28 de julio 2003 - 00:00
Buen acercamiento al mundo de Dostoievski
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L as tramas de las novelas de Dostoievski poseen una dosis de suspenso que podría provocar la envidia de un autor policial (sin mencionar siquiera esa obra maestra que es «Crimen y Castigo»). ¿Quién no se siente atrapado por los complots y las traiciones que se suceden en «Los poseídos», o las intrigas que teje Teodoro en «Los hermanos Karamazov»? Pero a su maestría para manejar la intriga se suma una percepción psicológica que se inclina sobre las zonas más sombrías del alma humana. Nadie puede sustraerse a la fascinación que despiertan sus personajes. Torturados, complejos, siempre hay en ellos algo en lo que el lector puede reconocerse. Esto es lo que sucede en «El eterno marido», donde un hombre atormentado por una culpa cuyo origen ignora se enfrenta finalmente a su víctima, que termina a la postre siendo su victimario. Un antiguo romance revive de pronto en la mente del hombre que se ve acosado por el marido de su amante y viene a enterarse de que tiene una hija de cuya existencia no se había enterado.
Rolando Malié afronta la tarea de transformar el texto del escritor ruso en material dramático y lo hace con rigor y respeto. Evidentemente ha penetrado el espíritu de los dos contrincantes, incluyendo en la narración la figura del doble, otro tema que parece obsesionar a Dostoievski.
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