En un movimiento que marca un cambio de configuración estratégico en el mercado global de minerales y energía, Estados Unidos y Japón concretaron este 28 de octubre en Tokio un acuerdo marco para asegurar el suministro de tierras raras y minerales críticos, y ampliar su cooperación en tecnología nuclear.
EEUU y Japón sellan alianza estratégica por tierras raras y energía nuclear para frenar a China
Donald Trump y la primera ministra japonesa Sanae Takaichi firmaron un acuerdo marco que apunta a diversificar el suministro de minerales críticos y desarrollar tecnología nuclear conjunta.
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Japón y EEUU acordaron trabajar juntos en el desarrollo de “reactores de nueva generación” como los AP1000, incluyendo los llamados SMR (small modular reactors).
Según informó la agencia internacional Reuters, el pacto firmado en el Palacio Akasaka por el presidente Donald Trump, y la primer ministro japonés, Sanae Takaichi, establece un mecanismo de inversiones, financiamiento coordinado y acciones conjuntas para contrarrestar la preeminencia de China en el procesamiento de minerales vitales para baterías, electrónica avanzada, defensa y generación energética.
La declaración conjunta señala que “Japón y los Estados Unidos utilizarán herramientas de política económica e inversión coordinada para acelerar el desarrollo de mercados diversificados, líquidos y equitativos para minerales críticos y tierras raras”.
Durante la ceremonia, Trump destacó la alianza y elogió a su contraparte japonesa: “Serás uno de los grandes primeros ministros”, le dijo a Takaichi, refiriéndose al legado del ex primer ministro Shinzo Abe.
¿Por qué un acuerdo centrado en tierras raras?
Las tierras raras y minerales críticos -como neodimio, disprosio, lantano, además de metales clave para baterías- juegan un rol clave en la transición energética, la industria de los vehículos eléctricos, la defensa y la tecnología de punta.
Según Reuters, durante la firma no hicieron mención pública directa de China, que procesa más del 90% de las tierras raras del mundo, lo que la convierte en el motivo de preocupación de ambos países sobre su cadena de suministro de minerales.
Pero lo que sí se sabe es que Donald Trump y el presidente chino, Xi Jinping, se reunirán este jueves 30 de octubre en el marco de la Cooperación Económica Asia-Pacífico en Corea del Sur para discutir un acuerdo, que detendría los aranceles estadounidenses más elevados y los controles de exportación de tierras raras chinas.
Con esta dependencia como telón de fondo, el pacto entre Washington y Tokio no solo busca asegurar el acceso, sino establecer cadenas de valor donde la extracción, el refinado y la fabricación de componentes queden fuera de la órbita de Beijing.
El acuerdo también contempla cooperación en el ámbito nuclear: Japón y EEUU acordaron trabajar juntos en el desarrollo de “reactores de nueva generación” como los AP1000, incluyendo los llamados SMR (small modular reactors) y la exportación de tecnología nuclear. Estas podrían involucrar a empresas japonesas como Mitsubishi Heavy Industries, Toshiba Group y otras.
En el comunicado, se menciona que ambas naciones evaluarán “arrendamientos de reservas estratégicas” y la posibilidad de “apoyar financieramente proyectos seleccionados dentro de los próximos seis meses”.
Cuáles son las implicancias para la cadena global de suministros
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Deslocalización de la producción y el refinado: El acuerdo supone que Japón y EE.UU. colaborarán en identificar proyectos de extracción o procesamiento fuera de China, abriendo oportunidades para terceros países ricos en minerales.
Inversión masiva comprometida: Japón se comprometió a inversiones en EEUU por cerca de u$s550.000 millones, incluyendo áreas de energía, gas natural licuado (LNG) y generación eléctrica.
Geopolítica del suministro: La medida es un mensaje a Pekín en un momento en que China ha endurecido los controles de exportación de tierras raras y minerales estratégicos. Japón y EEUU coordinan su acuerdo justo antes de una reunión de Trump con el chino Xi Jinping.
Industria nuclear como nuevo frente: La cooperación en reactores nucleares abre un camino estratégico para que ambas economías participen en la reconstrucción del parque nuclear japonés y, potencialmente, en exportaciones de tecnología nuclear a terceros países.
Valor agregado regional: Para América Latina, este tipo de alianza ofrece una ventana de oportunidad: los países exportadores pueden dejar de ser solo proveedores de minerales y participar en etapas de mayor valor agregado, siempre que tengan la infraestructura, el marco regulatorio y la inversión.
El acuerdo firmado en Tokio marca un hito estratégico: no se trata solo de minerales o energía, sino de cómo se reconfiguran las alianzas entre democracias ante la presión de cadenas globales dominadas por actores concentrados. Japón y EEUU abren una nueva etapa en su cooperación; América Latina, y en particular Argentina, tienen un papel que jugar si logran transformar la diplomacia minera en proyectos reales.
Es que Argentina aparece como actor relevante en esta mataria. Ya en 2024 se firmó un memorando de entendimiento con EEUU para la cooperación en minerales críticos en particular cobre, litio y uranio y servicios industriales conexos. Ese acuerdo, rubricado por la entonces canciller Diana Mondino, dejó abierta la posibilidad de ejecución operativa hacia 2026, siempre que se concreten los mecanismos de financiamiento, inversión y asociación tecnológica.





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