la nueva cobertura «es una reforma del seguro de desempleo y su implementación llevará un tiempo considerable para hacer algo serio». Por eso este especialista pone el acento en que la clave es la capacitación y formación que se le dará a esta población.

«Todo esto llevará mucho tiempo, hay que evaluar los perfiles, armar los cursos, ligar el entrenamiento a la demanda de las empresas», dice
Bour.

Kritz
señala también que la articulación con el sistema formal de educación no será fácil y que la precariedad de las oficinas de empleo obliga a reforzar la intermediación laboral para los que opten por el nuevo seguro.

• Aceptación

Quizás el Plan Familias es el que más aceptación recoge entre los analistas porque no sólo es reconocer que el plan Jefes es asistencial, sino que permite separar quién permanece en el mercado laboral y quién no. El Familias prioriza la salud y la educación de los niños para terminar con la pobreza intergeneracional, por lo que el subsidio es mayoritariamente aceptado para este segmento vulnerable de la sociedad.

Ya México (plan Progresa), Brasil (Bolsa Escola) y Chile han implementado programas similares tendientes a facilitar la salud, la educación y la alimentación de los niños de las familias más pobres.

Otro tema que sigue sin definición es la superposición de programas, dado que en varias provincias y municipios hay similares subsidios a los anunciados en el nivel nacional.

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