El Congreso de los Estados Unidos dio luz verde a los dos pedidos de la administración demócrata de Joe Biden, uno tendiente a obtener la aprobación de la venta de cazas F-16 usados de la Fuerza Aérea de Dinamarca, a la República Argentina, y el otro para aprobar la compra de 4 aeronaves P-3C Orion, procedentes de Noruega.
Luz verde de EEUU a la transferencia de aviones cazas a la Argentina
La semana pasada, el Senado estadounidense emitió el visto bueno que se requiere para transferir equipamiento sensible.
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La semana pasada, el Senado estadounidense emitió el visto bueno que se requiere para transferir equipamiento sensible fabricado en aquel país y considerado Major Defense Equipment (MDE, sigla inglesa), equipos importantes de defensa.
El trámite burocrático de alto nivel continúa con la firma de responsabilidad del país adquiriente (Fuerza Aérea Argentina y Armada) como “end user”, usuario final de los pertrechos en juego, instancia en la que intervienen la Cancillería argentina y el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
La aprobación del Congreso estadounidense implica que Dinamarca queda en posición de poder avanzar en la operación de venta de los 24 ejemplares (18 monoplazas + 6 biplaza) con una opción para incorporar otro lote de cazas F-16 A/B MLU que había ofertado a la Fuerza Aérea Argentina.
El valor estimado del contrato, que abarca aviones, armamento y piezas de repuesto, ronda los 330 millones de dólares. Con esta resolución el Gobierno estadounidense se coloca en igualdad de condiciones políticas que su competidor chino que a través del consorcio Chengdu ofreció el caza FC-1C Thunder.
Con todas las opciones sobre la mesa y evaluadas hasta el cansancio sólo resta la decisión política del presidente Alberto Fernández para definir cuál será el caza supersónico del país. El segundo espaldarazo de la administración Biden favorecerá la recuperación de la capacidad de vigilancia oceánica.
Se trata de 4 aeronaves de exploración marítima de largo alcance Lockheed Martin P-3 Orion de la Real Fuerza Aérea de Noruega que usará la Armada para el control del Atlántico sur. La negociación entre la marina criolla y la noruega para la adquisición de un lote de 4 aeronaves (tres P-3C y uno de la versión P-3N) todos en condiciones de vuelo, estaba pausada a la espera de la aprobación del Congreso norteamericano y ahora se retomó con un escenario optimista de poder contar con un avión antes de fin de 2023 y los restantes en 2024.
El acuerdo por un monto de 67 millones de dólares, con una financiación de tres años que se pagará a través del Fondo de Defensa Nacional, se alcanzó con la Agencia Noruega de Material de Defensa (NDMA, sigla inglesa). El P-3 Orion fue desarrollado por Lockheed Martin para la Armada estadounidense con el objetivo de cumplir misiones de exploración, patrulla marítima de largo alcance y guerra antisubmarina.
Evolucionó al empleo militar a partir de una versión de transporte de pasajeros conocida como Electra C. La Aviación Naval argentina operó el modelo de pasajeros desde la década del 70, tres Lockheed L-188 Electra E se incorporaron en tareas de trasporte y sostén logístico, participaron del conflicto de Malvinas y se retiraron de servicio en 1998. En 1997 la Armada adquirió seis aviones P-3B Orion para realizar la vigilancia y control de la pesca ilegal en la Zona Económica Exclusiva, entre otras tareas, los que pasaron a operar en la Escuadrilla Aeronaval de Exploración en reemplazo de los L-188E Electra.
Esas aeronaves están obsoletas y se prevé reemplazarlas por el lote adquirido a Noruega. Una de ellas matrícula 6-P-53 está operativa, las restantes esperan ser reacondicionadas, desde 2015 la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) trabaja con intermitencias en el ejemplar matrícula 6-P-56, problemas administrativos con el proveedor de repuestos (Lockheed Martin) a los que se suma el eterno drama de contar con dólares retienen la aeronave sin solución a la vista.
El Orion es un avión de transporte de peso medio, cuatrimotor, con alas grandes, rectas y extendidas para mejor performance de vuelo a baja altitud y velocidad, con soportes subalares destinados a portar misiles antibuque. Los P-3C noruegos disponen de: radar de búsqueda AN/APS-137(V)5, sistema de detección de infrarrojos AN/AAS-36, sistema de advertencia de aproximación de misiles AN/AAR-47, medidas de apoyo electrónico AN/ALR-66, detector de anomalías magnéticas AN/ASQ -81 para la búsqueda y detección de submarinos, ubicado en característica cola alargada, sistema de visualización y procesamiento acústico AN/USQ-78, sonoboyas activas y pasivas.
Parte del equipamiento es de estándar OTAN que probablemente sea retirado antes de su traslado a la Argentina.
Su autonomía es de 12 horas y el radio de acción abarca unas 1.500 millas náuticas (2.780 km), lo hacen apto para vigilar en un solo vuelo casi todo el litoral marítimo. Pueden ser configurados para misiones de inteligencia de imágenes e identificación de buques.
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