14 de septiembre 2001 - 00:00
Atentado: se prefirió TV extranjera
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Imágen del atentado difundida por CNN
Consultado por este diario, Mariano Yezze, productor del noticiero de «América», se refirió a los detalles de la cobertura: «Logramos bajar algunos satélites e informar con la CNN y los servicios pagos que tiene contratado el canal. Los métodos de localización de personas que puedan hablar varían, se hurga en las zonas cercanas al atentado, en los hoteles o en las empresas locales que tienen sus centrales en ese lugar, como las tarjetas de crédito o los bancos».
No fue muy feliz la decisión de Susana Giménez de emitir el mismo día de los atentados el juego «El imbatible», que para colmo estuvo protagonizado por chicos que festejaban el Día del Maestro. Tampoco resultó del todo acertado el debate que el martes forzó Luis Majul entre el rabino Rojzman y un sacerdote musulmán; fiel a su estilo, Majul los instó a discutir primero y a abrazarse después.
En radio, también se confrontaron estilos y ritmos de trabajo: en algunos programas, privilegiaron el análisis; en otros, la historia de vida; y el controvertido Fernando Peña llegó a satirizar los choques aéreos con una dramatización en vivo. También propuso a sus compañeros -con el humor ácido que lo caracteriza-estrellar cuatro autos contra la radio para reclamar el pago de los sueldos atrasados.
Liliana Manna, productora general de «Puntos de vista», que conduce Nelson Castro y se emite por «La Red» se refirió a la producción radial en situaciones de catástrofe: «Lo importante en estos casos es no perder la capacidad de asombro y poder dar vuelta el programa. Se recurre a lo que uno menos cree que puede servirle: amigos que viven allá a los que se pide que consigan teléfonos inaccesibles desde acá, se piensa qué famosos andan dando vueltas por el lugar de conflicto, etcétera. No hay que olvidar que la guía telefónica es la mejor agenda del mundo.
En algunos programas radiales, se siguen oyendo testimonios de familiares y sobrevivientes de los atentados a la AMIA y a la Embajada de Israel. Manna dijo al respecto: «Yo prefiero no hacer revivir a esas personas las sensaciones que experimentaron cuando ocurrieron esos atentados. Opto por el análisis político con especialistas y por brindar también la cobertura humanitaria. Los diarios son un complemento ideal para buscar a aquellos que aparecen en sus páginas y a los familiares de los argentinos que estaban allá».
Sin ignorar una obvia cuestión de cercanía que lleva a los canales norteamericanos a adoptar ciertos criterios de producción, resultan llamativos los contrastes con la cobertura local. Las principales cadenas norteamericanas se comprometieron a compartir el material y suspendieron la emisión de películas y series que contienen imágenes de violencia. A modo de temible coincidencia, habían programado en ABC y Fox «El día de la independencia» y «El pacificador», respectivamente. Ambas fueron sustiuidas por comedias románticas y levantaron la serie «X Files», porque el capítulo mostraba la explosión de un edificio.
En nuestro país, la pelea por la exclusividad de imágenes y testimonios no difirió de la competencia habitual: en «Puntodoc/ 2» repitieron varias veces que sus imágenes eran únicas y tomadas por un miembro del equipo que estaba de luna de miel en Nueva York. En tanto, mientras muchos criticaban en radio y televisión la falta de imágenes de las víctimas y de los hospitales, buscaban imprimir dramatismo desde los testimonios desgarradores.
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