Periodista: Wall Street entró a una corrección. La Bolsa cayó más de 10% desde los máximos, por primera vez en el ciclo. Y la Fed entró a su primer día de reunión. ¿Qué podemos esperar, hoy, cuando termine el cónclave?
Diálogos de Wall Street
La Fed se reúne, Wall Street tambalea. ¿Qué nos espera, Gekko?
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Gordon Gekko: La Fed aprieta, pero no ahorca.
P.: ¿Aflojará el discurso de suba de tasas?
G.G.: No el discurso oficial. Tal vez, sí, los agregados. La comunicación – la “forward guidance” – caló hondo. Nadie ignora el plan de la Fed. Terminar el taper, subir las tasas, y podar la hoja de balance. Nadie ni la propia entidad puede saber cuánto trabajo realmente llevará. Aun así, la política monetaria irá por una senda gradual. Primero concluir la compra de bonos. Después subir las tasas. Con un seguimiento de prueba y error. Más adelante, por lo menos un par de reuniones más tarde, se dispondrá a achicar la cartera de activos. En cambio, la comunicación es frontal. Si se la toma al pie de la letra, y más si se exagera, puede producir el mismo efecto de la política monetaria, pero todo de golpe. Y producir dislocaciones. Y esa no es la idea. La Fed no quiere un shock.
P.: No sucedió un “taper tantrum”, un berrinche por el final de la compra de bonos, pero sí por la iniciación de la suba de tasas. ¿Qué puede hacer la Fed para sortear el problema? ¿Tomarse más tiempo para izar las tasas?
G.G.: La inflación es altísima y la Fed ya se tomó 2021. Los precios al consumidor treparon 7% (5,5% la versión núcleo y 3,8% la mediana). El banco central usó su flexibilidad, le preocupa la aceleración de la presión salarial (que no tuvo hasta ahora un influjo importante pero amenaza tenerlo) y entiende que conviene actuar sin más dilaciones.
P.: Tendrá que apretar aunque ahorque…
G.G.: No hay problemas con que comience a elevar las tasas. Demorarse sería contraproducente. La parte espinosa pasa por la velocidad de los ajustes, su magnitud, por cómo se ejecutará la contracción de la liquidez. Es necesario separar los tantos, y comunicar mejor el detalle. Restará ver cómo responde la inflación. ¿Qué tan enraizada está? Nadie recuerda lo que costó levantarla y que cruzara el umbral de 2%. Sin estímulo fiscal extra, el ingreso real seguirá cayendo. Y los ahorros se gastan. Son demasiadas incógnitas, la Fed promovió un salto de la aversión al riesgo con esta prueba de estrés, no le viene mal un “overshooting” de las expectativas, y ya tiene también esa sobrerreacción. ¿Qué hacer? Empiece por el principio, y no deje que nos perturbe tanto el presunto final.
P.: La Fed tiene apuro, pero no se espera nada de la reunión de hoy. Lo importante quedaría para marzo. ¿No es una incongruencia?
G.G.: Creo que el taper puede terminar hoy y no hace falta prolongarlo a marzo. Subir la tasa un cuarto de punto en esta reunión debería ser la decisión natural, en vista de lo que se discute. Pero no está comunicado, habría que explicarlo muy muy bien, y aun así sería dañino para la credibilidad futura de la forward guidance, y por eso pienso que no se realizará. En aras de la consistencia temporal.
P.: ¿Y un aumento de tasa de medio punto, de arranque, en marzo?
G.G.: Ese es uno de los agregados al discurso oficial. La solución que le daría un “trader” al problema. Pero la Fed tiene que lidiar con los efectos colaterales de sus medidas, y no es proclive a los movimientos bruscos.
P.: En febrero 1994, en tiempos de Greenspan, la Fed comenzó con una suba de un cuarto de punto. Todos querían ir por medio pero el gran jefe se opuso por temor a romper todo.
G.G.: Y crujió todo igual.
P.: La inflación fue un hueso duro de roer. La Fed subió 50 bps en mayo y agosto, y 75 en noviembre. Ocurrió el tequila poco después.
G.G.: No había forward guidance. Nada de nada. Lo de febrero fue un shock sin preaviso. Las carteras lucraban con el “carry trade” y hubo que desarmarlas de apuro. Las tasas largas se dispararon mucho más que las cortas. Hoy son las que pisan el freno. La curva no se empina, se aplana.
P.: ¿Es otro mundo?
G.G.: Con sus problemas. La inflación es más alta, la tasa corta es cero. Pero la comunicación nos prepara por adelantado. Fuerza un déjà vu de varias películas de política monetaria, incluyendo la de 1994-1995. El mayor parecido es que la Fed corre de atrás a la inflación. Y también que hay que cambiar el posicionamiento. La Bolsa hoy es más efervescente, lejos. Pero no olvide el detalle: pasado el sofocón, en diciembre 1996, Greenspan estrenó la queja de la exuberancia irracional de Wall Street.
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