2 de junio 2023 - 11:41

Un decreto no renovado frena la importación de autos ecológicos

El decreto que quedó sin efecto hace más de dos meses establecía un beneficio arancelario para los autos que contaran con motorizaciones de menor contaminación.

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En medio de los problemas para acceder a los dólares para importar, las automotrices suman otra complicación por la demora en la firma de un decreto que tiene parado el ingreso de vehículos del exterior.

Se trata de la renovación del cupo para importar 0km híbridos y eléctricos que establece incentivos para este tipo de modelos “ecológicos”, en el contexto de una política que colabore con la mejora del medio ambiente.

La norma que habilitaba la importación de estos modelos está caída desde mediados de marzo y, por este motivo, hoy está paralizado el ingreso de estas unidades al país.

El decreto que quedó sin efecto hace más de dos meses establecía un beneficio arancelario para los autos que contaran con motorizaciones de menor contaminación.

Los modelos híbridos tienen la ventaja de tributar 5% de arancel aduanero, mientras que los eléctricos sólo pagan 2%, cuando el gravamen normal es de 35%.

En tanto, los vehículos que se monten en el país están eximidos de este impuesto para el ingreso de componentes.

Al haber dejado de regir este beneficio por caducidad del decreto que lo establecía, si una automotriz quiere importar hoy uno de estos vehículos debe afrontar el costo impositivo total. En la práctica, ninguna empresa va a nacionalizar autos en esas condiciones de mayor costo cuando se espera un nuevo decreto que extienda el beneficio fiscal.

Según pudo saber este medio, el nuevo decreto está siguiendo el proceso burocrático para su promulgación. El problema es que la dilación de su publicación tiene trabadas las operaciones.

Fuentes del sector automotor señalaron que estaría en el área de Legal y Técnica para su firma.

La renovación sería por el plazo de 12 meses y por un cupo de unas 1.400 unidades.

En principio, este sistema tendría que estar incorporada a la Ley de Electromovilidad que, a esta altura tendría, tendría que haber sido sancionada por el Congreso.

Sin embargo, son tantas las diferencias que existen entre las partes involucradas en este tema que no hay consenso para un proyecto común.

El incentivo a este tipo de vehículos se estableció, inicialmente, en 2017, con el propósito de impulsar estas nuevas tecnologías no contaminantes y atraer inversiones.

Más tarde, se decidió incluirlo dentro de una legislación más global para el sector. Durante la gestión del ex ministro Matías Kulfas, se elaboró un proyecto de ley que quedó en el olvido.

Las terminales agrupadas en ADEFA tienen su propio proyecto, diferente al que impulsó el ex funcionario. Hace dos meses, el actual Gobierno anunció que enviaría una nueva iniciativa, pero la debilidad política de la actual gestión hace impensado que se trate en los próximos meses.

Es por eso que el decreto en cuestión adquiere tanta importancia porque es la forma de mantener vigente los incentivos.

Desde el 2017, ingresaron más de 5.000 vehículos de este tipo. Si bien es un número incipiente, la demanda es mayor pero está limitada por el sistema de cupo, la falta de infraestructura y el problema por la falta de dólares para importar.

En las empresas dicen que es difícil desarrollar infraestructura y atraer inversiones si no hay mercado y que para eso se debe seguir estimulando la importación.

Detrás de todo este tema también están los distintos intereses. Estos van desde la puja entre las automotrices tradicionales con las empresas chinas (estas últimas buscarían que se permita funcionar como armadurías sin integración de partes locales), los lobbies provinciales que buscan defender sus recursos naturales para favorecer determinadas tecnologías (no piensan igual las que tienen litio, petróleo, gas o caña de azúcar) y también las empresas petroleras o de electricidad que no quieren quedar fuera del negocio.

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