24 de enero 2022 - 00:00

Semana clave: vencen u$s731 millones con el FMI (se tensa la negociación)

Con un ojo en las reservas y en las presiones cambiarias, el Gobierno aún no confirmó el pago. Siguen las diferencias en torno a lo fiscal. Destaca el Ejecutivo señales de apoyo internacional.

martin-guzmanjpg.jpg

El Gobierno enfrenta una semana clave en la negociación con el Fondo Monetario Internacional, que se tensó en los últimos días. Para este viernes está pautado el primer vencimiento del año, de acuerdo al cronograma definido en el multimillonario préstamo que contrajo Mauricio Macri en 2018. Se trata de una amortización de capital por unos u$s731 millones. En el marco de renovadas presiones del mercado y con ajustadas reservas, el compromiso se vuelve un tema central. Así, el oficialismo analiza las alternativas y evita dar mayores precisiones sobre los próximos pasos.

Fuentes oficiales de distintas dependencias consultadas por Ámbito durante el fin de semana prefirieron no confirmar la realización del pago. Lo propio había hecho el jueves la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, en su habitual conferencia de prensa. La funcionaria expresó que “Argentina ha decidido pagar hasta tanto se llegue a un acuerdo, pero estamos en un momento muy importante de las negociaciones”, y agregó que las decisiones “se miden paso a paso, día a día”.

Lo cierto es hasta ahora el Gobierno cumplió con todos los vencimientos como señal de vocación acuerdista. El año pasado pagó casi u$s5.200 millones entre capital e intereses. Una decisión en contrario implicaría un giro táctico, coincidente con un momento de clave de la discusión para refinanciar los u$s45.000 millones de deuda.

Hoy por hoy, el foco de preocupación oficial pasa por las reservas, la herramienta fundamental para enfrentar las tensiones cambiarias. Es que el 1° de febrero, vencen otros u$s366 millones de intereses. Así, en apenas cuatro días, el Gobierno le debería pagar al Fondo cerca de u$s1.100 millones, un número que equivale a casi la mitad de las tenencias netas del Banco Central, según cálculos privados. Ambos compromisos son previos al del 22 de marzo, que ya se descontaba impagable: ese día expiran cerca de u$s3.000 millones de capital.

Además, en enero deben abonarse u$s68 millones con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y u$s17 millones con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), más otras deudas por u$s45 millones. A comienzos de mes ya se pagaron u$s693 millones a los bonistas que ingresaron al canje de 2020. Febrero será un poco más aliviado con montos totales por u$s792 millones: u$s366 millones corresponden al FMI, u$s50 millones al BID, u$s4 millones al BIRF, u$s195 millones al Club de París y u$s107 millones a “otros pagos”.

Actualmente, el Gobierno negocia las bases de un acuerdo de Facilidades Extendidas con el staff del organismo que encabeza Kristalina Georgieva. Pero quien definirá finalmente si acepta ese entendimiento es el Directorio Ejecutivo, integrado por 24 representantes de países miembros, cuyo número de votos está basado en la cuota que cada uno aporta. El país con mayor peso dentro del organismo y el único con poder de veto es Estados Unidos, que cuenta con el 16,5% de los votos totales. En Argentina el acuerdo deberá ser refrendado por el Congreso.

La negociación se tensó cerca de fin de año y el 5 de enero Martín Guzmán blanqueó el principal foco de discordia. El sendero fiscal que propone el Gobierno marca un descenso gradual del déficit hasta alcanzar el equilibrio primario en 2027, mientras que el Fondo pide un ajuste más acelerado que implicaría un cepo a la reactivación económica. Además del recorte de los subsidios, el staff de Washington pone el ojo sobre las partidas previstas para obra pública, un ítem en el cual el Ejecutivo afirma que no cederá.

Con todo, cerca del ministro de Economía vieron algunas señales algo más alentadoras en las últimas jornadas. Por fuera de las reuniones cotidianas con la plana técnica del organismo, vieron con buenos ojos la presentación por parte del Fondo de los lineamientos para la creación de una tercera línea de crédito (el Fideicomiso de Resiliencia y Sostenibilidad) a más largo plazo, como había pedido el Gobierno. Más allá de las distintas interpretaciones sobre los comunicados, consideraron importantes en sí mismas las reuniones del canciller Santiago Cafiero con el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y otros funcionarios del ala política de Joe Biden, a quienes les pidió que intercedan ante el Tesoro estadounidense para que apoye a Argentina en la negociación con el FMI.

Apoyos regionales

En la misma línea, destacan los apoyos regionales cosechados por el Gobierno. Mientras Cafiero se reunía con Blinken, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, profirió respaldo sin titubeos. “Que asuma el Fondo su responsabilidad en el endeudamiento excesivo de Argentina y que no quiera ahora ponerles condiciones que van a empobrecer más al pueblo argentino y a debilitar por completo al gobierno argentino si aplica esas medidas que le está recomendando el FMI”, pidió el jefe de Estado del país norteamericano.

Y agregó: “Si un país esta endeudado y viene una elección y para salvar al gobierno, que quiere continuar, le inyecta más recursos, pues existe una corresponsabilidad”. México es uno de los aliados claves de Alberto Fernández tanto en el G20 como en la región.

El Gobierno también espera señales favorables de Gabriel Boric, el presidente electo de Chile, quien recientemente anunció a los integrantes de su Gabinete.

Mientras tanto, en Brasil, se profundiza la caída del actual mandatario, Jair Bolsonaro, en las encuestas y crecen las posibilidades del expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva de cara a las elecciones. El apoyo de Lula siempre fue explícito: planteó que la deuda que tomó el macrismo es un obstáculo para el crecimiento argentino. En una de sus últimas entrevistas televisivas en Argentina, consideró “necesario que haya un buen acuerdo” y le pidió al FMI “que no asfixie” al país.

Dejá tu comentario

Te puede interesar